Klebsiella, una peligrosa bacteria multirresistente
Actualizado: 2 de agosto de 2024
La Klebsiella pneumoniae es una bacteria multirresistente y, por lo tanto, muy difícil de erradicar y combatir, que constituye una de las principales causas de infecciones adquiridas en centros sanitarios de todo el mundo y se considera un patógeno oportunista porque suele afectar a personas hospitalizadas o inmunodeprimidas.
Qué es la infección por Klebsiella pneumoniae
La klebsiella es un género de bacterias gram negativas de la familia enterobacteriaceae –que incluye a otras tan conocidas como la Escherichia coli, la Salmonella, la Shigella o la Yersinia pestis– que está presente en la naturaleza (en las plantas, la tierra o el agua). Además, el ser humano también es un portador de este patógeno en el tracto gastrointestinal y en la mucosa nasofaríngea.
Las infecciones por enterobacterias son bastante frecuentes en los hospitales, especialmente la K. pneumoniae porque es capaz de adherirse a las superficies plásticas y se propaga fácilmente a través de las manos contaminadas de los profesionales sanitarios. De hecho, constituyen la principal causa de mortalidad entre los prematuros extremos (los que nacen con menos de 1.000 gramos de peso), según ha afirmado el Dr. Lluís Mayol, Jefe del Servicio de Pediatría del Hospital Universitario de Gerona Dr. Josep Trueta.
La infección por K. pneumoniae es un grave problema de salud pública a nivel mundial debido a las resistencias a los antibióticos que ha desarrollado este patógeno, que junto a Staphylococcus aureus y Escherichia coli es uno de los microorganismos que se aíslan con mayor frecuencia en los pacientes con infecciones intrahospitalarias, ya que las enterobacterias suponen alrededor del 50% de los aislamientos realizados en pacientes con una infección adquirida en el hospital.
A quién afecta la Klebsiella pneumoniae y cuáles son sus síntomas
La klebsiella puede permanecer en el intestino de individuos sanos sin causar problemas, por lo que fuera del ámbito hospitalario las infecciones por K. pneumoniae suelen afectar normalmente a personas con un sistema inmune débil como pacientes con VIH, diabetes o EPOC, alcohólicos o ancianos, entre otros colectivos vulnerables.
La bacteria Klebsiella pneumoniae se triplica en los centros hospitalarios, asociada al empleo de antibióticos de amplio espectro para combatir infecciones
En los centros hospitalarios, sin embargo, la presencia de esta bacteria se triplica, asociada al empleo de antibióticos de amplio espectro para combatir infecciones. La K. pneumoniae se encuentra muy bien adaptada al medio hospitalario y es capaz de sobrevivir mucho tiempo en la piel al estar protegida por una cápsula hidrófila, lo que facilita su transmisión persona a persona, por lo que las probabilidades de contraer la infección también aumentan cuanto más tiempo permanezca el paciente en el hospital.
En un estudio llevado a cabo en Israel con adultos hospitalizados entre 2003 y 2006 se encontró que los principales factores de riesgo para adquirir K. pneumoniae multirresistente son:
En general, cualquier paciente ingresado y con las defensas bajas puede desarrollar la infección y llegar a experimentar síntomas graves como:
Cómo se detecta y se trata la infección por Klebsiella pneumoniae
Para comprobar si un paciente ha desarrollado la infección se deben obtener muestras de las mucosas de la cavidad bucal y nasal, del tracto respiratorio superior (faringe y laringe), orina, sangre u otros tejidos infectados, y someter la muestra a una tinción de Gram para identificar la bacteria, que muestra un tono rosado suave.
En un análisis de sangre se pueden observar niveles elevados de ácido láctico o recuento anómalo de glóbulos blancos (leucocitos), o bien por exceso (leucocitosis), o bien por escasez de los mismos (leucopenia), síntomas que podrían confirmar la presencia de sepsis. Dependiendo del tipo de infección se pueden realizar otras pruebas, que además permitan descartar que se trate de otras afecciones como pancreatitis crónica o insuficiencia suprarrenal, entre otras.
Respecto al tratamiento, se basa en la administración de antibióticos por vía intravenosa, y si la infección se ha contraído fuera del ámbito hospitalario puede curarse con cefalosporinas o fluoroquinolonas, aunque en el caso de que se haya adquirido en el hospital la bacteria suele ser resistente a estos medicamentos.
Prevención de la infección por K. pneumoniae
La amplia distribución de la Klebsiella pneumoniae dentro y fuera del ámbito hospitalario y la resistencia que ha desarrollado contra los medicamentos que la combaten hacen muy difícil prevenir este tipo de infecciones, pero los expertos insisten en que un uso adecuado de los antibióticos es sin duda la mejor forma de proteger y aumentar la capacidad de estos fármacos para tratar las infecciones.
Lavarse las manos correctamente y con frecuencia, es otra de las medidas más sencillas y eficaces para evitar la diseminación de microorganismos. Y para controlar los brotes en los centros hospitalarios es imprescindible identificar cuanto antes a los individuos afectados –incluso aquellos que únicamente sean portadores asintomáticos– para aislarlos, y seguir escrupulosamente los protocolos de higiene, que incluyen utilizar batas, mascarillas y guantes desechables cada vez que se entre en la habitación de los afectados o se les atienda.
En busca de una vacuna. En 2019, investigadores de la Facultad de Medicina de la Universidad de Washington (EE.UU.) y la startup biotecnológica VaxNewMo desarrollaron una vacuna que logró prevenir la infección por dos cepas de la bacteria en ratones. Actualmente, la empresa bicotecnológica española Vaxdyn lidera un proyecto de investigación para reducir la incidencia de esta bacteria resistente a los antibióticos y ha propuesto la vacuna candidata K-Vax. Además, investigadores de la Universitat de Girona trabajan en el desarrollo de KlebsiGene, una vacuna profiláctica de ADN diseñada para prevenir las infecciones causadas por Klebsiella pneumoniae.
Creado: 14 de mayo de 2019