Tardígrado, un animal prácticamente indestructible
Actualizado: 29 de julio de 2022
La extraordinaria capacidad del oso de agua o tardígrado para adaptarse a todo tipo de hábitats y ecosistemas, desde la Antártida al desierto del Sahara, e incluso el espacio exterior (en 2007 se colocaron algunos en el exterior de la nave Foton-M3 antes de su viaje espacial, y no solo sobrevivieron a las temperaturas bajo cero, los vientos solares y el vacío sin oxígeno, sino que conservaron su capacidad reproductiva), y su increíble resistencia, que le permite sobrevivir a condiciones climatológicas límites (desde -200ºC a 151 ºC), hacen que este diminuto animal resulte muy interesante desde el punto de vista científico.
Se estima que hay alrededor de mil especies de tardígrados, que viven en cualquier lugar donde dispongan de agua dulce o salada, y es fácil encontrarlos en plantas muy húmedas como el musgo. El oso de agua, que se desplaza lentamente y cuyo aspecto es similar a un oso en miniatura –de ahí su sobrenombre–, tiene un tamaño de entre 0,05 y 1,5 milímetros, y su principal característica es la criptobiosis, una especie de letargo biológico en el que reduce su metabolismo hasta un nivel mínimo, prácticamente indetectable, en el que puede permanecer durante años, hasta que su entorno recupera la humedad, y reanuda entonces su ciclo vital con total normalidad.
Los tardígrados tienen una proteína, denominada Dsup, que los protege de los rayos X, impidiendo que la radiación destruya las cadenas de ADN
Se ha comprobado, además, que estos animales también soportan sin inmutarse dosis de radiación muy superiores a las que acabarían con la vida de cualquier ser humano, e incluso presiones extremas, de unas 6.000 atmósferas (casi seis veces más de la presión en el fondo de la fosa de las Marianas, el lugar más profundo del planeta).
Los tardígrados, objeto de estudio científico
Precisamente el hecho de que los tardígrados se hayan adaptado a condiciones mucho más extremas de las que existen en la Tierra hace pensar a los científicos que estudiar a estos diminutos seres vivos podría contribuir al desarrollo de estrategias que nos permitieran vivir en el espacio, o en otros planetas con condiciones muy diferentes a las de la Tierra, algo que según el prestigioso científico Stephen Hawking será necesario en un futuro no muy lejano para evitar la extinción de la humanidad.
Además, un grupo de investigadores japoneses consiguió descifrar el ADN de una de las especies de estas prodigiosas criaturas, y observó que contiene más copias de una enzima antioxidante y de una sustancia reparadora del ADN, que cualquier otro animal conocido, y tiene una proteína, denominada Dsup (del inglés damage supressor, que significa supresor de daño), que protege a los tardígrados de los rayos X, impidiendo que la radiación destruya las cadenas de ADN.
Posteriormente, se ha probado el efecto de dicha proteína sobre células humanas en el laboratorio, y se ha descubierto que la Dsup era capaz de aumentar su tolerancia a la radiación en un 40%. Los científicos creen que es probable que el gen que codifica esta proteína sea uno de los trucos de los plantígrados para tolerar los ambientes hostiles, y que conocer sus estrategias de supervivencia puede beneficiar a la investigación biomédica, y ayudar a desarrollar métodos para prevenir enfermedades o mejorar su tratamiento.
Creado: 29 de noviembre de 2016