Cómo eliminar un tatuaje
Actualizado: 16 de julio de 2024
El deseo de lucir un tatuaje se convierte en un problema para muchas personas que después de grabar sobre su piel figuras, nombres, frases, o cualquier otro motivo decorativo, deciden eliminarlo por razones personales, sentimentales, profesionales… Es el caso de los que se tatuaron el nombre de la persona amada y con el tiempo llegó el desamor, el de aquellos cuyo trabajo les impide llevar un tatuaje en una zona visible de su anatomía, e incluso el de algunos cuyos gustos o estilo de vida han cambiado.
Más de un 60% de las personas que lucen un tatuaje se arrepiente de habérselo hecho, según datos de la Sociedad Española de Medicina Estética
De hecho, diversos estudios sociológicos señalan que seis de cada diez personas que se hacen un tatuaje se arrepienten de ello en algún momento de su vida. Las opciones que existían antes para eliminar un tatuaje –y que iban desde camuflarlo con otro dibujo, hasta realizar una intervención quirúrgica que precisaba injertos y la reconstrucción de la zona afectada– eran poco eficaces y dejaban cicatrices.
Por suerte para los arrepentidos, en la actualidad es posible eliminar prácticamente cualquier tatuaje sin dañar la piel gracias a las modernas técnicas láser. Dependiendo del tipo de tatuaje y de tinta, de los colores con los que se ha realizado (los negros son más fáciles de quitar que los rojos o azules), de su extensión y profundidad, y de la zona donde se encuentre y cómo sea la piel del paciente, se utilizan diferentes láseres especialmente indicados para eliminar tatuajes, como los Q-Switched, y varía también el número de sesiones necesarias para conseguir el resultado deseado.
Proceso para eliminar un tatuaje y métodos empleados
Eliminar tatuajes y micropigmentaciones sin lesionar la piel ni dejar marcas, es un proceso lento y costoso que debe ser realizado por expertos para evitar quemaduras u otras complicaciones, y puede requerir varias sesiones dependiendo de varios factores, como el tamaño del tatuaje, los colores utilizados y la profundidad de la tinta. Así, por ejemplo, los tatuajes en colores múltiples suelen requerir más sesiones y pueden ser más costosos que los tatuajes en negro. Generalmente son necesarias entre cinco y diez sesiones de láser (con un precio de entre 200 € y 500 € cada una), y hay que dejar pasar un tiempo (alrededor de tres meses) entre sesión y sesión.
El disparo del láser disgrega las partículas de tinta para que puedan ser reabsorbidas y eliminadas por el organismo
Ten en cuenta que todos los métodos conllevan riesgos de cicatrices, cambios en la textura de la piel, infecciones y cambios en la pigmentación. Por ello, es importante que un dermatólogo o un especialista en eliminación de tatuajes evalúe tu tatuaje y te recomiende el mejor método basado en tus necesidades específicas. Estas son las opciones más habituales para quitarse un tatuaje:
Método láser
El método más común y efectivo para eliminar tatuajes es el uso de láser. El procedimiento comienza con la aplicación de anestesia tópica y una crema oclusiva antibiótica, que también se debe aplicar al día siguiente, y que sirve para prevenir el riesgo de infección. El láser emite pulsos de luz muy cortos, altamente concentrados, que son absorbidos por los pigmentos del tatuaje, sin dañar la piel que lo circunda. Esto provoca la fragmentación de las partículas de tinta en pedazos más pequeños que luego son eliminados por el sistema inmunológico del cuerpo.
Los tipos de láser más utilizados son el láser Q-switched y el láser Picosegundo. Cada uno tiene diferentes longitudes de onda que pueden ser efectivas para distintos colores de tinta.
Generalmente, se requieren múltiples sesiones (entre 5 y 10 o más) espaciadas entre 6 y 8 semanas para permitir que la piel se recupere. cada sesión puede durar entre dos y diez minutos, según el tamaño del tatuaje, y al finalizar se cubre la zona intervenida con un apósito durante dos o tres días. Durante unos meses la piel del área tratada se encuentra más sensible y no puede exponerse al sol, por ello es recomendable elegir los meses más fríos del año para someterse a este procedimiento y proteger siempre la zona tratada de los rayos del sol cubriéndola con ropa o una gasa, hasta que la piel se regenere por completo. El proceso puede ser doloroso, pero se pueden utilizar anestésicos tópicos para minimizar las molestias.
Dermabrasión
Este método implica lijar la piel con un dispositivo abrasivo, como una rueda giratoria, para eliminar las capas superiores donde se encuentra la tinta del tatuaje. La recuperación puede ser dolorosa y llevar varias semanas. Es menos efectivo que el láser y puede causar cicatrices.
Excisión quirúrgica
En este método, el tatuaje se elimina cortando la piel que lo contiene y luego cerrando la herida con suturas. Primero se utiliza anestesia local para adormecer la zona y luego se corta la piel tatuada. Este método es más adecuado para tatuajes pequeños. La parte más negativa es que puede dejar cicatrices notables y requiere tiempo de recuperación.
Tratamientos químicos
Existen cremas y soluciones que prometen eliminar tatuajes, ya que contienen ácidos o sustancias químicas que intentan descomponer la tinta del tatuaje, pero su efectividad es limitada y pueden causar reacciones adversas en la piel, como irritaciones o reacciones alérgicas.
Creado: 16 de diciembre de 2014