Obesos metabólicamente sanos

Los obesos metabólicamente sanos no sufren hipercolesterolemia o diabetes tipo 2. Los expertos explican que, además del IMC, el tipo de grasa, su distribución corporal, y el estilo de vida, afectan al perfil metabólico.
Mujer joven con sobrepeso

Los científicos investigan por qué muchas personas obesas no sufren enfermedades metabólicas

Por: Eva Salabert

Periodista experta en salud

Actualizado: 29 de julio de 2022

El concepto de obesos metabólicamente sanos se refiere a las personas que a pesar de presentar obesidad (índice de masa corporal (IMC) igual o superior a 30 kg/m2) no sufren complicaciones metabólicas, como diabetes tipo 2, hipertensión, hipercolesterolemia… Según los expertos, no solo el IMC, sino también el tipo de grasa y su distribución corporal, influyen en la salud del individuo y en el riesgo a largo plazo de desarrollar determinadas enfermedades asociadas a la obesidad.

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Un amplio estudio que se publicó en 2012 en European Heart Journal, y en el que se evaluó a 43.265 personas obesas entre los años 1979 y 2003, reveló que el 46% de ellas estaban metabólicamente sanas, y que su riesgo de mortalidad por cualquier causa era un 38% menor que el de los obesos con alteraciones metabólicas, mientras que sus posibilidades de desarrollar enfermedades asociadas al sobrepeso eran similares al de personas sanas con peso normal. Otros estudios han observado que hasta un 25% de los pacientes con obesidad mórbida pueden estar libres de diabetes, hipertensión o hipercolesterolemia y considerarse, por lo tanto, obesos metabólicamente sanos.

Los expertos afirman que aunque la obesidad es un factor de riesgo cardiovascular, y también aumenta el riesgo de desarrollar diabetes y otros problemas de salud, es necesario tener en cuenta la forma física y el perfil metabólico de la persona obesa para poder establecer un tratamiento y un pronóstico apropiados. 

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Además, mientras antes se consideraba que a mayor índice de masa corporal (IMC), mayores posibilidades de complicaciones de salud, se ha demostrado que esto no solo depende de la cantidad de grasa, sino que su distribución en el cuerpo desempeña un papel clave, ya que la acumulación de grasa abdominal puede ser muy perjudicial, incluso si la persona solo tiene sobrepeso.

La obesidad no es saludable

Los especialistas advierten de que la obesidad no es en ningún caso saludable, pero también quieren hacer hincapié en que ni se puede etiquetar a un obeso de enfermo, ni a un delgado de saludable. Actualmente existen diversas investigaciones en marcha que tienen como objetivo descubrir los mecanismos que hacen que existan personas obesas que no padecen enfermedades metabólicas asociadas a la obesidad, mientras que otras personas con peso normal, o incluso delgadas, sufren las mismas enfermedades metabólicas que los obesos.

Hasta un 25% de los pacientes con obesidad mórbida pueden estar libres de diabetes, hipertensión o hipercolesterolemia, y considerarse obesos metabólicamente sanos

Como explica la Dra. Ana de Cos, de la Consulta de Obesidad del Servicio de Endocrinología del Hospital Universitario La Paz, de Madrid, “la grasa no es toda igual, metabólicamente es más activa una que otra, y nos encontramos con pacientes que, aun con ligeros grados de obesidad, presentan muchas de las enfermedades asociadas a las que se observan en un gran obeso –diabetes, hipertensión, hipercolesterolemia…–, y también encontramos a personas con obesidad extrema con mucha menos patología de la que cabría esperar”.

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Entre los posibles factores que intervienen en este fenómeno, los expertos destacan la actividad física –se ha comprobado que los obesos que realizan ejercicio presentan mejores condiciones físicas y de salud que aquellos con su mismo peso pero sedentarios–, la dieta mediterránea –que parece ejercer un efecto protector frente al desarrollo de enfermedades cardiovasculares con independencia del mayor peso del individuo–, el tipo de tejido adiposo –que varía de unas personas a otras–, y la microbiota intestinal –los microorganismos que se encuentran en el intestino– que también influye en las funciones metabólicas e inmunológicas.

Creado: 25 de noviembre de 2014

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