Síndrome de la batería baja, la ansiedad de la generación selfie

Los móviles se han convertido en otra extremidad del cuerpo y el nivel de batería en una preocupación más. Si sientes ansiedad cuando tu móvil baja del 20% de carga puedes estar sufriendo el Síndrome de Batería Baja.
Una joven mira con preocupación el nivel de batería de su móvil

No gastar batería se ha convertido en todo un reto para las personas con dependencia de su teléfono móvil.

Por: Natalia Castejón

Periodista especializada en vida saludable

Actualizado: 29 de julio de 2022

Vivimos sin separarnos de los teléfonos móviles, los utilizamos para llamar, mandar mensajes, jugar, para buscar información… la lista es infinita, sin embargo, todo ello depende de una cosa: el nivel de batería del terminal. Esa pila que se muestra en las pantallas de los móviles puede influir en las personas hasta límites en los que puede suponer un verdadero problema. Es lo que se ha dado en llamar el síndrome de la batería baja. Así es como se conoce al trastorno que se da en las personas que sienten ansiedad y pánico cuando la carga del teléfono móvil llega al 20% del total y se muestra el temido mensaje de low battery.

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Pero esa ansiedad que se siente en el momento que el móvil avisa que su nivel de la carga está en las últimas, es solo una de las características que evidencia el síndrome de batería baja. El resto de síntomas que te pueden hacer identificar si lo sufres corresponden a comportamientos que se llevan a cabo para poder aumentar esa carga y que afecta a las actividades de la vida diaria de la persona. Y es que, no gastar batería se ha convertido en todo un reto que va desde poner el modo avión para evitar el consumo de batería de diversas aplicaciones que necesitan datos móviles, hasta apagar el terminal para ahorrar carga.

9 de cada 10 usuarios de smartphone sienten pánico cuando la batería de su teléfono móvil baja del 20% 

Pero en los casos en los que se necesita tener el teléfono activo y no se pueden llevar a cabo las anteriores prácticas, se pasa a un plan b de supervivencia. Éste consiste en intentar encontrar cualquier fuente de electricidad posible, pedir el cargador a un desconocido, cargar el teléfono en enchufes de estaciones de metro mientras llega el tren o consumir en un establecimiento solo para poder cargar el móvil durante ese tiempo, son algunas de las estrategias más comunes para no renunciar al móvil ni por un instante. Todo un drama para la generación selfie.

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No sin mi cargador del móvil

Para dar constancia del aumento de este trastorno en la sociedad, la empresa LG Electronics ha llevado a cabo un estudio basado en 2.000 adultos con smartphone en Estados Unidos a los que se les ha hecho una serie de preguntas sobre sus hábitos con el teléfono móvil. Los resultados que se han obtenido son que nueve de cada diez personas siente ansiedad o pánico cuando su móvil tiene menos de un 20% de batería, el 40% de los encuestados regresa a casa sin importar lo que estaba haciendo solo para recargar la batería. También llama la atención que nada menos que el 80% carga su móvil antes de salir de casa aunque no lo necesite y el 70% se niega a prestar el cargador por miedo a no tenerlo disponible cuando les sea necesario.

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Los datos recogidos preocupan a los expertos, pues la obsesión por tener el móvil cargado a llegado al extremo de que el 42% de las personas preguntadas en el estudio preferiría no ir al gimnasio para cargar el terminal, el 41% afirma tener tres o más cargadores y el 60% suele pedir prestado a otra persona su teléfono móvil para llamar o mandar un mensaje cuando su batería está baja.

Pero, ¿hasta qué punto pueden llegar los usuarios de smartphones para ahorrar batería? El 61% de los encuestados reconoce que apaga su teléfono para que no se reduzca su nivel de carga, la mitad de ellos intenta no hacer fotografías y el 62% evita acceder a sus redes sociales para poder tener activo su teléfono móvil durante más tiempo. Este trastorno sumado con la nomofobia, miedo a no tener el móvil a mano, nos muestran que cada vez es mayor la adicción a este tipo de aparatos y que todo vale con tal de permanecer conectados. Sin duda, un problema para reflexionar…

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