Calabaza, ligera y nutritiva
Más allá de un elemento decorativo en Halloween, la calabaza es una deliciosa fruta con propiedades saludables. Descubre sus variedades y beneficios y cómo cocinar este alimento para disfrutar de su sabor y sus nutrientes.

Calabaza: cómo es, variedades y características nutricionales

Por: Natalia Castejón

Periodista especializada en vida saludable

Actualizado: 31 de octubre de 2024

La calabaza es una fruta, sí, has leído bien, no es una hortaliza, pues proviene de la flor de la planta calabacera, al igual que ocurre con los tomates, los pimientos o los pepinos, que también son frutos de plantas. Todos la tenemos en mente como decoración de la festividad de Halloween, cuando suele vaciarse, tallarse, e iluminarse de manera terrorífica con una vela en su interior, pero también tiene una gran importancia en la cocina, pues se trata de un alimento ligero y nutritivo con el que se pueden hacer infinidad de platos fáciles y deliciosos.

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El origen del género Cucurbita está muy discutido; hay quien dice que proviene de América, donde se las conoce en algunas regiones como zapallos, y quien defiende que las calabazas ya eran usadas en China, la India y México, e incluso por los hebreos, hace más de 7.000 años, pues se han encontrado ejemplares e instrumentos musicales elaborados con este alimento, en ruinas y tumbas.

La forma de las calabazas y su color pueden variar según del tipo que sean, pudiéndose encontrar naranjas, verdes, amarillas… En cuanto a su tamaño sucede lo mismo, las hay desde pequeñas como una manzana hasta el récord mundial de su versión gigante, que sobrepasa la tonelada. Su interior suele ser naranja, aunque algunas variedades son amarillas, como la que se utiliza para hacer el dulce de cabello de ángel.

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Las pipas de la calabaza se encuentran en la parte central de la pulpa y son casi redondas; tostadas son un aperitivo saludable, pues tienen grandes propiedades nutricionales que descubrirás más adelante.

Tipos y variedades de calabazas

El género Curcubita, que son plantas trepadoras o rastreras, acoge variedades de todo tipo; algunas son comestibles, y otras solo sirven como decoración. Aunque existen muchos tipos de calabazas, según la Fundación Española de la Nutrición (FEN), las más conocidas y cultivadas se clasifican en dos grandes grupos: las calabazas de verano y las de invierno.

Calabazas de verano

Las de la época estival tienen una piel más fina y de un color más claro, y su gran cantidad de agua las convierte en una buena fuente de hidratación para sobrellevar el calor, sin embargo, también tienen el inconveniente de que su periodo de conservación es inferior, de unos dos meses. Dentro de este grupo se encuentran:

  • Curcubita máxima (Calabaza común)

    Curcubita máxima (Calabaza común)

    Es quizá la más conocida de las calabazas. Naranja por fuera y por dentro, es la que se emplea para los adornos iluminados de Halloween, después de haberse vaciado y tallado. También es de las más usadas para hacer puré, sopas o guisos pues tiene un gran contenido de pulpa.

  • Pattypan (Calabaza bonetera)

    Patisson o Pattypan (Calabaza bonetera)

    Es una calabaza de color blanco, verde o amarillo, que tiene forma redondeada con los bordes en forma de pétalos, muy parecidos a la flor del girasol. Es una variedad que solo se come si está tierna, si no es así, se utiliza como decoración. Puede hacerse en guisos o purés, o saltarse con aceite u otras verduras así como rellena o al horno. Se la llama también alcachofa de España o Peter Pan.

  • Cucurbita Pepo Espagueti (Calabaza espagueti)

    Cucurbita pepo spaghetti (Calabaza espagueti)

    Su nombre deriva de la forma en hebras que adquiere su pulpa una vez está cocida. Algo más alargada y fina que la calabaza tradicional, es muy parecida a la forma de las patatas, y tiene su piel y su interior de color amarillento. Es una de las estrellas en la cocina, pues es muy común verlas rellenas con diferentes preparados.

Calabazas de invierno

Por su parte, las de invierno tienen menos cantidad de agua y una piel más gruesa, que las protege y hace que su vida útil sea mayor; se estima que pueden durar hasta seis meses. Como compensación su sabor es más dulce. Estos son algunos de los ejemplares más conocidos:

  • Curcubita ficifolia (Calabaza cabello de ángel)

    Cucurbita ficifolia (Cidra, calabaza confitera o de cabello de ángel)

    Esta es la calabaza con la que se elabora el cabello de ángel o dulce de zapallo, con el que se rellenan las famosas ensaimadas mallorquinas e infinidad de dulces. Su aspecto podría recordarnos a una sandía, verde y con motas blancas, pero su interior es blanco y con semillas negras, muy parecido al de las chirimoyas, pero mucho más fibroso.

