¿La obesidad es contagiosa?
Actualizado: 5 de mayo de 2023
Todos los padres quieren saber con quién se relacionan sus hijos, cómo son sus amigos, qué tipo de ambientes frecuentan… Y es que las amistades tienen una gran influencia sobre nuestros hábitos y comportamientos, y más cuando se trata de niños y adolescentes, que todavía no tienen formada la personalidad y corren mayor riesgo de adoptar conductas perjudiciales para ellos como el consumo de tabaco, alcohol e incluso drogas, simplemente por imitación o por sentirse integrados en un grupo.
Pero, ¿pueden los amigos influir también sobre nuestro peso corporal? Pues parece que sí, que es más fácil que una persona engorde unos kilos si sus amigos tienen sobrepeso u obesidad y, por el contrario, también resulta probable que adelgace si su círculo de relaciones lo forman personas delgadas. Al menos esas son las conclusiones de un nuevo estudio realizado en la Escuela de Medicina de la Universidad de Loyola en Chicago, Estados Unidos, y publicado en ‘PloS One’.
Si el estudiante tenía un ligero sobrepeso y sus amigos eran obesos sólo tenía un 15% de posibilidades de reducir su IMC, pero las posibilidades de incrementarlo ascendían al 56%
En la investigación se analizaron registros de alrededor de 1.800 adolescentes que estudiaban en dos centros de educación secundaria de Chicago, y que estaban recogidos en la base de datos del Estudio Nacional Longitudinal de Salud Adolescente. Los investigadores tuvieron en cuenta datos como peso, altura, índice de masa corporal (IMC), amistades, tiempo que dedicaban a practicar tanto actividades físicas, como sedentarias (ver televisión, utilizar el ordenador, leer…), hábitos alimenticios…
Se midieron también los datos registrados un año después, y observaron que se había producido un fenómeno conocido como ‘agrupación de la obesidad’, y que consiste en que los adolescentes tienden a elegir a sus amigos de acuerdo a su propio IMC, algo que ya se sabía por otros estudios. Sin embargo, e incluso teniendo en cuenta este factor, comprobaron que un joven que estuviera en el límite entre peso normal y sobrepeso y cuyos amigos fueran delgados, tenía un 40% más posibilidades de reducir su IMC y un 27% más posibilidades de aumentarlo. Por el contrario, cuando el estudiante tenía un ligero sobrepeso y sus amigos eran obesos sólo tenía un 15% de posibilidades de reducir su IMC, mientras que las posibilidades de incrementarlo ascendían al 56%.
Esto indica, en opinión de los autores de la investigación, que la influencia social tiene más efectos negativos que positivos en lo que se refiere al peso corporal. Y es que el tipo de dieta y las actividades a las que se dedica el tiempo de ocio están fuertemente vinculadas con los hábitos y costumbres del grupo de amigos, especialmente durante la adolescencia y juventud. Por ello, los investigadores aconsejan tener en cuenta el impacto que tienen las amistades a la hora de desarrollar estrategias para prevenir la obesidad infantil y los trastornos alimentarios en adolescentes.
Creado: 12 de julio de 2012