Cebolla, una aliada para tu salud
La cebolla es un ingrediente básico en cualquier cocina por su capacidad para mejorar el sabor de otros alimentos, pero además es una fuente de salud por su efecto antioxidante, antiinflamatorio y antimicrobiano.

Cómo comprar y conservar las cebollas

Por: Leire Moneo

Periodista experta en alimentación

Actualizado: 24 de octubre de 2023

Cuando estamos en el supermercado, conviene mirar con atención las cebollas para elegir las que mejor se adapten a nuestras necesidades, pero también las que mejor conservadas estén. Por eso, es recomendable elegirlas de una en una, y no en las bolsas que ya vienen cerradas.

“Es aconsejable mirar que no estén blandas y que tengan un buen envoltorio natural, es decir, que lleven suficientes capas externas que son las que las protegen. El contenido en antioxidantes y sustancias conservantes naturales de la cebolla es precisamente mayor en estas capas externas, pues su misión es proteger a la planta, a la cebolla, del deterioro”, explica Ángeles Carbajal, profesora de Nutrición en la Universidad Complutense de Madrid.

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Para asegurarte de comprar cebollas de buena calidad, aquí hay algunas recomendaciones para saber en qué aspectos fijarte al elegirlas y acertar en la compra de cebollas:

  1. Piel firme y seca: una cebolla fresca y de buena calidad debe tener una piel exterior firme y seca al tacto. La piel debe ser brillante y sin manchas.
  2. Sin brotes: evita las cebollas que tengan brotes verdes emergiendo del bulbo, ya que esto indica que la cebolla ha comenzado a germinar y puede haber perdido algo de su frescura y sabor.
  3. Sin manchas ni decoloraciones: revisa las cebollas en busca de manchas oscuras, áreas decoloradas o signos de moho. Estas son indicaciones de que la cebolla está en mal estado o comenzando a pudrirse.
  4. Tacto firme: al presionar la cebolla con tus dedos, debe sentirse firme y no blanda. Una cebolla blanda puede ser un signo de que está empezando a descomponerse.
  5. Sin olor fuerte: las cebollas frescas no deben tener un olor fuerte mientras están intactas. Si percibes un aroma fuerte y desagradable, es posible que la cebolla esté empezando a echarse a perder.
  6. Tamaño y forma: si bien el tamaño y la forma pueden variar según la variedad, busca cebollas que tengan una forma uniforme, ya que esto puede facilitar la preparación y el corte.
  7. Verifica la variedad: las cebollas vienen en diferentes variedades (blanca, roja, amarilla, cebolla verde). Cada variedad tiene sus propios usos y sabores. Asegúrate de elegir la variedad adecuada para tu propósito culinario.
  8. Compra de temporada: las cebollas están disponibles durante todo el año, pero, como con la mayoría de las verduras, las que se compran en temporada suelen ser más frescas y sabrosas.
  9. Origen: si es posible, opta por cebollas cultivadas localmente o de origen conocido, ya que esto puede garantizar una frescura óptima.
  10. Cebollas orgánicas: si prefieres evitar pesticidas y productos químicos, considera comprar cebollas orgánicas. Aunque suelen ser un poco más caras, están cultivadas sin el uso de productos químicos sintéticos.

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Tipos de cebollas

Cómo conservar las cebollas en casa

En estas condiciones la cebolla se conservan bien varios días sin necesidad de refrigeración, siempre que estén en un lugar seco y fresco, alejado de la luz directa, para evitar que germinen. Aunque cuando se trata de cebollas frescas, es preferible conservarlas desde el principio en la nevera. En cualquier caso, una vez cortadas, es necesario conservarlas en el frigorífico bien tapadas con papel transparente. De este modo también pueden estar varios días en la nevera, aunque con el paso del tiempo tienden a resecarse. 

Ten en cuenta que las bolsas de plástico pueden retener la humedad, lo que puede hacer que las cebollas se pudran más rápidamente. En su lugar, usa una bolsa de malla o una caja con orificios que permitan una buena circulación de aire.

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Y si es posible evitar guardarlas junto a las patatas, ya que estas últimas liberan gases que pueden acelerar el proceso de descomposición de las cebollas, así que es mejor mantenerlas separadas. En cualquier caso, revisa las cebollas de vez en cuando y elimina cualquier cebolla que esté empezando a pudrirse o germinar para evitar que afecte a las demás.

Respecto a las cebollas verdes o de primavera, a diferencia de las cebollas secas, tienen una alta humedad y deben refrigerarse. Guárdalas en el cajón de verduras del refrigerador y consúmelas en una semana.

Por último, las cebollas también se pueden conservar en vinagre o encurtir para un almacenamiento prolongado.

Otra buena alternativa es optar por la cebolla ya congelada que hay en los supermercados, ya que ayuda a conservar las vitaminas. De hecho, “la mayor parte de los alimentos congelados comerciales se procesan tan cerca del origen del suministro que su contenido en vitaminas como el ácido ascórbico (vitamina C) es con frecuencia mayor que el de los alimentos frescos que pasan tiempo en el lugar de almacenamiento, viajando y en las repisas de los supermercados”, matiza la profesora María Teresa Nestares, experta en Nutrición Humana de la Universidad de Granada.

Creado: 8 de noviembre de 2016

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