Comer en familia, clave para prevenir la obesidad infantil
04/12/2014
La primera infancia es una etapa clave para que los niños adquieran hábitos de vida saludables, y la actitud de los padres tiene una influencia decisiva en sus futuras conductas. Comer en familia y aprovechar estos momentos para mantener conversaciones, interesarse por las actividades de los pequeños, y compartir experiencias, ayuda a fomentar una alimentación saludable y a prevenir la obesidad infantil.
Una reciente investigación que han llevado a cabo la Fundación THAO y el Instituto DKV de la Vida Saludable, con el objetivo de observar el comportamiento de las familias a la hora de la comida, ha analizado aspectos como el tiempo que se dedica a estas, las preocupaciones de los progenitores frente al comportamiento de sus hijos en la mesa y las estrategias que emplean para negociar con ellos, y la actitud de los pequeños durante las comidas.
Se trata del I Estudio del ambiente durante la hora de la comida en la infancia, en el que se ha empleado una metodología cualitativa basada en una técnica observacional, y que ha contado con la participación de alrededor de 50 familias de diferentes clases sociales, con hijos de entre 3 y 7 años.
Evitar la televisión y conversar con los hijos durante las comidas crea un ambiente familiar positivo, y los niños se distraen menos y se interesan más por los alimentos
El estudio encontró dos modelos principales de relación de los padres con sus hijos durante las comidas; uno, que se describió como modelo situación de dinámica conversacional, en el que predomina la conversación para compartir experiencias entre padres e hijos, y que incluye el gusto por comer y probar alimentos, crea un ambiente familiar agradable y positivo, y los niños se distraen menos con elementos externos, como la televisión, y dirigen su interés a la comida y la relación.
El otro, denominado modelo situación de dinámica centrada en el acto de comer, y que en muchas ocasiones se acompaña de juguetes o programas de televisión, aumenta la dispersión del niño y no suele cumplir los objetivos de los padres, que lo que pretenden con estas distracciones es que su hijo coma mejor. En este caso, el estudio muestra que las estrategias de los padres no dan el resultado esperado y que, además, el ambiente familiar es más tenso.
En cuanto a las estrategias paternas para que los niños comiesen mejor, las que ofrecieron mejores resultados, además de mantener un buen ambiente familiar durante la comida, fueron el refuerzo positivo, con el que se animaba a los pequeños a terminar la ración, o se negociaba con ellos para que al menos tomasen un par de cucharadas más, y la recompensa, premiándoles por ejemplo con su postre preferido o con alguna actividad lúdica, como ver la televisión, si se tomaban el plato principal.
Fuente: Fundación THAO
Actualizado: 19 de junio de 2018