Variante india del coronavirus 'doble mutante': qué sabemos
Actualizado: 5 de mayo de 2023
India es actualmente el segundo país del mundo con un mayor número de infectados por coronavirus: 15.320.972, a 20 de abril. Aunque a finales de 2020 las autoridades habían conseguido contener la expansión del COVID-19, los casos empezaron a aumentar de nuevo en febrero vertiginosamente, y el 18 de abril se registró un nuevo récord, con más de 273.000 positivos y 1.619 fallecidos en un solo día, un hecho que ha coincidido en el tiempo con la detección de una nueva variante doble mutante del SARS-CoV-2 en varios estados.
Esta doble variante, denominada B.1.617, fue descubierta a finales de marzo tras secuenciar alrededor de 10.000 casos de COVID-19 en India. Entre el 15 y el 20% de las muestras procedían de Maharashtra –el estado en el que se concentra el 62% de los infectados del país, cuya capital es Bombay–, y las dos mutaciones que contiene se han denominado E484Q y L452R. La aparición de nuevas variantes está directamente relacionada con la continua replicación viral en zonas con una elevada circulación del coronavirus, sin embargo los datos disponibles sobre las variantes que circulan en India no son suficientes para vincularlas al rápido incremento del número de casos de COVID-19.
Las mutaciones E484Q y L452R detectadas en India se han producido en la proteína espiga del coronavirus, e incluyen cambios que facilitan al virus invadir las células y multiplicarse con más rapidez
Los expertos aclaran que el repentino aumento de la incidencia en el segundo país con más habitantes del mundo también se puede atribuir a que la población se ha relajado a la hora de adoptar medidas preventivas contra la infección después de más de un año de pandemia y, como ha declarado el Dr. Randeep Guleria, director de All India Institute of Medical Sciences, en Nueva Delhi, “mientras las nuevas variantes surgen en India, el descenso en las conductas adecuadas para prevenir el COVID, como el uso de mascarillas y la distancia social, favorece su rápida propagación”.
Cómo es la variante doble mutante del SARS-CoV-2
Lo cierto es que tanto Reino Unido como EE.UU. tienen constancia de la presencia de esta variante en sus países de muestras genómicas que datan de febrero. Sharon Peacock, profesora de salud pública y microbiología en la Universidad de Cambridge detrás del Genomics UK Consortium, que ha secuenciado casi la mitad de todos los genomas de coronavirus secuenciados en el mundo, explica que “la variante B.1.617 tiene 13 mutaciones que resultan en cambios de aminoácidos”. Aunque se ha descrito como una ‘doble mutante’, para esta cazadora de variantes del coronavirus “este término se usa para referirse a dos mutaciones en pico (E484Q y L452R) pero es inexacto, no tiene un significado específico y debe evitarse. La variante también se ha conocido como la 'variante de la India', pero esto también debe evitarse; es poco probable que se pueda decir definitivamente dónde surgió la variante por primera vez”.
Las mutaciones E484Q y L452R son importantes porque se han producido en un lugar clave del coronavirus, la proteína espiga –que sirve al patógeno para introducirse en las células humanas–, e incluyen cambios que permiten a esta proteína adaptarse mejor a estas células, lo que significa que el virus tendría más facilidad para invadir el organismo y para multiplicarse con más rapidez. El virólogo indio Shahid Jameel ha explicado que “una doble mutación en áreas clave de la proteína de espiga del virus puede aumentar esos riesgos y permitir que el virus escape del sistema inmunológico”.
La variante india “tiene una mutación que hemos visto ya en las cepas brasileña y sudafricana, y otra mutación que tiene la cepa californiana, o sea, que ha cogido lo mejor de cada casa”
La Dra. Carmen Cámara, inmunóloga del Hospital Universitario La Paz, de Madrid, afirma que “es una variante más, y hemos llegado a encontrar variantes que tienen ocho y nueve mutaciones en la proteína S”. En este caso, sin embargo, nos explica que “tiene una mutación que hemos visto ya en las cepas brasileña y sudafricana, y otra mutación que tiene la cepa californiana, o sea, que ha cogido lo mejor de cada casa”.
Resulta llamativo, –señala– que “las mutaciones descritas sean justo de otras cepas que nos preocupan: una la comparten con las cepas sudafricana y brasileña, de las que sí tenemos cada vez más datos de una mayor patogenicidad –van a causar un COVID más severo–, y la otra con la californiana. Son mutaciones ya conocidas de cepas que no nos gustan y ha coincidido con un aumento de casos en la India y por eso se ha intentado asociar, pero la realidad es que ahora mismo no podemos confirmar esa asociación”.
