Nutrición en niños
La alimentación es un factor básico en el correcto desarrollo de los niños, e inculcarles unos hábitos alimenticios adecuados desde la infancia ayuda a prevenir enfermedades como la obesidad o la diabetes.

Cómo enseñar buenos hábitos alimentarios a un niño

Por: José González Sancho

Periodista especializado en salud y bienestar

Actualizado: 4 de junio de 2024

Los padres y educadores de los niños tienen un papel esencial en la educación alimentaria, por ello se debe realizar con tiempo y dedicación y de una forma didáctica y divertida. Enseñar buenos hábitos alimentarios a un niño es fundamental para su desarrollo y salud a largo plazo.

Algunas recomendaciones para enseñar buenos hábitos alimentarios a los niños son:

  • Transmitir la importancia que tiene la alimentación y la diversidad que hay en función de las necesidades del organismo. Enseñarles la pirámide nuricional.

  • Darles ejemplo: los niños imitan lo que ven, así que es crucial que los padres demuestren buenos hábitos alimentarios. Es importante consumir una variedad de alimentos saludables en presencia de los niños.

  • En el supermercado, mostrarles las posibilidades que tenemos en elegir los alimentos adecuados entre un abanico de posibilidades.

  • En el momento de las comidas, enseñarles los buenos hábitos como lavarse las manos antes de comer, los buenos modales en la mesa, comer despacio y con tranquilidad, etcétera.

  • Dejar que ayuden en la cocina, haciéndoles partícipes, para que aprendan los peligros y los buenos quehaceres.

  • Hacer atractivos los platos, con olores, sabores o texturas, que estimulen las ganas de comer.

  • A la hora de comer, utilizar utensilios que sean manejables para ellos.

  • Que aprendan con videos y libros instructivos sobre alimentación.

  • Hacer de la hora de comer un rato agradable, atractivo, relajado y sin distracciones (sin televisión o dispositivos electrónicos).
    Fomentar conversaciones positivas .

  • Mantener conversaciones en la mesa, para que ellos puedan expresar sus experiencias y opinen de los olores y sabores de los alimentos, evitando discutir sobre la cantidad de comida que el niño consume.

  • No utilizar los alimentos como premio o castigo.

  • Servirles las porciones adecuadas a la edad y las necesidades del niño, que nunca son comparables con un adulto. Evitar insistir en que terminen todo lo que hay en el plato si ya están llenos.

  • Fomentar la hidratación con agua: animar a los niños a beber agua en lugar de bebidas azucaradas. Mantener una botella de agua accesible para que puedan beber durante el día.

  • Limitar los alimentos y bebidas azucaradas: reducir la cantidad de golosinas, postres y bebidas azucaradas en casa. Explicarles los efectos negativos del exceso de azúcar en la salud.

  • Ser paciente y consistente: los cambios en los hábitos alimentarios pueden llevar tiempo; ser constante y paciente es clave. Recuerda reforzar positivamente los comportamientos alimentarios saludables de los más pequeños.

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Creado: 25 de octubre de 2010

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