Cómo elegir fast food saludable en el restaurante
Por: Leire Moneo
Periodista experta en alimentación
Actualizado: 21 de septiembre de 2022
Cuando entramos en un establecimiento de comida rápida resulta inevitable salivar ante las sugerentes fotografías que nos rodean. Suculentas hamburguesas, crujientes patatas fritas, sabrosas costillas… Parece inevitable caer en la tentación e inclinarse por un menú de más de 1.500 calorías, pero es posible elegir bien si miramos con calma la carta y rebuscamos entre todas las alternativas, ya que la mayoría de cadenas de restaurantes especializados en fast food cuentan con recetas que podemos etiquetar como saludables, pensadas para aquellos que no quieren renunciar a la comodidad y a la rapidez sin perder salud.
Estos consejos te ayudarán a escoger mejor cuando vayas a uno de ellos:
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Mejor a la brasa que rebozado
Si optamos por disfrutar de una típica hamburguesa hay que tener en cuenta que es preferible elegir las carnes cocinadas a la brasa frente a las que se elaboran con rebozados y se fríen. Esto también es válido para el pescado, el pollo, o los ingredientes de un sándwich. La razón reside en que a la brasa apenas se utilizan grasas saturadas, mientras que en la fritura de rebozados predominan las grasas refinadas. Este consejo no sólo es válido para los platos principales, sino que también debe tenerse en cuenta a la hora de escoger algunos complementos, como nuggets, bolas de queso, o aros de cebolla. En todos estos casos predomina la fritura, por lo que es mejor descartarlos y optar por otros complementos como los nachos, las quesadillas, o las ensaladas de col.
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Patatas fritas light
Si no conseguimos resistir la tentación de acompañar nuestro menú con unas patatas, al menos hay que intentar que sean lo más saludables posible. Aunque pueda sonar contradictorio, las patatas fritas light existen y algunas cadenas de comida rápida disponen de ellas sin encarecer demasiado el precio. El secreto está en su elaboración, ya que tienen un recubrimiento especial que logra absorber hasta un 30% menos de grasa mientras están en la freidora, sin perder sabor. Si no es posible elegir esta opción, otra posibilidad son las patatas asadas al horno, una alternativa mucho más saludable que las fritas.
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Ensaladas con aceite y vinagre
En todos los restaurantes de comida rápida existen menús en los que la ensalada es el plato principal, por lo que se convierte en la mejor alternativa para disfrutar de una dieta saludable. Sin embargo, puestos a elegir, hay que priorizar las ensaladas aderezadas con aceite y vinagre frente a las que incluyen salsas a base de queso, miel, mostaza, salsa rosa, mayonesa, bacon, picatostes, etcétera. Es preferible optar por una ensalada mediterránea a base de lechugas, tomate, pepino y atún, ya que las demás elevan la ingesta de calorías de forma exponencial.
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Cuanto más verde, mejor
Ya sea en una pizza, en una hamburguesa vegana, o en un bocadillo, cuanto más verde sea, mejor, ya que eso significa que incluye verduras y hortalizas que contrarrestan las grasas saturadas. En el caso de la cocina italiana podemos decantarnos por una lasaña de verduras o por una pizza vegetal a base de setas, tomate, pimientos, cebolla, calabacín… Este truco también hay que tenerlo en cuenta en los bocatas y en las hamburguesas, ya que siempre es más saludable optar por los menús con tomate, lechuga, cebolla y pepino frescos, que por aquellos que incluyen bacon, queso y cebolla frita.
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Destripa la receta
Merece la pena perder algo de tiempo en leer con atención los detalles de cada una de las recetas, ya que pueden darnos pistas de cómo se elaboran y, por tanto, de si son más o menos saludables. Todas aquellas recetas que incluyen palabras como cremoso, crujiente, empanado, frito, o bañado, casi siempre son más calóricas que otras cuya elaboración es más sencilla, a la plancha, al horno o a la parrilla.
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Elige el tamaño pequeño
En un restaurante de comida rápida no debemos dejarnos guiar por las ofertas que sugieren elegir un tamaño de ración más grande por apenas unos céntimos más, ya que se multiplican las calorías ingeridas. Aunque en comparación resulte más caro, es más recomendable pedir tamaños medianos, o incluso pequeños, frente a los gigantes.
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Agua mejor que refrescos
Casi tan importante como elegir bien la comida es escoger una bebida acorde. Si nos excedemos con las calorías ingeridas en el menú, resulta imprescindible no sumar aún más calorías y azúcares añadidos con la bebida. Por eso es importante optar por el agua o por los zumos naturales frente a los refrescos azucarados.
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Fruta como broche final
Si al consumo de una comida muy calórica añadimos un postre aún más calórico, la combinación resulta peligrosa para la salud. Si nos hemos pasado con el plato principal hay que evitar los bizcochos, brownies, profiteroles, o crepes, que no hacen más que disparar el consumo de azúcar y grasas. En la mayoría de los restaurantes de comida rápida es posible tomar una macedonia de frutas, un postre lácteo, o un helado (a ser posible sin siropes).
Creado: 29 de octubre de 2014