Sleep divorce o divorcio del sueño: ventajas de dormir separados

Dormir con tu pareja puede ser un sueño…, o una pesadilla, ya que compartir cama en ocasiones puede impedir que disfrutes de un buen descanso. Dormir bien es un placer, pero no un capricho, ya que es imprescindible para mantener una buena salud física y mental; por ello, hay parejas que han tomado la decisión de dormir en camas separadas, o incluso en diferentes habitaciones si su vivienda lo permite: es lo que se conoce como sleep divorce o divorcio del sueño.

¿Qué es un divorcio del sueño y qué ventajas aporta?

El nombre parece alarmante, pero, por el contrario, un divorcio del sueño puede ser clave para evitar una ruptura sentimental. “La falta de sueño puede empeorar el estado de ánimo y es más probable que las personas que no duermen bien discutan con sus parejas –afirma la Dra. Seema Khosla, neumóloga y vocal de la Academia Estadounidense de Medicina del Sueño (AASM)–, que añade que “puede haber cierto resentimiento hacia la persona que causa la interrupción del sueño, lo que puede afectar negativamente las relaciones”. No es de extrañar, por tanto, que una encuesta reciente realizada por la AASM muestre que más de un tercio de los estadounidenses se han apuntado al sleep divorce. Otra encuesta de la Sleep Foundation concluyó que “El 52,9% de los encuestados adultos que han comenzado un divorcio del sueño dicen que mejoró la calidad de su sueño”.

“Cuando tenemos pareja, en los primeros tiempos de empezar a salir juntos, el deseo principal de ambos es el de dormir juntos. En general, cuando hay interés en compartir la vida, también se desea compartir las noches –nos cuenta Gemma Solé, psicóloga especialista en terapia de pareja y miembro de Doctoralia–. Hay quien se va a la cama y le apetece un abrazo, y quien dormiría toda la noche acurrucado con el otro, pero el deseo de vínculo y cariño siempre está presente. A veces, este deseo de dormir juntos queda interrumpido en una sola noche, o bien después de meses o años”.

En opinión de esta experta, “cuando uno de los cónyuges se siente incómodo durmiendo con el otro deberían plantearse buscar una solución respetuosa, ya que, en ocasiones, el simple hecho de separar camas puede ser suficiente. Pero, si con esto no basta, lo ideal es dormir en habitaciones separadas. Debemos saber que hay estudios que muestran que la necesidad de dormir X horas es genética y hay personas que durmiendo cinco horas se levantan descansadas, mientras que otras necesitan dormir ocho horas o más para poder recuperarse a nivel cerebral. Así pues, dormir más no es cosa de vagos o de voluntad, sino de constitución, y todos deberíamos tener presente esta información para entender a los demás”.

Incluso la ciencia ha analizado los efectos de esta separación nocturna y sus conclusiones parecen claras a tenor de los resultados del estudio Compartir la cama versus dormir solo publicado en la revista Sleep: Dormir con una pareja/cónyuge se asocia con una mejor calidad del sueño y una mejor salud mental en general.

Signos que indican que necesitáis dormir en camas separadas

El divorcio del sueño puede ser temporal o definitivo, en función de los factores que hayan influido en tomar esta decisión. Por ejemplo, durante las olas de calor del verano mantener las distancias puede ser más confortable para ambos, mientras que cuando vuelve el fresco apetece arrimarse a un cuerpo que desprende calorcito. En cualquier caso, dormir mal no solo tiene consecuencias nefastas para la salud, sino que también puede desencadenar discusiones que deterioren la relación de pareja y hay signos que indican que el sleep divorce puede ser lo más conveniente, como:

