¿Por qué nos suenan las tripas?
Actualizado: 28 de junio de 2022
La situación es la siguiente: asistes a una reunión de trabajo poco después de una buena comilona o, por el contrario, los asistentes lleváis varias horas sin probar bocado. De pronto, se hace el silencio y entonces se oye un ruido fisiológico que procede de lo más hondo del organismo de alguno de los presentes. No hay duda: las tripas de alguien han empezado a protestar sonoramente...
¿Qué son los borgorigmos: por qué nos suenan las tripas?
Este rugir de tripas es un fenómeno que tiene su propio nombre científico. “Su nombre técnico es borborigmos”, nos comenta el doctor Antonio M. Moreno García, especialista en Aparato Digestivo del Hospital Puerta del Mar de Cádiz. El origen está en la intensa actividad del sistema gastrointestinal. “Se deben al movimiento en el interior del estómago y del intestino de los alimentos más o menos líquidos, según la fase de la digestión en la que se encuentren, y de los gases que se van produciendo en dicho proceso. El paso de este conjunto líquido-gaseoso, junto al peristaltismo, o movimiento del intestino en los distintos tramos del aparato digestivo, ocasiona dicho sonido”, añade.
Comer despacio masticando bien los alimentos, no fumar, no mascar chicle, y beber líquidos sin gas y de un vaso ayudarán a evitar que te suenen las tripas
Y es que aunque no seamos conscientes de ello los órganos encargados de la digestión y asimilación de nutrientes están en constante movimiento. El doctor Moreno García nos ofrece una explicación muy gráfica: “nuestro aparato digestivo no es un conjunto de cañerías o de tubos rígidos”. En realidad, el paso del alimento por el sistema digestivo es muy complejo. Dentro de nuestro intestino existen muchas conexiones nerviosas complejas que coordinan los músculos, provocando unas contracciones o peristalsis en diferentes tramos, que ayudan a propulsar el contenido que se encuentra en su interior para que el organismo asimile los nutrientes. “Este sistema se encuentra en movimiento constante, con momentos de menor o mayor actividad, y no solo cuando ingerimos alimentos”, añade.
¿Las tripas suenan más cuando se tiene hambre?
A menudo achacamos esos ruidos de la tripa al hambre, pero no es así. Se producen tanto con el estómago lleno, como vacío, aunque “en esta situación podemos ser más conscientes de su sonido”, afirma el doctor Moreno García. Además, cuando la sensación de hambre se despierta, y pensamos en comida, o ponen delante de nosotros un plato con vituallas, inmediatamente empezamos a salivar y el intestino empieza a removerse, expectante a lo que está por venir.
Pero como el estómago se encuentra vacío, solo con gas, la saliva que estás generando y los jugos gástricos que también se han empezado a secretar ante la perspectiva de una buena comida, sus movimientos pueden provocar “borborigmos con algo más de intensidad” –comenta el especialista en aparato digestivo–, y sin nada en el estómago que los amortigüe. Para reducirlos, y mientras no sea posible comer, se puede beber a pequeños sorbos un vaso de agua u otro líquido sin gas, como una infusión.
Cómo evitar los ruidos de la barriga
En general, la idea es intentar evitar que nuestro sistema digestivo se llene de aire, que además es origen de una gran incomodidad. El doctor Antonio M. Moreno García nos da una serie de recomendaciones para que estos ruidos no arruinen nuestra imagen social:
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Comer despacio y masticar bien los alimentos: “es importante realizar cinco comidas al día y tomarse al menos 20 minutos en cada una de ellas”, aconseja.
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Evita o reducir la ingesta de bebidas con gas: refrescos, gaseosas, aguas carbonatadas… utilizan el dióxido carbónico para intensificar el sabor y el aroma, pero causan gases que se acumulan en el organismo.
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No fumar: al aspirar del cigarrillo se traga aire y, como bien sabes, otras muchas sustancias que resultan muy perjudiciales para la salud.
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No consumir bebidas alcohólicas: el alcohol ralentiza la musculatura del tubo digestivo; por este motivo, el alimento tarda más tiempo en abandonar el estómago y el intestino, lo que provoca más gases dentro del tracto digestivo.
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No comer chicle ni caramelos: cuando se masca chicle o se chupa un caramelo se deglute mucho aire.
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No beber directamente de las botellas o botes: es preferible verter el líquido que se va a ingerir en un vaso.
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Reducir los alimentos más flatulentos: conviene moderar el consumo de legumbres, o seguir el siguiente consejo: cuando se ponen a cocer y el agua entra en ebullición, cambiar el agua. También hay algunas verduras que provocan más gases, como las coles (en sus diferentes variedades), el brócoli, o la coliflor.
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No hablar mientras se come: seguir el viejo consejo de no hablar en la mesa, ya que conversar favorece la entrada de aire.
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Evitar tomar alimentos con mucha fibra: si se quiere incrementar el consumo de alimentos ricos en fibra, hay que hacerlo de forma progresiva, y siempre con una ingesta adecuada de agua.
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Realizar ejercicio de forma regular: practicar un deporte adecuado a la condición física de cada persona ayuda a mejorar la motilidad del tubo digestivo, evitando la acumulación de gases.
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No consumir ningún medicamento sin consultar con el médico.
Cuándo el sonido de las tripas puede indicar un problema de salud
Estos ruidos provenientes de nuestro estómago no suelen ser síntoma de ningún problema de salud, y generalmente son inofensivos, pero en algunas ocasiones sí pueden ser síntoma de:
No obstante, como nos dice el doctor Moreno, es mejor consultar con un especialista y “no demorar la consulta” si se dan las siguientes circunstancias en personas mayores de 50 años:
Se mueve, pero no suena
El hecho contrario, es decir, no percibir ningún ruido, aunque notemos que nuestro sistema digestivo se mueve como el centrifugado de una lavadora puede ser síntoma de algunas enfermedades:
Creado: 27 de noviembre de 2019