Povidona yodada, para qué sirve y cuándo se usa
Actualizado: 5 de mayo de 2023
Gasas, tiritas, esparadrapo, algodón... son algunos de los elementos más repetidos en los botiquines de primeros auxilios, además de la povidona yodada –también conocida con los nombres comerciales de Betadine®, Acydona® o Heridine®–, un producto del que todos solemos echar mano para desinfectar las heridas. Sin embargo, el uso de este medicamento antiséptico ha generado mucha controversia, te contamos qué es, cuándo se usa y sus contraindicaciones.
Qué es la povidona yodada
La povidona yodada o iodopovidona es un producto compuesto por una povidona (polímero soluble en agua), yodo elemental y yoduro de hidrógeno, tal como nos explican Andreu Jaume Rigo Monserrat y Daphne Vázquez Planissi, enfermeros expertos en heridas y creadores de la cuenta de Instagram Curas y heridas.
Su composición es yodo molecular junto con un polímero soluble en agua, es decir, se trata de un transportador de yodo que lo va liberando lentamente, pues es el yodo el verdadero agente antimicrobiano, que penetra en las paredes celulares de los microorganismos y mediante la oxidación altera sus proteínas estructurales y ácidos nucleicos, destruyendo al patógeno.
La povidona yodada es un compuesto eficaz contra bacterias, virus, hongos, protozoos y esporas que se usa para desinfectar pequeñas heridas
Se trata de un agente activo eficaz contra las bacterias (Gram+ y Gram-), hongos, virus, protozoos y esporas, por lo que hablamos de uno de los antisépticos más completo, así se recoge en la Guía de Antisépticos y Desinfectantes del Hospital Universitario de Ceuta.
Una de las características de esta solución con yodo es su color, un líquido marrón anaranjado que tiñe ligeramente la piel o cualquier tejido al entrar en contacto. La povidona yodada se puede encontrar en solución dérmica, en gel, en champú, gel vaginal o en enjuague bucal, dependiendo de para qué se quiera utilizar. Aunque como nos advierten Andreu y Daphne muchos de sus efectos se han comprobado en estudios in vitro, no in vivo. Por eso, conviene saber cuándo usarlo y cuándo debemos evitarlo.
Además, destacan que su acción microbicida se mantiene en presencia de pus, sangre, suero y tejido necrosado, por tanto, mantiene su actividad en infecciones en cavidades sépticas corporales como en pleura, peritoneo, hueso o vejiga.
Su forma de aplicación es directamente en la piel limpia y seca sobre el área afectada con una gasa tantas veces como indique el profesional sanitario. Según Médicos Sin Fronteras, este antiséptico empieza a actuar 30 segundos después de la aplicación por lo que se recomienda respetar un tiempo de contacto de un minuto para asegurar una actividad bactericida. Es importante permitir que la solución de povidona yodada se seque al aire para maximizar su efecto antiséptico.
Antes de aplicarlo, lee siempre las instrucciones del fabricante, ya que la concentración y las orientaciones de uso pueden variar. Por otro lado, se debe evitar el uso prolongado o repetido en grandes áreas de la piel o en heridas profundas sin consultar a un médico, ya que puede absorberse a través de la piel y afectar la función tiroidea, especialmente en recién nacidos y embarazadas.
Contraindicaciones de la povidona yodada
Sin embargo, existe cierta controversia sobre los verdaderos efectos de la povidona yodada en la cicatrización de las heridas, pues son muchos los que indican que puede no ayudar en este proceso de recuperación y además aportar grandes cantidades de yodo al organismo, interfiriendo en el correcto funcionamiento de la síntesis de hormonas tiroideas.
Según nos explican Andreu Jaume Rigo y Daphne Vázquez, “muchos estudios donde se evidencia su amplio espectro microbicida son in vitro, no in vivo, lo que pueden dar resultados no reproducibles en humanos, ya que hay ciertas proteínas presentes en las heridas que pueden inactivar el yodo, limitando su efecto microbicida”.
No se recomienda la aplicación de povidona yodada en embarazadas, lactantes, bebés y personas con problemas de tiroides
Además añaden que “sobre si reducen la granulación o son perjudiciales para la cicatrización de las heridas no se han llegado a unas conclusiones claras, de nuevo estudios in vitro han demostrado citotoxicidad mientras que in vivo no, incluso han promovido la neovascularizacion, por lo que se necesitarían más estudios para poder tener una buena evidencia”.
La cantidad de povidona yodada en 1 ml de Betadine® es de 100 mg, lo que equivale a unos 100.000 µg, para hacernos una idea, el yodo de la sal yodada contiene 60 mg por gramo. Esto supone una gran concentración en la povidona yodada, además de que tiene la capacidad de absorberse muy rápido y en grandes cantidades.
