El tomate en la alimentación saludable
Actualizado: 20 de octubre de 2022
Las recomendaciones alimentarias establecen que deben comerse frutas y verduras cinco veces al día, alternando las crudas con las cocidas. El tomate es una fruta que se puede consumir tanto en su forma cruda en recetas de ensaladas o gazpachos, como transformado en salsa de otros alimentos o en sopa –una excelente manera de aprovechar las propiedades del licopeno–. De cualquier forma su gran versatilidad hace que sea más fácil alcanzar la ingesta del número de raciones recomendadas.
En cuanto su composición nutricional, el tomate es una fruta muy recomendable para cualquier persona sana, niño o adulto, y encaja a la perfección en las dietas de control de peso, gracias a las pocas calorías que aporta (unas 22 Kcal/100 g) y la gran cantidad de agua que contiene (94 g/100 g), que nos ayuda a estar bien hidratados.
Es importante conocer que gran parte de las vitaminas y minerales que contienen los tomates se encuentran en su piel, por lo que si pelamos esta fruta podríamos estar tirando a la basura gran parte de sus nutrientes. Si no te molesta o si va a ir triturado lo mejor es que consumas el tomate entero, sin pelar.
Quiénes deben evitar comer tomate
El tomate es uno de los alimentos desaconsejados, sin embargo, cuando se sufre de llagas o aftas en la boca, debido a su nivel de acidez. Por ejemplo, muchas personas que siguen tratamientos de quimioterapia sufren como efecto secundario mucositis, una alteración de la mucosa de la boca que produce inflamación y llagas, cuyo dolor se acentúa con los alimentos ácidos como el tomate.
Por la misma razón, las personas que padecen alteraciones en el aparato digestivo deben evitar el consumo de tomate. Así pues, si se sufre reflujo esofágico, acidez de estómago, úlceras estomacales, o se ha pasado por una cirugía digestiva, es preferible que se evite consumir este alimento en la dieta.
Por su contenido en potasio, la ingesta de tomate está también contraindicada en aquellas personas que deban restringir el consumo de este mineral, como es el caso de los enfermos con patología renal, como insuficiencia renal aguda o crónica, daños graves en tejidos, déficit de insulina o acidosis metabólica.
Creado: 19 de febrero de 2014