Cenas ligeras, cenas más saludables
Por: Leire Moneo
Periodista experta en alimentación
Actualizado: 21 de septiembre de 2022
El caluroso verano que nos acompaña este año hace que nuestro cuerpo nos pida una alimentación suave y ligera, más aún al caer la noche, cuando las fuerzas parecen agotarse. Además, ya lo dice el refranero español: “de grandes cenas están las sepulturas llenas”. Y es que los expertos en nutrición aseguran que realizar una comida ligera y más escasa al caer el sol es la mejor receta para dormir mejor y mantener un buen estado de salud a largo plazo, pues en ese momento del día ya no necesitamos tener una ingesta elevada de calorías para mantener nuestro ritmo biológico.
De hecho, lo cierto es que ocurre todo lo contrario, ya que a partir de las 9 de la noche nuestro sistema nervioso, hormonal y digestivo ya se están preparando para descansar, por lo que lo más adecuado es realizar una cena liviana sin grandes excesos. Por ello, las cenas son una estupenda oportunidad para disfrutar de recetas nutritivas, pero sanas y equilibradas, es decir, pobres en grasas y con muy pocas calorías, lo que nos ayuda a conciliar mejor el sueño y a recuperar la hidratación perdida durante las horas centrales del día.
Sin embargo, para muchos la cena es el momento en el que se sientan a la mesa más relajados y sin prisas, después de un ajetreado día de piscina, playa o incluso de trabajo. Y eso suele traducirse en un atracón de comida que se alarga durante horas y que puede resultar muy perjudicial para la salud, más aún cuando las temperaturas son muy elevadas, ya que las grandes comilonas dificultan la digestión y aportan más grasa y calor al organismo.
“Para sentirse bien y no perjudicar la salud resulta imprescindible controlar las cantidades de lo que se come, que no sean abundantes y cenar al menos dos horas antes de ir a dormir”, aconseja la dietista Nazareth Pereira, quien recuerda que estas recomendaciones son válidas tanto para niños como para adultos, ya que “para todos es la última comida del día antes de irse a dormir y el gasto de energía es mínimo. Todas las calorías que comamos de más se convierten es grasa”.
Los peligros de las altas temperaturas
Cuando el mercurio supera los 30 grados, incluso por la noche, los riesgos para la salud se disparan, fundamentalmente para las personas de mayor edad y para los niños. La sensación de agotamiento y falta de fuerzas suele deberse a una bajada de la tensión arterial, mientras que la deshidratación se alza como el problema más habitual. Beber mucho, ya sea en forma de agua, refrescos o comidas ricas en líquidos; evitar el consumo de alcohol; no realizar ejercicio físico expuestos al sol y no saltarse el almuerzo ni la merienda son las recomendaciones imprescindibles para que el calor no juegue una mala pasada.
Creado: 26 de agosto de 2015