Monocitos altos: causas, cuándo preocuparse y cómo bajarlos
Actualizado: 4 de julio de 2022
Tras realizarnos un análisis de sangre por rutina o indicación del médico o especialista, puede aparecer en los resultados una alteración del nivel de monocitos en sangre. Con la ayuda de un especialista en Inmunología Clínica vamos a intentar explicar qué significa tenerlos altos (monocitosis) y cómo solucionarlo.
Qué son los monocitos y qué función cumplen
Los monocitos son un tipo de leucocito o glóbulo blanco de la sangre que se encarga de combatir microorganismos patógenos, como virus o bacterias, por lo que forman parte de la respuesta inmunitaria del organismo. Si sus niveles en la sangre suben por encima de lo normal puede indicar que nuestro sistema inmunitario está fallando y también alerta de la posible aparición de enfermedades infecciosas, inflamatorias o autoinmunes, e incluso de un cáncer de la sangre, como la leucemia.
El Dr. Eduardo López Granados, jefe de servicio de inmunología del Hospital Universitario La Paz, nos explica que cuando los monocitos –que tienen su origen en la médula ósea– “migran a los tejidos, se convierten en una célula denominada macrófago, que realiza diversas funciones de la respuesta inmunológica. Algunas básicas, como la ingesta y destrucción (fagocitosis) de microorganismos y sustancias extrañas, y otras complejas como la regulación de la respuesta inflamatoria”.
Niveles normales de monocitos y cuándo hay monocitosis
Los niveles de monocitos en sangre ayudan a conocer el estado inmunitario de una persona y si están más altos de lo normal puede indicar que se está desarrollando un proceso inflamatorio o infeccioso en el organismo. Para conocer este dato se realiza un “hemograma con recuento diferencial de leucocitos, que es una prueba básica de cualquier valoración diagnóstica, incluso en atención primaria, y permite detectar de manera precoz las alteraciones de la cifra de monocitos”.
Tras extraer sangre al paciente el patólogo hace un recuento de los diferentes tipos de glóbulos blancos presentes en la muestra gracias al uso de un tinte especial. Los monocitos constituyen normalmente entre un 2 y un 10% de los leucocitos de la sangre, y en términos absolutos suelen oscilar entre 100 y 900 células por microlitro, aunque estos rangos pueden variar con el género y la edad, indica el Dr. López Granados. Por eso es necesario que los resultados de un análisis de sangre sean interpretados siempre por un profesional médico.
El aumento moderado/alto se denomina monocitosis y, según la OMS, se define como monocitosis persistente al aumento del número absoluto de monocitos por encima del 10%, con más de 1.000 monocitos por microlitro en sangre más allá de tres meses.
¿Por qué tengo alto el nivel de monocitos en sangre?
El Dr. López Granados señala que las causas por las que aumentan los niveles de monocitos pueden dividirse en reactivas, o clonales. Las causas reactivas pueden dar lugar a una monocitosis temporal (por infección aguda, medicaciones, daño tisular), o crónica (debido a infecciones crónicas o a enfermedades autoinmunes o inflamatorias crónicas).
Las elevaciones clonales suponen una expansión anómala de los monocitos por alteraciones del funcionamiento de la médula ósea (síndrome mielodisplásico), o constituir un tipo de neoplasia de origen hematopoyético (leucemia). Existen formas agudas –como la leucemia mieloide aguda–, o crónica –como la leucemia mielomonocítica crónica–, que deben ser atendidas por especialistas en hematología.
Las causas más comunes de monocitosis son:
Qué síntomas pueden indicar niveles elevados de monocitos
La monocitosis no es una enfermedad en sí misma, sino que se produce en relación con otro proceso y, por tanto, puede no causar síntomas, afirma el inmunólogo de La Paz, que añade que la enfermedad que ha hecho que se eleven los niveles de monocitos es la que desencadena los síntomas, que pueden ser muy variados.
“Puede asociarse a manifestaciones de infección, como fiebre, aumento de tamaño de los ganglios, o de inflamación (inflamación articular, otras alteraciones analíticas, etcétera). Puede asociarse a manifestaciones características de los procesos leucémicos”.
Tratamiento de la monocitosis: cómo bajar los niveles de monocitos
El incremento leve de monocitos puede ser inespecífico y no tener importancia, por lo que es recomendable que se repita su medición al cabo de un tiempo. Además, no existen tratamientos dirigidos a reducir los niveles de monocitos, sino que lo que se tratan son las causas de la monocitosis, es decir, las enfermedades o alteraciones que han provocado su aparición.
En ocasiones las monocitosis que se producen a consecuencia del consumo de ciertos medicamentos pueden no requerir tratamiento, afirma el Dr. López Granados, que añade: “Cuando la causa es reactiva, tratar la enfermedad de base mediante tratamiento antibiótico o antiviral la resolvería”.
En el caso de que el paciente tenga una enfermedad reumática o inflamatoria estarían indicados los “tratamientos antiinflamatorios o inmunosupresores”, “y los protocolos con tratamientos citorreductores y quimioterápicos en casos de leucemia”.
Teniendo en cuenta que la inflamación es una de las principales causas por las que suben los monocitos, para prevenir la monocitosis es recomendable evitar los estados inflamatorios con unos buenos hábitos de vida, como:
¿Por qué bajan los monocitos?
Puede ocurrir también que los niveles de monocitos se encuentren por debajo de lo normal, una condición que se conoce como monocitopenia y que por lo general se produce a consecuencia de un debilitamiento del sistema inmunitario debido, por ejemplo, a un tratamiento con quimioterapia, problemas de salud en la médula ósea, como anemia aplásica, o a infecciones como la del VPH, entre otras causas.
“Los niveles bajos de monocitos –monocitopenia– suelen asociarse a una disminución general de leucocitos en sangre por una infección, o a un defecto más general de la producción de células en la médula ósea (hematopoyesis)” –explica el Dr. López Granados–. Y añade que “existe un error congénito de la inmunidad de causa genética, muy poco frecuente, que se denomina síndrome de monoMAC, con intensa monocitopenia y una susceptibilidad aumentada a infecciones por micobacterias, virus y hongos”.