Prevención y tratamiento de la alergia a las proteínas de leche de vaca
Actualizado: 28 de junio de 2022
Parece que la lactancia materna mitiga el inicio de la alergia a las proteínas de leche de vaca (APLV) y, en la mayoría de los casos, los síntomas se ponen de manifiesto cuando se comienza a simultanear la lactancia materna con la lactancia artificial, ya que entonces el niño ingiere cantidades más grandes del antígeno presente en la leche del biberón.
En cuanto a la prevención de la APLV, es interesante señalar el dato del componente genético de la presencia de alergia. Así, los niños con padres alérgicos tienen más probabilidades de padecer una alergia. Si esto sucede, ya se pueden establecer medidas preventivas, como es el hecho de evitar la introducción precoz de leche de vaca en la diversificación alimentaria o la prolongación de la lactancia materna todo lo posible. En este caso, la madre lactante deberá seguir una dieta apta para alergia a proteínas de leche de vaca.
Cuidados y alternativas en la dieta del niño con APLV
En el caso de que el diagnóstico a través de una exhaustiva encuesta dietética contrastada con pruebas cutáneas y de provocación, dictamine que el niño padece alergia a proteínas de leche de vaca y no otro proceso malabsortivo, habrá que llevar a término una estricta dieta de exclusión del alimento que provoca la reacción inmunológica. Así, habrá que eliminar de la dieta la leche de vaca, y de otras especies animales por su similitud en cuanto a las proteínas conflictivas. Por supuesto, también será obligatorio eliminar cualquier producto elaborado con leche de vaca: derivados lácteos como yogures, quesos, flanes, natillas, mantequilla, salsas tipo bechamel, helados, cuajadas y similares.
Pero la dieta de exclusión no termina aquí. En la industria alimentaria, farmacéutica e, incluso, cosmética, se usan diversos componentes lácteos a modo de aditivos y podemos encontrar leche camuflada denominada caseinato, suero de leche, lactato ferroso, color caramelo, etcétera. La presencia de estos aditivos en alimentos como pan, fiambres, embutidos, golosinas, bollería, zumos, cereales hace que haya que vigilar muy de cerca todos los ingredientes y fijarse bien en las etiquetas de los productos que compramos.
En casos especialmente severos de alergia a las proteínas de leche de vaca, habrá que tener en cuenta también las trazas de ingredientes en los alimentos. En muchas etiquetas se puede leer la leyenda: “puede contener trazas de…” lo que significa que puede existir una contaminación en este producto porque en la misma empresa o recinto donde se fabrica o embala, también se trabaja con algún alimento que contiene el alérgeno en cuestión.
Como productos alternativos al consumo de leche de vaca se pueden administrar diferentes hidrolizados procedentes de la leche donde las proteínas han sido parcialmente rotas y han perdido su poder antígeno; fórmulas de origen vegetal, especialmente las de soja si no hay sintomatología digestiva y fórmulas elementales donde las proteínas se encuentran totalmente partidas en sus componentes básicos, aminoácidos.
Consejos para padres de niños con alergia a las proteínas de leche de vaca
Creado: 5 de enero de 2016