Es por ello que no se recomienda la aplicación de esta solución antiséptica en personas con problemas de tiroides, bebés, mujeres embarazas o lactantes, pues según la Organización Mundial de la Salud (OMS) la recomendación de este mineral en el embarazo y lactancia está entre 200 y 300 µg de yodo diarios, muy superior a la cantidad incluida en la povidona yodada.
Esta sobrecarga de yodo puede bloquear de manera transitoria la tiroides, pues esta necesita el mineral para sintetizar las hormonas y ante un exceso inhibe la captación y deja de funcionar correctamente, causando hipotiroidismo. Por ejemplo, el yodo en sangre del cordón umbilical aumenta hasta en un 50% en aquellas mujeres en las que se aplica povidona yodada antes del expulsivo. Esto hace que aumente hasta 10 veces la cantidad de yodo en la leche materna en los días posteriores al parto.
Clorhexidina, una alternativa segura al uso de povidona yodada
En consecuencia, el bebé podría llegar a recibir grandes cantidades de yodo que, como hemos comentado, le causaría hipotiroidismo transitorio, lo que afectaría a su correcto desarrollo cerebral. Por todo ello, los expertos no recomiendan usar povidona yodada en ninguna situación durante el embarazo, la lactancia o durante la primera infancia.
Desde la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) indican que “debe evitarse el uso regular o prolongado de este medicamento, especialmente en pacientes con quemaduras que afecten a más del 20% de la superficie corporal, heridas grandes o abiertas, fallo renal, trastornos tiroideos y en pacientes que estén en tratamiento con litio”.
“No se debería usar ningún antiséptico de forma rutinaria, porque pueden ser citotóxicos, retrasan la cicatrización, pueden tener reacciones cutáneas, alergias... Si se deben usar antisépticos cuando una herida está sucia, colonizada o infectada, o también cuando se quiera evitar la proliferación bacteriana, como, por ejemplo, en lesiones arteriales, ya que, en este caso el yodo, seca la zona por su composición astringente”, aclaran los autores de la cuenta Curas y heridas.
Además, estos expertos nos dan algunas alternativas para sustituir la povidona yodada, en casa se puede sustituir del botiquín por clorhexidina y en el ámbito sanitario se está usando prontosan (PHMB) y microdacyn (ácido hipocloroso).
Betadine, ¿uso frente al COVID-19?
En los últimos meses se ha hablado mucho de si enjuagues con povidona yodada podrían ayudar a reducir la carga viral del COVID-19, reduciendo el nivel de contagio de las gotas respiratorias expulsadas por un paciente infectado. Y es que desde 2018 se han realizado varios estudios que han demostrado que la povidona yodada es un potente agente virucida, aunque matizamos que estas pruebas han sido realizadas in vitro.
En 2015, un estudio publicado en la revista Infectious Diseases and Theraphy, concluyó que aplicación de povidona yodada in vitro conseguía reducir en los títulos de los virus MVA (Vaccinia Ankara Modificada) y MERS-CoV (Síndrome Respiratorio de Oriente Medio), inactivando el virus por encima del 99% tras 30 y 15 segundos de aplicación del producto en formato enjuague bucal con una concentración al 1%.
No existe suficiente evidencia científica que apoye el uso generalizado de enjuagues de povidona yodada contra el SARS-CoV-2
En el caso del SARS-CoV-2, un estudio publicado en el Journal of Prosthodontics, indicó que “los antisépticos orales de povidona yodada en todas las concentraciones probadas de 0,5%, 1% y 1,5%, desactivaron completamente el SARS-CoV-2 dentro de los 15 segundos posteriores al contacto”. Sin embargo, este ensayo fue hecho en cultivos, por lo que todavía no se puede extrapolar al caso humano.
Precisamente, otro estudio español publicado en la revista Oral Diseases, probó los efectos de los enjuagues de povidona yodada en cuatro pacientes con coronavirus, y se encontró que en dos de ellos se había reducido la carga viral significativamente, y en otros dos se mantuvo al mismo nivel.
No obstante, no existe suficiente evidencia científica que apoye el uso generalizado de enjuagues de povidona yodada contra el SARS-CoV-2, pues la mayoría de estos trabajos carecen de grupo de control y tienen pocos participantes. Aun así, desde el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) informan de que dos investigadoras ya están en marcha con un ensayo que determine la utilidad de los enjuagues orales con agua oxigenada al 3% y povidona yodada en la reducción de la carga viral orofaríngea de SARS-COV-2.
Creado: 6 de octubre de 2021