Operación para cambiarse el color de los ojos: riesgos de esta moda

Muchas personas no están conformes con el color de sus ojos y opinan que su aspecto mejoraría si tuvieran una tonalidad diferente. Las lentillas de colores son una opción que no solo sirve para disfrazarse en Halloween o carnaval, sino que se pueden utilizar a diario como un accesorio más de maquillaje. Sin embargo, su uso se limita a unas horas y requieren unos cuidados, y tal vez por ello se han puesto de moda otras alternativas que permiten cambiar el color de los ojos de manera permanente e irreversible, como la queratopigmentación cosmética.

Numerosos influencers han promocionado esta técnica en concreto en las redes sociales, que también ha protagonizado KOLOR 2024, un reciente congreso internacional monográfico que se ha celebrado en Alicante y en el que se han tratado las últimas innovaciones en el campo del cambio de color de ojos. Explicamos en qué consiste esta intervención, cuáles son sus posibles riesgos, y qué otras opciones alternativas existen.

Qué factores influyen en el color de los ojos

Antes de nada, seguro que te preguntarás de qué depende que tengamos un color de ojos u otro. Pues bien, el color de los ojos está determinado por una combinación de factores genéticos y biológicos, y la cantidad de melanina presente en el iris, que es mayor en los ojos marrones que en los azules y que es un rasgo hereditario, resulta determinante.

Los factores que más influyen en el color de los ojos son:

• Genética: hay numerosos genes implicados en este rasgo y, de hecho, un estudio realizado por científicos del King's College London y el Centro Médico de la Universidad Erasmus de Rotterdam publicado en Science Advances identificó 50 nuevos genes para el color de ojos.
• Herencia: los patrones de herencia pueden ser complejos. Por ejemplo, dos padres con ojos marrones pueden tener un hijo con ojos azules si ambos portan alelos recesivos para el color azul.
• Melanina: la melanina es el pigmento que da color a nuestros ojos, piel y cabello. Los ojos marrones tienen una alta concentración de melanina en el iris, mientras que los ojos azules tienen muy poca.
• Distribución de la melanina: No solo la cantidad, sino también la distribución de la melanina en las diferentes capas del iris influye en el color de los ojos.
• Edad: el color de los ojos puede cambiar con la edad. Por ejemplo, los bebés suelen nacer con ojos azules o grises, pero estos pueden oscurecerse a medida que crecen y la producción de melanina aumenta.
• Condiciones médicas: ciertas afecciones pueden influir sobre el color de los ojos. Por ejemplo, el síndrome de Waardenburg , que se caracteriza por cambios en la pigmentación de la piel, el cabello y los ojos, que pueden tener un color azul intenso o ser de diferentes colores (heterocromía).

Opciones quirúrgicas para cambiar el color de los ojos

Existen diversas técnicas quirúrgicas para cambiar el color de los ojos de forma permanente en personas sanas que desean someterse a estas intervenciones por razones estéticas:

• Colocar implantes de iris de color: esta intervención estaba destinada a corregir problemas de visión en pacientes con defectos del iris o enfermedades como la aniridia congénita, en los que también mejoraba su apariencia estética.
• Despigmentar el iris con láser: se aplica un láser de baja energía que despigmenta el iris y aclara su color, pero no sirve para conseguir una tonalidad concreta en los ojos.
• Queratopigmentación Anular Asistida por Láser de Femtosegundo (FLAAK): consiste en “introducir un pigmento en la córnea a la que previamente se le practica un bolsillo con un láser para conseguir la tonalidad deseada por el paciente”, explican desde la Sociedad Española de Oftalmología (SEO).

Complicaciones asociadas a las cirugías para cambiar el color de los ojos

El Dr. Jorge Alió, catedrático en Oftalmología de la Universidad Miguel Hernández (UMH) de Elche y pionero en la técnica queratopigmentación con láser femtosegundo, afirma que está avalada por la ciencia y por una investigación de más de una década. En concreto, este prestigioso especialista hace referencia a un estudio en el que ha participado él mismo: ‘Cosmetic Change of the Apparent Color of the Eye: A Review on Surgical Alternatives, Outcomes and Complications’.

En este trabajo se revisan las distintas alternativas disponibles para cambiar el color de los ojos y se exponen los posibles riesgos asociados a las mismas:

• Implantes cosméticos de iris: no tienen la marca CE ni la aprobación de la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA) y se pueden producir graves complicaciones derivadas de su colocación, como uveítis, hipema (o sangrado en la cámara anterior del ojo), glaucoma, cataratas, daño endotelial corneal y pérdida de visión. Las investigaciones han demostrado que las personas con iris sanos y funcionales que se someten a esta cirugía tienen un mayor riesgo de complicaciones que pueden dañar gravemente los ojos y la visión, e incluso provocar ceguera.
• Despigmentación del iris con láser: se puede realizar de forma ambulatoria empleando láseres Nd:YAG de neodimio (granate de itrio y aluminio con neodimio), pero no cuenta con aprobación ni licencia oficial y todavía hay pocos datos científicos sobre el tratamiento.
• Queratopigmentación cosmética: es la técnica más estudiada y la evidencia disponible sugiere que es la mejor opción quirúrgica para las personas que desean un cambio cosmético permanente en el color de los ojos. Sin embargo, es necesario continuar investigando para “optimizar los resultados, minimizar las complicaciones posoperatorias y seguir desarrollando esta y otras nuevas alternativas quirúrgicas, como los procedimientos con láser”.

Posibles riesgos de la queratopigmentación anular con láser

No se conocen bien las potenciales consecuencias a largo plazo de la queratopigmentación anular con láser y, por ello, los expertos de la Sociedad Española de Oftalmología (SEO) no recomiendan esta técnica para cambiar el color de los ojos de manera permanente en las personas con los ojos sanos y han emitido un comunicado en el que advierten que “ya se han visto pacientes sometidos a esta intervención con graves descompensaciones corneales que han llevado a la pérdida irreversible de su transparencia abocando a los pacientes a un trasplante de córnea, lo que demuestra que no se puede considerar una técnica segura exclusivamente con fines estéticos”.

Desde la SEO también destacan otros problemas asociados a esta intervención:

• Pérdida periférica de campo visual.
• Dificultades para llevar a cabo una exploración completa del fondo de ojo, de la cámara anterior o del ángulo camerular.
• Dificultades para realizar una cirugía de catarata, de retina, o cualquier intervención intraocular al impedir la correcta visualización de las estructuras oculares, lo que aumenta significativamente los riesgos de estas intervenciones y sus complicaciones intraoperatorias, además de influir negativamente en el pronóstico de la cirugía.

En opinión de estos expertos por el momento no hay suficiente evidencia científica que apoye la seguridad y eficacia de esta intervención, que tampoco proporciona unos resultados naturales, ya que la apariencia de los ojos es similar a la que se conseguiría con las lentes de contacto de colores, concluyen.