Tecnoestrés, el coste de abusar de las nuevas tecnologías
Actualizado: 5 de noviembre de 2024
La era digital ha traído consigo grandes avances en muchos aspectos, y ha transformado radicalmente el ámbito laboral, facilitando procesos y optimizando tareas, pero también tiene consecuencias negativas. Uno de estos problemas es el tecnoestrés, un tipo de estrés que impide a los afectados gestionar adecuadamente su relación con las nuevas tecnologías, en el especial en el trabajo. El término fue ideado por el psicoterapeuta Craig Brod en 1984, que en su libro 'Technostress : the human cost of the computer revolution' lo definía como un trastorno causado por la falta de capacidad para enfrentarse a las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) de manera totalmente saludable.
El tecnoestrés provoca un elevado nivel de activación psicológica y fisiológica en el individuo, que puede llegar a afectar a todos los ámbitos cotidianos, especialmente al profesional, por lo que ya ha sido considerado como un riesgo laboral más. Este trastorno se debe a una sobreexposición a Internet, redes sociales, gadgets y aplicaciones con las que estamos en contacto a todas horas mediante el móvil, que siempre nos acompaña, o al usar el ordenador durante toda la jornada de trabajo, a los que en los últimos meses se la ha añadido la desbordante aparición de la Inteligencia Artificial (IA). Según un estudio de la Universidad Abierta de Cataluña (UOC) estar constantemente rodeados de TIC puede provocar sensación de incapacidad o adicción a ellas.
El tecnoestrés ha empezado a considerarse un riesgo laboral más, porque suele producirse a consecuencia del uso excesivo de tecnologías en el trabajo
Otros problemas que se pueden derivar del tecnoestrés son enfermedades como la gastritis o la hipertensión, así como pérdida de memoria, ansiedad, falta de concentración, tristeza, nerviosismo o depresión y otros síntomas psicosomáticos como problemas de sueño, dolores musculares o de cabeza.
Los síntomas que pueden indicar que se padece tecnoestrés son episodios de irritabilidad, incapacidad ante el funcionamiento de cualquier objeto tecnológico, e incluso el otro lado de la moneda: renuncia a las nuevas tecnologías. Los jóvenes son más propensos a sufrir este problema, especialmente si trabajan en el sector de la comunicación, las finanzas o la ciencia.
En el ámbito organizacional, el tecnoestrés puede reducir el rendimiento y aumentar el absentismo, además de generar actitudes negativas hacia las tecnologías, afectando la productividad y el bienestar laboral.
Tipos de tecnoestrés y sus causas
Según el Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el trabajo de España (INSHT) existen tres tipos de tecnoestrés:
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La tecnoadicción es aquella que sufren los individuos con la obsesión por adquirir las últimas novedades en tecnología y estar conectados en todo momento, e incluso en varios dispositivos a la vez. Los síntomas de esta dependencia desmesurada de las TIC son malestar, tensión y sensación de inseguridad, y algunas personas pueden llegar a abandonar su vida social, ya que prefieren el mundo que se han creado a través de las TIC.
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La tecnofatiga, muy similar al síndrome de burnout, consiste en el agotamiento cognitivo y el cansancio físico a raíz del uso constante de las tecnologías. Este trastorno incluye el síndrome de la fatiga informativa, que se produce por un exceso de información y la dificultad para procesar grandes volúmenes de datos.
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La tecnoansiedad es el rechazo o sentimiento negativo ante las TIC, provocando tensión, malestar y altos niveles de ansiedad por el uso o la mera anticipación de tener que emplear tecnologías. Las personas con tecnoansiedad se sienten incapaces de gestionar las TIC y sus avances. En este grupo se puede incluir la tecnofobia, el miedo a las tecnologías llevado hasta el extremo de que los afectados se niegan a estar en contacto con éstas, y ni siquiera desean hablar del tema, mostrando incluso una actitud agresiva.
Causas detrás del tecnoestrés
El tecnoestrés suele ser impulsado por demandas laborales excesivas y falta de recursos. La sobrecarga de información, el uso rutinario de herramientas digitales y el conflicto de rol son factores que contribuyen a este estrés.
Un nuevo factor se ha sumado al auge del tecnoestrés, y no es otro que la introducción de la IA en diversos sectores empresariales, que está cambiando por completo el panorama laboral y, que en muchos casos, genera preocupaciones en los trabajadores sobre cómo puede afectar su expansión en la estabilidad en sus empleos. La posibilidad de ser reemplazados por máquinas provoca ansiedad en algunos sectores, y esto se traduce en estrés laboral y personal.
Además, la falta de autonomía y apoyo social en el manejo de la tecnología incrementan el riesgo de experimentarlo. Las organizaciones deben, por tanto, evaluar el impacto de las TIC y procurar un diseño centrado en el usuario, que facilite el control y la usabilidad de la tecnología.
Consejos para evitar el tecnoestrés
Para poder hacer frente al tecnoestrés, los expertos recomiendan realizar una serie de cambios en los hábitos diarios al utilizar las tecnologías, con el objetivo de evitar los problemas producidos por este trastorno. Esos consejos son:
Creado: 6 de septiembre de 2016