Inmunidad híbrida contra el COVID-19
Actualizado: 5 de mayo de 2023
En España la mayoría de la población está vacunada contra el COVID-19 –a fecha de hoy, el 92,5% de los mayores de 12 años tiene la pauta completa–, pero si además de estar vacunado has superado la infección por coronavirus podrías disponer de una herramienta aún más poderosa para evitar nuevos contagios, o las complicaciones de la enfermedad: inmunidad híbrida. Este fenómeno, según un estudio del Instituto de Inmunología de La Jolla y de la Universidad de California (EE.UU.) publicado en Science, proporciona una respuesta inmune frente al SARS-CoV-2 “inusualmente potente”.
¿Qué es la inmunidad híbrida y cómo funciona?
La inmunidad híbrida combina la inmunidad natural que adquiere una persona cuando supera una infección, como la que provoca el SARS-CoV-2, con la que proporciona una vacuna dirigida a prevenir dicha infección, como ocurre en este caso con las vacunas contra el COVID-19 aprobadas y que se administran a la población desde hace meses, tanto las que se basan en el sistema ARN mensajero (Pfizer y Moderna), como las de tipo tradicional (AstraZeneca y Janssen).
“Se ha comprobado que la inmunidad híbrida protege 25 veces más que solo la vacunación, y 100 veces más que la inmunidad natural”
Como nos explica la Dra. Carmen Cámara, inmunóloga del Hospital Universitario La Paz, de Madrid, “la inmunidad híbrida puede ir en las dos direcciones, es decir, haber pasado la enfermedad y luego vacunarte; o vacunarte y luego pasar la enfermedad, aunque esto es menos frecuente”. Y, según afirma, se ha demostrado que tener inmunidad híbrida es mejor que tener solo la natural (la que se genera al contraer la infección), o tener solo la que proporciona la vacunación.
“Si puedo elegir –destaca la experta– lo mejor es que me vacunen primero y pasar después la enfermedad, porque así la infección sería más leve”. Esto –dice–, es algo que están observando ahora porque han empezado a ver pacientes que “tras recibir las dos dosis vuelven a ser PCR positivo pero, o bien son asintomáticos, o tienen síntomas muy leves de COVID”. Y ofrece datos al respecto: “se ha comprobado que la inmunidad híbrida protege 25 veces más que solo la vacunación, y 100 veces más que la inmunidad natural”.
De hecho, un estudio publicado en The New England Journal of Medicine en febrero de 2022 encontró que dos dosis de la vacuna de Pfizer/BioNTech se asociaron con una alta protección contra la infección por SARS-CoV-2 a corto plazo, pero dicha protección se redujo de forma considerable al cabo de 6 meses, mientras que la inmunidad adquirida por infección potenciada con la vacunación permaneció elevada más de un año después de la infección.
A pesar de que disfrutar de inmunidad híbrida no impidió que muchas personas se reinfectaran con otras variantes,–especialmente con ómicron–, nuevos estudios han vuelto a poner de manifiesto que la suma de la inmunidad adquirida por la infección previa y la proporcinada por las vacunas ha evitado que estas personas desarrollaran una enfermedad grave.
Uno de ellos, publicado en The Lancet Infectious Diseases, analizó los datos de salud de más de 200.000 individuos en 2020 y 2021 en Brasil, y comprobó que en aquellos que habían superado el COVID, las vacunas de Pfizer y AstraZeneca tenían una efectividad del 90% contra la hospitalización y la muerte, la CoronaVac de China un 81% y la de Johnson&Johnson un 58%.
Diferencias entre la inmunidad natural y la inducida por la vacuna
De acuerdo con estas cifras, la vacunación contra el COVID-19 resultaría más efectiva para evitar una nueva infección por coronavirus, que haber generado inmunidad de forma natural tras contraer la enfermedad. La Dra. Cámara nos explica que la inmunidad tiene una parte humoral y otra celular, que los inmunólogos miden en su conjunto: anticuerpos, células B memoria y células T memoria.
"La inmunidad proporcionada por las vacunas era incluso mejor que la natural, y por eso se decidió vacunar también a la gente que había pasado la infección”
“Al valorar esa inmunidad habíamos visto que dura un año. A los seis meses se produce un pequeño descenso, pero la gente sigue protegida un año después, con lo cual sabíamos que la inmunidad natural era muy buena, pero cuando empezamos a ver cómo se respondía a las vacunas, comprobamos que con ellas se generaban incluso niveles de títulos anticuerpos mayores, lo que nos llevó a pensar que la inmunidad proporcionada por las vacunas era incluso mejor que la natural, y por eso se decidió vacunar también a la gente que había pasado la infección”.
La inmunidad natural presenta algunas diferencias frente a la inducida por la vacuna. Según nos explica la inmunóloga de La Paz, la natural es “más de repertorio”, más amplia, porque no ha visto solo la proteína S, sino al virus en su totalidad, mientras que “la inmunidad de la vacuna solo ve la proteína s, pero de una manera que provoca una estimulación muy potente, muy aguda, aunque solo frente a una proteína”.
La Dra. Cámara considera que la combinación de ambos tipos de inmunidad ofrece importantes ventajas, ya que permite potenciar una inmunidad de repertorio amplio como la natural con el poderoso estímulo del sistema inmune generado por la vacuna y que “hace que ese repertorio entero se multiplique por cien”.
Protección frente a las nuevas variantes del SARS-CoV-2
Las personas que han superado el COVID-19 también tienen inmunidad natural frente a las nuevas variantes porque al ser células memoria –células B y células T–, se generan frente a la variante que nos ha infectado, pero también frente a otras que se le parecen mucho, asegura la experta: “El sistema inmune ya se prepara, y la vacuna contribuye a multiplicar esas células y a que actúen de manera potente”. “Lo ideal es tener inmunidad híbrida porque yo creo que es la gente que va a estar mejor protegida”.
“Las vacunaciones con pauta heteróloga –con vacunas de diferente producción– suelen ser buenas porque siempre es enriquecedor estimular al sistema inmune por vías diferentes”
Una posibilidad todavía en investigación, pero a la que apuntan los resultados del estudio CombiVacs es que la vacunación heteróloga, o combinación de dosis de diferentes vacunas, podría aumentar la inmunidad frente al SARS-CoV-2 en comparación con administrar dos dosis del mismo fármaco. Según la Dra. Cámara, aunque no es lo mismo, es un concepto similar al de la inmunidad híbrida porque “las vacunaciones con pauta heteróloga –con vacunas de diferente producción– suelen ser buenas para el sistema inmunitario, porque siempre es enriquecedor estimular al sistema inmune por vías diferentes. Y lo que vimos nosotros en el CombiVacs es que administrar la primera de Astra y la segunda de Pfizer proporcionaba más inmunidad celular que administrar dos dosis de Astra”.
La especialista en inmunología concluye que “las vacunas siempre estimulan al sistema inmune y está demostrado que la gente que recibe la triple vírica y la vacuna de la BCG, que son vacunas potentes, tienen menos infecciones respiratorias porque constituyen un estímulo de la inmunidad entrenada; es como llevar tu inmunidad innata al gimnasio para que esté más preparada para defenderte contra cualquier patógeno”.
Creado: 17 de agosto de 2021