Salsifí, un tubérculo versátil y nutritivo
Actualizado: 5 de mayo de 2023
En el mercado hay muchas frutas, verduras y otros alimentos que desconocemos, y que por su extraño nombre o por falta de información, no nos planteamos meter en nuestra cesta de la compra, pero que, sin embargo, nuestro paladar debería probar al menos una vez. En esta ocasión, vamos a ayudaros a dar un paso más en este descubrimiento gastronómico presentándoos el salsifí, una raíz comestible sabrosa, repleta de nutrientes y muy versátil en la cocina.
Este tubérculo es originario de la zona del Mediterráneo y tiene una forma alargada –de unos 15 a 31 cm– y un grosor de unos dos o tres centímetros. Su aspecto es muy parecido al del nabo, la chirivía o la yuca, y en cuanto a su color, existen dos variedades: el salsifí blanco y el negro.
Tipos de salsifí
El salsifí blanco (Tragopogon porrifolius) es también conocido como barba de cabra, pues parece tener pelos en su superficie, o como ostra vegetal, porque son muchos los que dicen que su sabor se asemeja a este molusco.
El salsifí negro generalmente procede de Bélgica o Francia, según la Fundación Española de la Nutrición (FEN), y su interior es más carnoso y menos fibroso, resulta más fácil de pelar que la variedad blanca y además tiene un toque de sabor parecido a la nuez.
Los que han probado algún plato que incluye esta raíz, cuyo interior es blanco y de textura más carnosa, aseguran que en general su sabor es un poco amargo, y lo asemejan al de las alcachofas, la yuca, el puerro y los espárragos, aunque lo mejor para salir de dudas es que lo probéis vosotros mismos.
Este alimento está disponible durante todo el año, pero su mejor temporada está entre finales de otoño y principios de primavera. La flor de la planta pertenece a la familia de los dientes de león y son muy parecidas; además, sus hojas y brotes se usan en ensaladas o también se pueden cocinar como si fueran espinacas, pues son comestibles y contienen bastantes nutrientes.
Beneficios del salsifí para la salud
El salsifí contiene una gran variedad de nutrientes, por lo que es una buena y rica manera de obtener los necesarios para el organismo. Según la FEN, cada 100 g de esta raíz nos aportan 42 kcal, 1,9 g de proteína y 5,2 g de hidratos de carbono. Además, es rico en potasio, hierro, manganeso, calcio, fósforo, cobre, magnesio, Vitamina C, B1, B2, B6, B9, fibra, inulina –un carbohidrato prebiótico que mejora la microbiota intestinal– y agua, pues aproximadamente el 81% de cada una de estos tubérculos está compuesto de agua.
Con todas estas propiedades en sus raíces, al salsifí se le han atribuido los siguientes beneficios para la salud:
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Mejora el sistema inmune
La vitamina C es un gran aliado del sistema inmune, según diversos estudios, como el publicado en la Revista Española de Nutrición Humana y Dietética, y el salsifí tiene grandes cantidades en su composición que ayudan a fortalecer las defensas de nuestro organismo frente a los agentes externos que causan infecciones o daños en las células.
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Previene el estreñimiento
La presencia de fibra e inulina en esta raíz ayuda a regular el tránsito intestinal, evitando las situaciones de estreñimiento y, por tanto, reduciendo el riesgo de enfermedades como el cáncer de colon.
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Activa el cerebro
El salsifí contiene vitamina A, una vitamina que ha demostrado en un estudio de la Universidad de Salud y Ciencia de Oregon (EE.UU.) que contribuye al buen funcionamiento entre neurotransmisores, lo que fomenta la mejora del aprendizaje y el comportamiento.
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Beneficioso para los huesos
El mantenimiento de la salud ósea se ve favorecido por los alimentos ricos en calcio, magnesio y cobre, tres de los minerales que contiene el salsifí, por lo que es un aliado para prevenir problemas como la osteoporosis.
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Poder antioxidante
Las vitaminas A y C luchan contra los radicales libres y tienen una función antioxidante, retrasando los síntomas del envejecimiento y mejorando el aspecto de la piel y el cabello.
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Ayuda a reducir la presión arterial
según la asociación Blood Pressure UK (Reino Unido) tomar alimentos con potasio favorece la regulación de la presión arterial, por lo que tomar salsifí puede apoyar los tratamientos contra la hipertensión arterial.
Cómo comprar, conservar y preparar el salsifí
El salsifí se utiliza para hacer guisos, purés o sopas, o se puede hervir para añadirlo en las ensaladas o freír a modo de patatas chips. Puedes comprar estas raíces en puestos de mercados de fruta y verdura, aunque no son muchos los que las ofertan, por lo que quizá tengas que visitar varios para conseguirlo.
En los supermercados puedes encontrarlo en conservas, ya pelado y cocido, listo para agregar a tus guisos, freírlo con mantequilla o echarlo en tus ensaladas. Otra buena opción es plantarlos tú mismo; si dispones de una pequeña zona de tierra deberás sembrarlo entre marzo y mayo, y recogerlo entre septiembre y febrero.
Si ya lo tienes en casa, es importante que sepas que para mantener el salsifí fresco se recomienda almacenarlo en la nevera envuelto en una bolsa de plástico; así no perderá sus propiedades durante un par de semanas. La preparación dependerá de la forma en la que lo vayas a cocinar, aunque en casi todos los casos necesitarás lavarlos, para quitarles los restos de tierra, y pelarlos para deshacerte de la piel dura y dejar al descubierto su interior más carnoso.
Recetas con salsifí
Creado: 19 de marzo de 2019