Manos siempre frías: a qué se debe y tips para aliviarlas
Tener las manos frías, aunque el resto del cuerpo se mantenga caliente y la temperatura sea agradable, podría indicar un problema de salud. Conoce las causas por las que se enfrían las extremidades y cuándo consultar al médico.
Muchas personas se han acostumbrado a tener siempre las manos frías y no le dan importancia, más allá de la sensación de incomodidad que las lleva a intentar calentarlas posándolas sobre otra zona de su cuerpo más caliente, como el cuello, por ejemplo, o a que a veces no puedan evitar la tentación de utilizarlas como ‘arma arrojadiza’ y las coloquen sobre un cuello ajeno.
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También es habitual que tarden más tiempo en conseguir calentarlas después de haberlas expuesto al frío tras permanecer al aire libre en invierno o en un espacio interior, pero con aire acondicionado, o tras sumergirlas en agua fría o tocar alimentos que estaban en la nevera o el congelador.
Por lo general no es algo preocupante, sino una peculiaridad más porque no todos tenemos la misma tolerancia al frío o al calor, pero cuando las manos se mantienen frías en condiciones de temperatura ambiente templada o cálida, o tardan demasiado en calentarse, podría deberse a una mala circulación sanguínea y conviene consultar al médico para prevenir posibles complicaciones.
Por qué tengo las manos frías: causas y cuándo es patológico
Además de la exposición a un ambiente frío, o al manejo de objetos a bajas temperaturas, las manos se pueden enfriar debido a una enfermedad o un problema de salud, entre otras causas como:
Mala circulación sanguínea: puede ocurrir que la sangre no llegue bien a las extremidades, en este caso los dedos de las manos. Esto puede estar relacionado con hábitos poco saludables, como el sedentarismo, ya que hacer ejercicio físico favorece el flujo sanguíneo, o el consumo de una dieta rica en grasas de mala calidad, que aumenta el riesgo de aterosclerosis, una acumulación de colesterol y grasa en las arterias que provoca que se estrechen y dificulta la circulación sanguínea.
Tabaquismo: fumar también puede causar un estrechamiento de las arterias.
Causas hormonales: las mujeres tienen más probabilidades de tener fríos tanto los pies, como las manos, sobre todo en ciertos momentos de su vida, como durante el embarazo, debido a los cambios hormonales, o en la menopausia, una etapa en la que, aunque los sofocos sean el signo más llamativo, también se puede experimentar este fenómeno.
Cambios en la presión arterial: las alteraciones en la presión arterial también pueden tener como consecuencia un enfriamiento de las manos; así, en el caso de hipotensión, o descenso de los niveles de tensión arterial por debajo de lo normal, disminuye el flujo de sangre a las extremidades, mientras que con la hipertensión la sangre corre por las venas con demasiada fuerza y el afectado también puede sentir las manos frías.
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Estrés o ansiedad: cuando estamos muy nerviosos o tenemos que enfrentarnos a una situación muy estresante para nosotros nos pueden sudar las manos, pero también se nos pueden quedar heladas porque se altera el riego sanguíneo.
Diabetes mal controlada: si el paciente diabético no sigue un tratamiento adecuado la enfermedad puede afectar a la circulación e impedir que la sangre llegue correctamente a las extremidades.
Anemia: se produce una disminución de glóbulos rojos y, como estos se encargan de transportar el oxígeno a todos los órganos del cuerpo, la oxigenación es deficiente y la temperatura se regula peor, especialmente en las extremidades.
Signos de alarma ante las manos frías: cuándo ir al médico
En cualquier caso, no hay que alarmarse, porque el simple hecho de tener las manos frías sin ningún otro síntoma asociado no es signo de estar enfermo. Es importante aclarar, por ejemplo, que aunque el frío es uno de los desencadenantes del fenómeno de Raynaud, en el que se produce un estrechamiento temporal de los vasos sanguíneos que afecta a los dedos de las manos y los pies y provoca un cambio de color en los mismos, “tener las manos frías o pálidas de forma global no es fenómeno de Raynaud”, afirma el Dr. José María Álvaro-Gracia, Jefe de Servicio de Reumatología del Hospital Gregorio Marañón de Madrid, que explica que “el fenómeno de Raynaud es un vasoespasmo localizado, no afecta a toda la mano, sino a algunas partes de la misma, o a algunos dedos, y ni siquiera al dedo entero, sino a las dos falanges distales, por ejemplo. O sea, que es una vasoconstricción parcial, no una vasoconstricción generalizada, que es lo que le ocurre a la gente que tiene las manos frías cuando hace frío”.
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Hay ciertos signos de alarma por los que debes consultar al médico, por ejemplo:
Si las manos están frías incluso cuando tienes calor.
Si sientes hormigueo o entumecimiento en ellas.
Si presentan cambios de coloración, llagas o sarpullidos.
Si la piel de tus manos está tirante o endurecida.
Consejos para aliviar las manos frías
Si tienes un problema de salud identificado un tratamiento adecuado permite prevenir o reducir la frialdad de las manos. En cualquier caso, si la frialdad de tus manos no se debe a un tema serio, aquí te dejamos estos consejos que también te ayudarán a hacerlas entrar en calor:
Abriga bien tus manos y pies antes de salir al aire libre cuando el tiempo sea fresco, mejor si son prendas elaboradas con fibras naturales como lana y algodón. También puedes ponerte guantes aislantes o manoplas cuando vayas a manipular objetos fríos.
Cuida la piel de tus manos con una higiene adecuada –lávate las manos con agua tibia, sobre todo en invierno–, y manteniéndolas bien hidratadas. Para ello, lo mejor es que te apliques a diario (varias veces al día si es necesario) una buena crema hidratante a base de lanolina, una cera natural que evitará que la piel se agriete.
Utiliza calentadores de manos. Además de la tradicional bolsa de agua claiente o manta eléctrica que puedes tener en casa si no consigues entrar en calor, en el mercado existen numerosos modelos destinados específicamente a las manos (los hay con batería recargable, a pilas…), e incluso almohadillas térmicas que puedes introducir en tus guantes para mantenerlas bien calentitas.
No te expongas a cambios bruscos de temperatura, como entrar en una habitación con el aire acondicionado muy fuerte cuando vienes de una zona cálida. Tampoco es aconsejable introducir las manos muy frías en agua muy caliente. Piensa que el frío te habrá hecho perder sensibilidad en las manos e incluso podrías quemarte
Realiza ejercicio físico con regularidad porque activa la circulación y ayuda a entrar en calor a todo el cuerpo. Si llevas un tiempo parado porque estás trabajando frente al ordenador, o viendo la tele, por ejenplo, puedes levantarte y mover los brazos en círculo para favorecer la circulación sanguínea.
Coloca tus manos bajo las axilas hasta que recuperen su temperatura (abrazarse a uno mismo no está nada mal).
No fumes ni bebas alcohol y reduce el consumo de cafeína. El alcohol no solo perjudica tu salud general, sino que en este caso concreto dilata los vasos sanguíneos y esto hace que perdamos calor, aunque no sintamos frío porque ejerce un efecto sedante sobre el sistema nervioso. El tabaco, por el contrario, es un vasoconstrictor, lo que significa que dificulta la circulación sanguínea, empeorando la sensación de frío en las extremidades.