• Ronquidos. El que uno de los dos miembros de la pareja ronque por la noche es uno de los principales motivos para dejar de dormir juntos, según Solé.
• Tener isomnio. Como apunta a CBS News la Dra. Erin Flynn-Evans, consultora de la Academia Estadounidense de Medicina del Sueño,  “Los estudios demuestran que cuando un compañero de cama tiene un trastorno del sueño, puede afectar negativamente al otro que duerme. Por ejemplo, los compañeros de cama tienden a despertarse a la misma hora cuando uno tiene insomnio”.
• Mayor sensibilidad al frío o al calor. “Que uno de los dos miembros de la pareja sea mucho más caluroso que el otro; en invierno es más fácil de solucionar, puesto que nos podemos poner un pijama que abrigue más, pero en verano la situación podría complicarse si uno quiere dormir con ventilador o aire acondicionado y esto molesta al otro”, señala la psicóloga. Lo mismo ocurre con la iluminación, y es que, aunque los expertos recomiendan dormir a oscuras porque es necesario para segregar melatonina –la hormona que ayuda a conciliar y mantener el sueño–, hay quien prefiere dejar encendida una luz artificial tenue, o con la persiana subida para que entre la luz del exterior.
• Trabajo por turnos u horarios laborales muy diferentes. Si los horarios de trabajo son muy dispares, es posible despertar y desvelar al otro al acostarnos o levantarnos. “Otro motivo para dormir separado es que uno se levante más temprano que el otro y lo molesta, aunque si existe respeto se pueden buscar soluciones para molestar lo mínimo: preparar la ropa el día anterior y dejarla fuera de la habitación, ducharse por la noche o en el baño más alejado si es posible. El problema surge, por ejemplo, si uno es bastante sensible a los ruidos y el otro no, y a veces no aceptamos que sin querer molestamos al otro”.
• Apnea del sueño. Los afectados por este trastorno roncan y, si duermen con una mascarilla nasal de presión positiva continua en las vías respiratorias (CPAP), este dispositivo que ayuda a los pacientes con apnea del sueño a respirar también emite ruido.
• Síndrome de piernas inquietas. El SPS se caracteriza por el movimiento involuntario de las piernas durante el descanso nocturno, que lógicamente puede incomodar o despertar a tu acompañante de colchón.
• Sufrir parasomnias como el sonambulismo o padecer otros trastornos del sueño, como las pesadillas recurrentes.
• Tener diferentes cronotipos: alondra versus búho. Las personas con cronotipo alondra necesitan acostarse y levantarse temprano, al contrario de los búhos, que prefieren trasnochar y les cuesta mucho madrugar. En este caso, tanto el trasnochador, como el madrugador, pueden alterar el descanso del otro si comparten lecho.
• Durante el embarazo. Las embarazadas pueden tener más dificultades para conciliar el sueño, o necesitar más espacio para estar más cómodas.

Inconvenientes de practicar un divorcio del sueño

Vivir juntos y dormir separados puede tener más ventajas que inconvenientes, y el principal beneficio es indudable: disfrutar de un sueño de calidad y sin interrupciones, pero las parejas también deberían tener en cuenta sus posibles contras antes de adoptar esta costumbre que, por otra parte, es totalmente reversible:

• Sentimiento de abandono: si te gusta dormir acompañado y no tienes problemas para conciliar el sueño es posible que te cueste entender esta necesidad del otro, e incluso que experimentes un cierto abandono. Por ello, es muy importante hablarlo antes, exponer las razones, e incluso compartir cama de vez en cuando (por ejemplo, los fines de semana si no hay que madrugar).
• Pérdida de intimidad: para mantener relaciones sexuales no es necesario dormir en la misma cama, y este distanciamiento durante el descanso puede compensarse en otros momentos del día. En algunos casos, no tener a la pareja al lado puede evitar la rutina y convertirse en un aliciente para practicar sexo.
• Falta de comodidad: si la otra cama o la otra habitación no es igual de agradable que la que se compartía. Ambos miembros de la pareja deben disfrutar de una cama y habitación confortables para que ninguno de los dos se sienta desterrado.

Cómo evitar que el ‘sleep divorce’ perjudique la relación

Dormir separados debe ser una decisión razonada y explicada con calma, recomienda Gemma Solé, que añade que “la decisión de dormir separados nunca debería tomarse como un ataque o una falta de amor, sino más bien como una oportunidad para la pareja, para seguir juntos y mejor. Eso sí, lo ideal es que las condiciones de dormir separados sean cómodas para los dos, no un castigo. A ser posible que los dos puedan dormir en un buen colchón, preferiblemente en una habitación o, a no ser posible, en el salón, pero en buenas condiciones”.

“Aunque se tome esta decisión, las relaciones de pareja no deben verse afectadas, más bien al contrario, algunos resultados de estudios científicos indican que se acrecienta el deseo de mantener relaciones sexuales cuando se duerme separado, porque parece que los seres humanos valoramos y deseamos más lo que no tenemos”, afirma la psicóloga.

“En definitiva, debería existir una muy buena comunicación y respeto para que la pareja se mantenga con un vínculo positivo durante años. Lo más importante aquí, no es cómo dormían nuestros padres, o qué es lo que está de moda ahora, sino que debemos hacer caso a lo que nos hace más felices a nosotros y a nuestra pareja: tanto si se trata de dormir juntos, como separados. Y tener muy presente que un buen descanso es recomendable para rendir mejor cognitivamente, el estado de ánimo positivo, estar menos irritables y tener más energía”, concluye la experta.