Alergia a cereales
La alergia a los cereales puede limitar la dieta habitual si no se realiza correctamente. Te enseñamos a convivir con esta alergia sin que te suponga grandes esfuerzos en la elaboración de tus menús diarios.

Síntomas de la alergia a los cereales

Por: Arantza Ruiz de las Heras

Dietista-Nutricionista, Complejo Hospitalario de Navarra

Actualizado: 23 de septiembre de 2022

La sintomatología que presenta un alérgico a los cereales puede comenzar a los pocos minutos tras la ingesta del cereal y se manifiesta con alteraciones dérmicas como enrojecimiento, urticaria, eccemas, picor intenso, sensación de quemazón. También son frecuentes los síntomas digestivos que incluyen dolor y distensión abdominal, nauseas, vómitos o diarrea.

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Asimismo pueden aparecer problemas respiratorios como picor, estornudos repetidos, mucosidad, lagrimeo, ruidos respiratorios, dificultad en la respiración normal. En el caso concreto de la alergia al trigo se relaciona con un empeoramiento de la dermatitis atópica en los niños.

En los casos más graves de alergia puede desencadenarse una reacción anafiláctica que consiste en una alteración generalizada que tiene lugar de forma casi inmediata a la toma del alimento y que afecta, por lo menos, a dos órganos o sistemas del cuerpo. Si no se pone remedio en breve espacio de tiempo, se puede producir la muerte por problemas cardíacos y respiratorios. Lo que se inicia con un picor de pies, manos, nariz y malestar puede desembocar en una bajada de tensión con edemas orales, seria dificultad en la respiración y pérdida de conocimiento. Para evitar eso, las personas alérgicas deberían llevar siempre consigo adrenalina inyectable que mejora la sintomatología. Hay que decir, para conocimiento de los lectores, que los cereales no son los principales alimentos implicados en la producción de anafilaxis.

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Como anécdota comentaremos que los cereales están relacionados también con otras manifestaciones clínicas como la denominada ‘enfermedad del panadero’ debida a la inhalación de harinas de cereales al manipular estos productos. En estos casos, se trata de una alergia respiratoria, que suele cursar con cuadros de asma, y no es una alergia alimentaria.

Diagnóstico de la alergia a cereales

Una de las acciones más características del intento del sistema inmune por librarse del peligro que supone para el afectado la ingesta de este alimento es la creación de anticuerpos, en concreto de algunos tipos de inmunoglobulinas, inmunoglobulina E (IgE). La elevación de estos elementos, que puede ser detectada en una analítica sanguínea, contribuye o dictamina en muchos casos al diagnóstico de la alergia alimentaria a los cereales.

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Prueba de alergia

También existen pruebas cutáneas (prick test) donde se pone en contacto con la piel de la persona afectada pequeñas cantidades de los alimentos a estudio, en este caso, los cereales para comprobar si existe algún tipo de reacción dérmica: abultamiento, enrojecimiento, prurito, etcétera.

Sin olvidar las pruebas denominadas de exposición controlada, que se suelen realizar en último término. En este caso, la persona que se quiere diagnosticar debe estar en un centro adecuado y con el personal sanitario requerido para hacer frente a la aparición de alguna reacción alérgica. Aquí el sujeto ingiere mínimas cantidades de los alimentos sospechosos estando bajo supervisión sanitaria estricta para comprobar si se desencadena la sintomatología. Además, es frecuente realizar análisis de sangre para comprobar los valores de inmunoglobulina E (IgE). 

Creado: 22 de septiembre de 2016

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