Para qué sirve la saliva
Actualizado: 21 de septiembre de 2022
La saliva, que está compuesta por agua en un 99% y el 1% restante por diversas sustancias orgánicas e inorgánicas, procede de seis glándulas salivares –dos parótidas, dos sulinguales y dos submaxilares– que la segregan las 24 horas del día, aunque la producción es mayor antes durante y después de las comida, y disminuye notablemente durante la noche.
Tanto la cantidad como la calidad de la saliva son importantes, porque cada uno de los componentes de este fluido desempeña un papel específico; así, el agua interviene en la limpieza, la preparación de los alimentos para ser tragados, la apreciación de los sabores, la fonación o la digestión, entre otras, mientras que el fosfato, el calcio y el flúor ayudan a la remineralización de la dentadura, y la lisocima y las inmunoglobulinas tienen una acción antimicrobiana.
La saliva es fundamental para mantener la salud de la cavidad bucodental pero, además, interviene en procesos del organismo como la digestión, por lo que es importante prestar atención a las posibles alteraciones en el flujo salival –que pueden deberse a numerosas causas fisiológicas o patológicas–, y que tienen como consecuencia o bien un exceso de salivación –lo que se conoce como sialorrea–, o una cantidad inferior a lo normal o hiposalivación o xerostomía (boca seca).
Las fluctuaciones en la cantidad de saliva pueden ser un síntoma de alguna enfermedad o proceso infeccioso, o un efecto secundario de ciertos medicamentos o tratamientos
Las fluctuaciones en la cantidad de saliva deben consultarse con el médico porque pueden ser un síntoma de alguna enfermedad o proceso infeccioso, o un efecto secundario de ciertos medicamentos o tratamientos. Sin embargo, el trastorno de falta o exceso de saliva es irreversible cuando se debe a un deterioro de las glándulas salivales.
Funciones de la saliva
La saliva desempeña funciones digestivas, protectoras de la salud bucodental frente a trastornos como la caries, y antibacterianas:
- Lubrica y protege la mucosa oral y la dentadura.
- Remineraliza la superficie de los dientes.
- Interviene en la preparación del bolo alimenticio y facilita su deglución y su tránsito a través del tubo digestivo, protegiendo el esófago y evitando los atragantamientos.
- Contribuye a que las papilas gustativas identifiquen mejor el gusto de los alimentos.
- Elimina los microorganismos que quedan tras la comida.
- Mantiene el pH de la boca, disminuyendo los ácidos perjudiciales para el esmalte dental.
- Arrastra las bacterias, impidiendo que se forme placa dental. La enzima lisozima, presente en la saliva, también combate determinados tipos de bacterias.
- Tiene una acción antimicrobiana.
- Ayuda a diagnosticar algunas enfermedades y a seguir la evolución de determinados tratamientos médicos.
Creado: 29 de abril de 2015