Y añade que aún tenemos muy poca información sobre las consecuencias que puede tener esta variante india, aunque “parece que no es la responsable del gran incremento de casos que se ha producido en India, porque solo se ha localizado en una zona concreta del país, y no sabemos si conseguirá expandirse o no, como ha pasado con la británica o con alguna más”.
¿Afecta la “doble mutante” a la efectividad de las vacunas?
Teniendo en cuenta lo que ya se ha observado con otras mutaciones similares, podría resultar más difícil para nuestro sistema inmune reconocer al virus y no llegar a identificarlo como un enemigo contra el que es necesario generar anticuerpos. Según declaraciones de María Van Kerkhove, epidemióloga de la Organización Mundial de la Salud (OMS), las mutaciones detectadas pueden causar más contagios y, en algunos casos, “pueden reducir la neutralización, lo que puede tener un impacto en medidas como las vacunas”. Aunque también ha afirmado que “las vacunas siguen funcionando contra las variantes preocupantes, y en particular contra síntomas graves”.
Las vacunas estimulan a las células T del sistema inmune y "no dependen de anticuerpos neutralizantes, se dirigen a segmentos de las proteínas de pico en otros sitios que no se verían afectados por estas mutaciones”
En opinión de la Dra. Cámara es necesario comprobar cómo responde la gente vacunada frente a las nuevas variantes, incluida la “doble mutante”, porque los estudios que predicen una menor cobertura vacunal frente a dichas variantes se han realizado prácticamente todos solo con anticuerpos en muestras congeladas en el laboratorio, que no se pueden comparar con los anticuerpos in vivo –los que tenemos en el organismo–, porque funcionan de una manera diferente.
“En una persona los anticuerpos los producen las células B, o de memoria, que están circulando preparadas para producirlos de nuevo cuando vuelvan a encontrar el virus –nos explica–. Y disponemos de un mecanismo que cuando se encuentra con un microorganismo muy parecido al anterior, aunque haya cambiado algo, es capaz de producir un anticuerpo mejor, lo que los inmunólogos denominamos proceso de hipermutación somática. Las células memoria, por lo tanto, pueden aprender a cambiar, y en los test de laboratorio que hacemos con sueros congelados eso no lo podemos ver”.
“Pensamos que la resistencia a las nuevas cepas de las personas que han pasado la enfermedad, o se han vacunado, va a ser muy alta, y que puede que se contagien, pero no llegarían a desarrollar síntomas graves”
Y pone como ejemplo el estudio de fase III que hizo Janssen en Brasil, Sudáfrica y Estados Unidos, en el que comprobó que la vacuna tuvo la misma eficacia –el 70%– en los tres países, cuando las cepas brasileña y sudafricana ya eran predominantes. “La vacuna de Janssen proporcionó la misma protección con la cepa digamos “normal” que con las dos cepas alternativas. Esos estudios reales hechos en personas vacunadas son los mejores, y hasta que las personas vacunadas no entren en contacto con las nuevas cepas no vamos a saber de verdad hasta dónde alcanza la protección de las vacunas”.
“Y lo mismo sucede con las personas que ya han pasado el COVID-19 –afirma la inmunóloga–, porque tienen las mismas células de memoria inmune. Nosotros pensamos que la resistencia a las nuevas cepas de las personas que o bien han pasado la enfermedad, o se han vacunado, va a ser muy alta, especialmente frente a la forma severa de la infección, es decir, que puede que se contagien, pero no llegarían a desarrollar síntomas graves. Y eso esperamos que ocurra con estas nuevas variantes”.
Las vacunas contra el COVID-19 han demostrado su eficacia en países en los que ya se ha vacunado a un gran porcentaje de la población, como Reino Unido o Israel, donde se ha observado un decrecimiento constante en el número de casos, y a pesar de que algunas variantes del coronavirus podrían evitar la inmunidad inducida, científicos como Stuart Ray, profesor de medicina en Johns Hopkins, insisten en las ventajas de vacunarse, porque las vacunas estimulan a las células T del sistema inmune que eliminan los virus. “Estas células T –afirma en declaraciones al Daily Mail– no dependen de anticuerpos neutralizantes, se dirigen a segmentos de las proteínas de pico en otros sitios que no se verían afectados por estas mutaciones”.
Creado: 20 de abril de 2021