    En España también se la conoce como calabaza de sidra o pantana, en Chile y Argentina como alcayota o cayote, vitoria o lobo en Colombia, sambo en Ecuador, chilacayote, chilaca, kan en México…

  • Curcubita moschata (Calabaza butternut)

    Curcubita moschata (Calabaza butternut)

    Es, junto con la calabaza común, la favorita para hacer los típicos purés y la más fácil de encontrar en el mercado. Es de color naranja vivo por dentro y algo más apagado por fuera. Su forma se asemeja a una pera, aunque bastante más grande que esta fruta. También la encontrarás como calabaza moscada o cacahuete, auyama en Venezuela, anco o anquito en Argentina, zapallo americano en Chile o zapallo loche en Perú.

  • Banana

    Calabaza Banana

    Su nombre indica su similitud con el plátano, sin embargo, esta calabaza es bastante más ancha y menos curvada. Su color es naranja, aunque hay una variedad de un ligero tono rosado. Es muy usada en la cocina, especialmente para repostería.

Calabazas no comestibles

También existen variedades que no son comestibles, ya sea por sabor o por falta de pulpa. Estos ejemplares solo sirven como decoración, pero son muchos los que los cultivan como hobby. Estas son algunas de las variedades más pintorescas:

  • Lagenarua siceraria (Calabaza del peregrino)

    Lagenaria siceraria (Calabaza del peregrino o mate)

    Esta variedad tiene forma de cisne, con una base más redondeada, un cuello más fino y la parte superior esférica y de menor tamaño. Esta calabaza es un símbolo del Camino de Santiago, pues antiguamente se secaba y se rellenaba con agua y otras bebidas, ya que las mantenía frescas durante varias horas.

  • Turbante

    Calabaza turbante turco o aladino

    Su nombre deriva del aspecto que tiene esta calabaza, que parece representar una cabeza envuelta de manera parcial por un turbante. Esta variedad se usa como decoración –tiene llamativos colores rojo, verde y blanco– y suele pesar entre uno y dos kilos.

Características nutricionales de la calabaza

Las calabazas, además de ser deliciosas y servir como irremplazable decoración en Halloween, también son una buena fuente de nutrientes. Estas dulces y coloridas frutas, según la Fundación Española de la Nutrición (FEN), tienen una parte comestible de 67 g por cada 100 y son en un 90% agua, por lo que resultan un alimento perfecto para mantenerse hidratado.

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Las principales características nutricionales de las calabazas o zapallos –como se les conoce en algunas regiones de América– son:

  • Fuente de fibra

    Fuente de fibra

    La calabaza contiene tanto fibra del tipo soluble, como insoluble, que ayuda a regular el tránsito intestinal. Según datos de la FEN, 100 g de una porción comestible de zapallo contienen un gramo de fibra, por lo que este alimento es perfecto para las dietas, al ser bastante saciante.

  • Bajo aporte en calorías, grasa y sal

    Bajo aporte en calorías, grasa y sal

    Esta fruta apenas contiene calorías, unas 15 Kcal por cada 100 g, lo que la convierte en un producto estrella en las dietas para reducir peso. En cuanto a sus grasas, los lípidos totales por cada 100 g son 0,2, siendo la mitad de ellos saturados, y apenas contiene sal.

  • Rico en vitaminas

    Rico en vitaminas

    El aporte más significativo de la calabaza es la vitamina A, pues con una ración de unos 200 g se cubre de sobra la ingesta diaria recomendada, según la FEN. Algo parecido ocurre con la vitamina C, de la que cubre el 31% y la B1, ya que una ración aporta el 18% de la cantidad diaria aconsejada para hombres y el 24% de la de las mujeres. También contiene vitamina E, B2, B3 y B6, aunque en menores cantidades.

  • Fuente de minerales

    Fuente de minerales

    En este campo destaca el potasio, que en 100 g de calabaza supone 130 mg, de lejos el mineral con mayor presencia en su composición nutricional. Le siguen, aunque en menor medida, el calcio y el fósforo, que suponen 29 mg y 19 mg de cada 100 g, respectivamente. También contiene magnesio, cobre, zinc, y azufre, aunque sus cantidades son muy pequeñas.

  • carotenos

    Beta-carotenos

    El color de la calabaza la delata, es rica en beta- carotenos. Este es el motivo por el que esta fruta es una buena fuente de vitamina A, pues los beta-carotenos una vez que se ingieren son transformados por el organismo –concretamente en el hígado– en esta vitamina. La variedad butternut es la que más contenido tiene, y la espagueti la que menos.

  • Aminoácidos

    Aminoácidos

    La calabaza contiene glicina, alanina, arginina, histidina, aspártico e isoleucina, entre otros aminoácidos.

Propiedades de las pipas de calabaza

Las pipas de la calabaza tienen una gran cantidad de nutrientes, es más, inicialmente se usaban tan solo las semillas de esta fruta como remedio para las lombrices intestinales y para evitar la retención de líquidos. Las semillas de los zapallos tienen bastante cantidad de ácidos grasos omega-3 y omega-6, que reducen el colesterol, la inflamación de la artritis, la hipertensión, o el síndrome premenstrual.

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También tienen zinc, que puede ayudarte a mantener los huesos sanos y a evitar la osteoporosis. Basta con dejar secar las semillas al sol para poder agregarlas a sopas o ensaladas, o tomarlas como aperitivo.

Creado: 31 de octubre de 2018

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