Síndrome de la cara vacía por ir sin mascarilla
Actualizado: 5 de mayo de 2023
Después de más de dos años usando la mascarilla a partir del 20 de abril no solo podremos desprendernos de ella en ambientes abiertos, y siempre y cuando se pueda mantener la distancia interpersonal de 1,5 metros, sino que tampoco será obligatorio llevarla en interiores, con algunas excepciones como centros sanitarios y sociosanitarios (hospitales, centros de salud, farmacias, residencias de ancianos…), el transporte público, o las empresas cuyos responsables así lo decidan. Una nueva medida que ha liberado a muchos, pero que ha supuesto un nuevo problema para otros, que se han visto afectados por un trastorno conocido como síndrome de la cara vacía.
Qué es el síndrome de la cara vacía
Y es que el ser humano es un animal de costumbres, y nos hemos acostumbrado a llevar la mascarilla para protegernos del COVID-19 y evitar transmitir el coronavirus a otros si estamos infectados, y ahora muchos sienten ansiedad, estrés o malestar si no la tienen puesta. Por eso, los profesionales han llamado la atención sobre el riesgo de este nuevo trastorno, que podría afectar a la población más de lo que pensamos.
El síndrome de la cara vacía provoca inquietud, nerviosismo, aislamiento social o síntomas agorafóbicos al quitarse la mascarilla
El síndrome de la cara vacía se manifiesta con una sensación de estrés, ansiedad, inseguridad y malestar al desprenderse del cubrebocas, algo así como la sensación de sentirse desnudos. Todo esto genera nerviosismo, inquietud, dolores, sudoración, aislamiento social o síntomas agorafóbicos, entre otros problemas. La psicóloga Angélica Rodríguez García nos explica que “es necesario tener en cuenta que no es una patología en sí misma, sino que agrupa síntomas que están relacionados con alteraciones emocionales, sobre todo, del tipo ansioso”.
Miedo al contagio del SARS-CoV-2
Pero no solo por quitársela puede aparecer este síndrome, sino que también puede darse al ver por completo la cara de los demás –algo poco habitual durante el último año–, o por el miedo a que la falta de la mascarilla pueda producir un contagio. El cubrebocas, además de actuar como protección contra virus, también constituye un escudo que impide mostrar muchas emociones, pues oculta el rostro, una de las partes más importantes de la comunicación no verbal y esto también puede suponer una sobreexposición al quitarla que genera ansiedad.
“No hay tratamiento para este síndrome, lo hay para los síntomas que pueda desarrollar la persona, es decir, si desarrolla ansiedad extrema, podría ser tratada de esto”
Puede que te estés sintiendo representado en lo que estás leyendo o que, por el contrario, pienses que es una exageración, pero lo que es cierto es que existe un perfil más proclive a desarrollar el síndrome de la cara vacía. Según nos cuenta Angélica Rodríguez son personas con problemas psicológicos, principalmente relacionados con el trastorno de ansiedad, con trastornos de la personalidad y con problemas de timidez o fobia social.
Cómo gestionar el síndrome de la cara vacía
Pero, ¿qué podemos hacer para no sentirnos extraños y ansiosos sin la mascarilla? La psicóloga nos da las claves “hay que respetar los tiempos de cada persona e ir progresivamente sintiéndose seguros y quitándola poco a poco, siempre teniendo en cuenta que es un acto voluntario y que, poco a poco, se va a normalizar estar sin ella en función de la evolución a mejor de la pandemia. No hay tratamiento para este síndrome, lo hay para los síntomas que pueda desarrollar la persona, es decir, si desarrolla ansiedad extrema, podría ser tratada de esto”.
Sin embargo, también nos advierte de que hay que tener presente que no se debe patologizar cualquier cambio que se presente en nuestras vidas, sino que hay que normalizarlo y los psicólogos están para ayudar a que esa normalidad se produzca, siempre desde la prudencia y el sentido común.
Creado: 29 de junio de 2021