Electricidad estática, cómo evitar descargas
Actualizado: 28 de junio de 2022
La mayoría de las personas ha experimentado alguna vez una sensación desagradable al bajar de un coche y poner la mano en la puerta para cerrarla; se trata de un calambre, una pequeña descarga que se debe a la electricidad estática que ha acumulado el vehículo durante la marcha –mediante el roce del aire con la chapa– y que se libera a través del cuerpo humano –un excelente conductor de la electricidad, al contrario que las ruedas de caucho, que son aislantes– hacia el suelo.
La electricidad estática se genera a consecuencia de una acumulación o exceso de carga eléctrica (generalmente por fricción) en un material aislante, o en uno que pese a ser conductor de electricidad se encuentra aislado –como ocurre en el ejemplo del coche, cuyas ruedas impiden que pueda liberar la electricidad estática acumulada–, y en el que queda atrapada hasta que consigue liberarse a través de una vía conductora, provocando entonces la chispa o descarga.
Entre los materiales aislantes que tienen mayor capacidad para generar electricidad estática están el vidrio, el cabello de las personas, la lana, el aluminio, el nailon, el poliéster, el poliuretano, el teflón, el papel, o los acrílicos y, por supuesto, cualquier objeto que esté elaborado con estos materiales (moqueta, césped artificial, alfombras, tapicerías, muebles, bolígrafos, prendas de vestir, etcétera).
Riesgos de la electricidad estática para la salud
En nuestra vida cotidiana se producen numerosas situaciones en las que podemos observar los efectos de la electricidad estática, o recibir ligeras descargas por su causa. Por ejemplo, podemos ver cómo se encrespa el cabello cuando lo cepillamos, o sufrir un calambre al tocar a otra persona, o un objeto metálico, después de caminar sobre una moqueta o ponernos prendas de ropa confeccionadas con nailon, lana, poliéster…
En actividades laborales en las que se emplean sustancias con propiedades inflamables, la electricidad estática puede originar accidentes como explosiones o incendios
Estas ligeras descargas son muy molestas, pero no peligrosas para la salud, salvo en determinadas circunstancias, como en el caso de las personas que llevan marcapasos. Sin embargo, en el entorno laboral, en actividades en las que se emplean sustancias que tienen propiedades inflamables o explosivas, la electricidad estática puede originar explosiones o incendios.
Otros accidentes de trabajo que se pueden producir a consecuencia de la electricidad estática están relacionados con los movimientos reflejos involuntarios que pueden hacer los trabajadores al recibir una descarga. Por ejemplo, el afectado podría caerse si se encuentra realizando un trabajo en altura, o soltar repentinamente una carga, o cometer un error mientras maneja maquinaria. Además, la electricidad estática hace que se acumulen partículas de polvo en superficies con carga estática, y de esta forma se ensucian productos ya terminados y se obstruyan filtros, tamices, tuberías, etcétera, lo que supone perjuicios económicos para las empresas.
Prevención y protección frente a la electricidad estática
Algunas medidas que se pueden adoptar para limitar la generación de electricidad estática o evitar sus riesgos son:Lo más eficaz es eliminar la posibilidad de que se genere electricidad estática pero, en caso de que esto sea imposible, es imprescindible disipar el exceso de carga antes que alcance un nivel peligroso que pueda producir una descarga violenta, que en presencia de sustancias inflamables podría dar lugar a una explosión.
Creado: 8 de abril de 2014