El consumo moderado de vino aumenta los Omega-3
09/12/2008
Consumir vino de forma moderada –un vaso de vino en el caso de las mujeres y dos en los hombres– incrementa la presencia de ácidos grasos Omega-3 en el organismo, según el estudio INMIDIET, realizado por la Universidad italiana Católica de Campobasso (Italia), que ha contado con la colaboración de 1.604 personas con edades comprendidas entre los 26 y los 65 años, procedentes de Inglaterra, Bélgica e Italia.
Los Omega-3 se encuentran en pescados azules (atún, sardinas, boquerón, anchoa, salmón, trucha, cazón, pez espada, rodaballo, palometa, caballa o jurel) y en vegetales como el cañamón, semillas de lino o nueces. Actualmente, existen además muchos alimentos enriquecidos artificialmente con Omega-3 como la leche, leche de soja, galletas o huevos. Entre sus mayores virtudes destaca su capacidad para aumentar los niveles de colesterol HDL, el colesterol bueno.
Romina di Giuseppe, una de las autoras de este estudio, explica que observaron que los voluntarios que bebían cantidades moderadas de alcohol tenían una mayor concentración de ácidos grasos Omega-3 en plasma y de glóbulos rojos, con independencia de la cantidad de pescado que hubieran ingerido.
Los beneficios del vino se conocen desde la antigüedad, pero no es hasta finales del siglo XX cuando se establece la evidencia científica de sus virtudes para la salud gracias a la observación epidemiológica de la llamada “paradoja francesa”, tras comprobar que en Francia era menor la tasa de mortalidad por enfermedad coronaria a pesar de tener un alto consumo de grasas saturadas y de derivados de productos lácteos (lo más destacado la mantequilla), lo que empezó a relacionarse con los niveles de consumo de vino tinto.
En el caso del consumo de vino, esto se explica porque las uvas que se emplean para su elaboración contienen una sustancia llamada resveratrol que aumenta los niveles de HDL.
Por todos estos beneficios, el consumo de Omega-3 se ha demostrado eficaz en el tratamiento de la diabetes mellitus tipo 2, la prevención y tratamiento de enfermedades cardiovasculares, la fibrosis quística, la prevención de la demencia o el asma.
Actualizado: 30 de diciembre de 2020