En España puede haber seis millones de personas con depresión
18/05/2011
Las enfermedades mentales suponen un coste equivalente al 3-4% del PIB europeo debido, en gran medida, a las pérdidas de productividad, las jubilaciones anticipadas, y la percepción de pensiones por discapacidad de las personas afectadas. La mayoría de los estudios sitúan la prevalencia de los trastornos depresivos entre un 9 y un 20% de la población mundial. En España, la depresión es el trastorno mental más frecuente, con una prevalencia de entre el 5 y el 10%, es decir, entre dos y cuatro millones de personas, aunque los expertos estiman que podría haber hasta seis millones de afectados por esta patología, la mitad de los cuales no estarían diagnosticados. Además, una de cada cinco personas que acude a consulta de atención primaria (AP) padece depresión.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), actualmente la depresión es la primera causa mundial de discapacidad, y el origen del 27% de todos los años de discapacidad generados por todas las afecciones. “Entre los costes intangibles, se encuentran los relacionados con el modo en que la sociedad trata a las personas aquejadas de estos trastornos: personas que siguen sufriendo exclusión, estigmatización, discriminación o falta de respeto a sus derechos fundamentales. Asimismo, hay que considerar la sobrecarga de los cuidadores y familiares de las personas afectadas”, ha explicado el Dr. José Ángel Arbesú, coordinador del Grupo de Salud Mental de SEMERGEN en el marco de la séptima edición de los Encuentros para Psiquiatría y Atención Primaria, celebrados en Madrid durante los días 13 y 14 de mayo.
En esta reunión, organizada por la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (SEMERGEN) y la Sociedad Española de Psiquiatría (SEP) se abordaron temas de gran interés para la práctica clínica del médico de AP como una actualización de los tratamientos farmacológicos para la depresión; las pautas terapéuticas psicofarmacológicas posibles a seguir en los pacientes que no respondan adecuadamente al tratamiento; la asociación de depresión al dolor crónico que precisa de un enfoque específico en la terapéutica; la atención al paciente con enfermedad de Alzheimer, cuya complejidad e importancia repercute no sólo en el paciente sino también en el cuidador habitual; los trastornos del ánimo al final de la vida, que implican de una forma especial al médico de AP; y la atención urgente a las enfermedades mentales.
El papel de la AP en la atención al paciente con depresión
Los trastornos afectivos se encuentran entre las enfermedades mentales más prevalentes y, por lo tanto, entre las que mayor número de consultas generan en AP. Algunos datos epidemiológicos demuestran la importancia de los trastornos afectivos, y especialmente de la depresión, ya que una de cada cinco personas padecerá un episodio depresivo a lo largo de su vida, y alrededor del 14,4% de los pacientes con depresión grave intenta suicidarse. Además, el 6,5% de la población refiere sufrir depresión crónica, de los que el 3,7% son hombres y el 9,2% son mujeres. La depresión aumenta con la edad, superando el 6% de los hombres y el 14,5% de las mujeres mayores de 65 años.
“El médico de familia es la clave para alcanzar una detección precoz, tanto de la depresión como de la ansiedad, dos patologías que a menudo aparecen de forma conjunta”
Según el Primer Libro Blanco de la Depresión, el perfil del paciente con depresión en Atención Primaria sería el siguiente: mujer; edad media de 53 años; frecuencia media de asistencia a la consulta: 5 semanas; alto nivel de cumplimiento con las citas establecidas; acude a la consulta de AP antes que al psiquiatra; no es la primera vez que la ve su médico; la mitad de los casos se diagnostican como depresiones reactivas; el diagnóstico que más se asocia con la depresión es el TAG; de cada 10 pacientes a los que se ha hecho un diagnóstico de depresión en el último año, cuatro habían tenido episodios previos; síntomas predominantes: tristeza (78%), apatía (61%), insomnio (60%); la ansiedad acompaña a la depresión en el 18% de los casos; factor predominante desencadenante: situación social o afectiva (11%); la mitad de los pacientes presenta alguna patología añadida: artritis/artrosis (37%), dislipemia (33%), diabetes (21%), osteoporosis (11%).
En más del 80% de los casos, el tratamiento y el seguimiento de los pacientes con trastornos mentales es asumida por el médico de AP. Sólo entre el 10 y el 15% de los pacientes llega a las consultas de psiquiatría. “Eso supone que los médicos de familia detectan y resuelven entre el 85 y el 90% restante, y asumen el tratamiento de los pacientes y su control”, afirma el Dr. Arbesú.
Según el Dr. Martín, “el paciente es canalizado a la consulta psiquiátrica cuando se produce falta de respuesta al tratamiento, su situación se cronifica, se trata de una depresión psicótica o melancólica, se produce un intento de suicidio, el episodio depresivo es parte de un trastorno bipolar, cuando hay circunstancias sociales de alto riesgo o, finalmente, por petición expresa del paciente”.
Por todos estos motivos, “el médico de familia es la clave para alcanzar una detección precoz, tanto de la depresión como de la ansiedad, dos patologías que a menudo aparecen de forma conjunta: los problemas de salud mental más frecuentes en Atención Primaria son la depresión (68%), seguido por la ansiedad (12%), los trastornos mixtos ansioso-depresivos (9,5%), la distimia u otras alteraciones de la afectividad (2%) y trastornos de la personalidad asociadas, por ejemplo, al abuso de sustancias tóxicas (0,5%)”, finaliza el Dr. Arbesú.
Fuentes: Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (SEMERGEN) y Sociedad Española de Psiquiatría (SEP)
Actualizado: 25 de abril de 2017