Usos de la calabaza en la cocina: recetas y cómo comprarla
Actualizado: 28 de junio de 2022
La calabaza puede ser un gran recurso en la cocina, ya que a su sabor y propiedades se añade que puede prepararse y consumirse de muchas maneras: cruda, picándola muy fina y agregándola a ensaladas, cocida o al vapor, para elaborar posteriormente cremas de calabaza o purés, frita, gratinada o rehogada.
Es importante que en las variedades de invierno se retire la piel, pues esta es muy gruesa para ser cocinada; puedes eliminarla fácilmente si la colocas unos minutos en el horno troceada.
Si eliges cocer esta fruta, debes intentar no cortarla en trozos muy pequeños, pues cuanto más subdividas este alimento más perdidas nutricionales se producirán. Echa la calabaza cuando el agua esté ya caliente, porque si la incorporas cuando esté fría se pueden llegar a duplicar estas pérdidas. Y guarda el líquido de cocción para agregarlo a sopas y caldos, pues mantiene sus minerales y vitaminas y da un sabor delicioso.
Cómo comprar y conservar una calabaza
Si después de leer todas las propiedades que se le atribuyen a la calabaza quieres ir al mercado en busca de una, debes tener en cuenta algunos trucos que te ayudarán a elegir la mejor. Si has optado por un zapallo de verano, tendrás que elegir un ejemplar que sea de tamaño medio, pues las que son más grandes pueden tener la pulpa más amarga. Fíjate que tenga la piel suave, brillante y que no esté muy dura, si no, podría estar seca.
Si te has decidido por una calabaza de invierno, elige los ejemplares que tengan la corteza más gruesa y que se note que estén maduros. El peso en este caso es importante; elige una que tenga un peso elevado en comparación con su tamaño, y observa que la piel no esté suave, pues esto indica que no está del todo madura.
En todos los casos se recomienda elegir los zapallos que todavía tengan su rabo, pues así no perderán su humedad.
Las calabazas de verano suelen durar unos dos meses cerradas y, las de invierno, hasta seis. Sin embargo, si optas por partirlas en trozos para guardarlas en la nevera solo se mantendrán una semana; un mes si las congelas después de haberlas pasado por agua hirviendo. Por eso se recomienda congelarlas después de haberlas cocinado, pues si se congelan crudas perderán gran cantidad de su humedad en la descongelación, y no tendrán el mismo sabor.
Recetas con calabaza paso a paso
Con estas dos recetas, una dulce y otra salada, podrás obtener todos los beneficios de la calabaza que te hemos contado y, además, deleitarás a tu paladar con sabores exquisitos:
Receta de crema de calabaza
Esta sencilla y reconfortante receta otoñal te sorprenderá por su sabor suave y cremoso.
Ingredientes:
- 500 g de calabaza
- 1 patata grande
- 1 cebolla
- ½ vaso de leche
- 3 vasos de agua
- 1 cucharada de aceite de oliva
- Pipas de calabaza (para decorar)
Preparación:
Pela la calabaza, la patata y la cebolla. Córtalas en trozos pequeños para facilitar la cocción.
En una olla grande, calienta el aceite de oliva a fuego medio y añade la cebolla. Fríela hasta que esté transparente y ligeramente dorada.
Cuando empiece a dorarse añade a la olla la calabaza, las patatas, la leche y el agua. Remueve durante unos minutos para que se impregnen del sabor de la cebolla y el aceite.
Una vez comience a hervir, ponlo a fuego bajo y deja que se cocine unos 20 minutos hasta que las verduras estén tiernas.
Separa parte del agua de cocción y tritura todo con la batidora hasta obtener una crema suave. Ve añadiendo el agua sobrante hasta que tome la consistencia deseada.
Sírvela decorando su superficie con algunas pipas de calabaza.
Si quieres otra versión de esta receta más original prueba esta que te sugerimos en la siguiente ilustración y que incluye puerro, manzana, nuez moscada, curry y pimentón:
Receta de magdalenas de calabaza
Esponjosas magdalenas de calabaza para endulzar tus tardes, una combinación que fusiona la suavidad de la calabaza con el toque aromático de la canela, perfectas para acompañar con un café o té y sorprender a tus invitados.
Ingredientes:
- 200 g de pulpa de calabaza
- 2 huevos
- 220 g de azúcar
- 200 g de harina de repostería
- 140 g de aceite de girasol o de oliva
- 15 g de levadura química
- ½ cucharada de canela molida
- Un poco de sal
Preparación:
Cocina la pulpa de calabaza al vapor o hiérvela hasta que esté tierna. Luego, machácala con un tenedor hasta obtener un puré suave.
Enciende el horno a 180ºC para que se vaya calentando mientras preparas la masa. En un bol grande, bate con unas varillas eléctricas los huevos con 200 g de azúcar durante unos minutos hasta obtener una mezcla esponjosa y blanquecina, añade el puré de calabaza y el aceite y sigue batiendo.
Cuando todo se haya integrado añade la sal, la levadura y la harina tamizada, y muévelo con una espátula haciendo movimientos envolventes hasta obtener una masa homogénea.
Coloca 12 moldes de magdalenas en una bandeja y reparte la masa anterior entre todos, llenando aproximadamente 3/4 de cada molde.
Mezcla los 20 g de azúcar restante con la canela molida y espolvoréala por la superficie de las magdalenas.
Introdúcelas al horno y cocínalas durante unos 15 minutos. Par verificar la cocción, puedes clavar un cuchillo o un palillo, y si sale limpio es que están totalmente hechas. Retira las magdalenas del horno y deja que se enfríen unos 20 minutos antes de servirlas. ¡Se chuparán los dedos!
Creado: 31 de octubre de 2018