Fosfatasa alcalina alta: causas y soluciones
Actualizado: 6 de febrero de 2023
La fosfatasa alcalina (FA) es una enzima presente en el organismo –en los huesos, el hígado, el riñón o el intestino, entre otros tejidos–, que alcanza mayores niveles de concentración en las células óseas y hepáticas. El hecho de que los niveles de fosfatasa alcalina en sangre sean más elevados de lo normal puede indicar enfermedades del hígado o de los huesos.
La función principal de esta enzima es eliminar grupos de fosfatos que se encuentran en ciertos tipos de moléculas, como los nucleótidos o las proteínas. También resulta indispensable para la síntesis de proteínas en las células y la calcificación de los huesos y el cartílago, y por esto en el caso de los niños y adolescentes, cuya estructura ósea todavía se está desarrollando, es habitual encontrar niveles altos de FA sin que esto signifique un problema de salud.
La prueba para medir la fosfatasa alcalina se solicita cuando una persona manifiesta síntomas de una patología hepática u ósea
Si además de estar elevada la fosfatasa alcalina, también lo están la bilirrubina, la alaninoamino transferasa (ALT o GPT) y la aspartato aminotransferasa (AST o GOT), probablemente el paciente tenga un trastorno hepático. Mientras que si los resultados de estos análisis son normales, o el calcio y los fosfatos presentan alteraciones, lo más probable es que el incremento en el nivel de fosfatasa alcalina se deba a un problema óseo.
Valores normales de fosfatasa alcalina
Los valores de fosfatasa alcalina que se obtienen en un análisis de sangre pueden variar en función de la edad (más altos en niños y adolescentes y en los mayores de 60 años), el sexo (niveles ligeramente más elevados en los hombres), el embarazo (hasta tres veces el valor de referencia para una mujer no embarazada), y otros factores relacionados con la salud del paciente.
Como explica el Dr. Antonio Buño, jefe del servicio de análisis clínicos del Hospital Universitario La Paz, de Madrid, “los valores entendidos como normales o de referencia son dependientes del método; no existe el concepto de hasta 300 es normal, o no, sino que hay que individualizarlos”. Este experto advierte de que en el caso de la fosfatasa alcalina no es correcto afirmar que un valor X es el adecuado, sino que los intervalos de referencia dependen del método empleado por cada laboratorio para medir sus niveles y deben ser interpretados por el especialista en función de las características del paciente y los valores de otros parámetros.
La prueba para medir la fosfatasa alcalina se suele solicitar si una persona manifiesta síntomas de una patología hepática (cansancio, pérdida de peso sin motivo, náuseas o vómitos, ictericia, heces de color claro u orina oscura, distensión o dolor abdominal…) u ósea (dolor en huesos o articulaciones, fracturas frecuentes…), y también sirve para comprobar si el tratamiento de la enfermedad que ha provocado la elevación de la FA está resultando efectivo.
Por qué se alteran los niveles de fosfatasa alcalina
Las principales causas o condiciones que pueden hacer que se eleven los niveles normales de FA en la sangre (fosfatasa alcalina alta) son:
La situación contraria, una disminución de los niveles de FA (fosfatasa alcalina baja), se puede producir por diversas causas como:
Cómo bajar los niveles de fosfatasa alcalina
Si los resultados del análisis de sangre indican que los valores de FA son superiores a lo normal para la edad y características del individuo es imprescindible averiguar la causa, porque podría ser un signo de que padece una enfermedad del hígado o de los huesos, o una obstrucción de las vías biliares por cálculos biliares –un motivo muy frecuente de aumento de la FA–. El tratamiento de la enfermedad que haya provocado el aumento de la fosfatasa alcalina en sangre es la única forma de reducir sus niveles. La normalización de esta enzima, asegura el Dr. Buño, depende del correcto tratamiento de la causa que provoca su alteración. Y la misma recomendación se aplica cuando la FA se encuentre más baja de lo recomendable.
En el caso de que el incremento de los niveles de FA se asocie con el consumo de ciertos medicamentos que necesite tomar el paciente para controlar otras patologías, su médico debe evaluar el riesgo beneficio del tratamiento y sustituir esos fármacos por otros que no tengan estos efectos siempre que sea posible.
Además, los cambios en el estilo de vida y la dieta que constituyan un apoyo en el tratamiento de la enfermedad de base pueden ayudar a reducir los niveles de FA, pero también en este caso hay que seguir las indicaciones del especialista.
Creado: 8 de mayo de 2018