Helados saludables

Suben las temperaturas, sale el sol, y los puestos de helados aprovechan para abrir sus puertas, mientras las heladerías que funcionan durante todo el año se preparan para 'hacer su agosto' (y nunca mejor dicho). Y es que a nadie le amarga un dulce, y menos un helado, un alimento conocido en todo el mundo y que ya degustaban los antiguos romanos, aunque hasta 1660 no se inventó una máquina –idea de Francesco Procopio dei Coltelli– capaz de mezclar frutas con azúcar y hielo, para elaborar una crema helada similar a las actuales.

Descubre de qué están hechos los helados, sus beneficios, que los tienen, para la salud, y cuáles son las últimas novedades que han llegado al mercado. Para rematar, una receta de helado casero de postre para chuparte los dedos.

Los helados son para el verano

Consumimos una media de 3,23 litros de helado por persona y año, la mitad de ellos entre junio y agosto, con un gasto medio por persona de 12 euros en este refrescante placer, según datos del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación. Y es que no hay verano sin helados, especialmente cuando las previsiones indican varios días con temperaturas bastante calurosas, lo que suele hacer que su consumo aumente todavía más. Aunque, para muchos, cualquier mes y época es buena para saborear un rico helado.

Para salir a dar una vuelta, para quedar con un amigo, para ligar, para entretener a los niños, para calmar un antojo, para celebrar, para darte un capricho, para quedar bien con los invitados, para regalar…, todas son buenas excusas para salir un poco de casa y disfrutar de un delicioso helado.

Pese a los muchos mitos que lo rodean, este alimento se puede incorporar sin miedo en la dieta, y es que son muchos los esfuerzos de la industria alimentaria por ofrecer helados cada vez más ligeros y saludables.

En su afán de mejora, los productores de helados han aplicado reformas interesantes: se ha reducido la cantidad de grasas, se sustituye la grasa animal por las de origen vegetal, se ha cambiado la leche entera por desnatada, y se ha disminuido el porcentaje de azúcar o se ha reemplazado por edulcorantes acáloricos, unas medidas óptimas para conseguir una mejor aceptación de estos productos que tanto nos gustan.

Tipos de helado

La dietista-nutricionista Leticia Heras nos da una alegría al comentar que “no existen alimentos buenos o malos y, por ello, el helado puede tener cabida dentro de nuestra dieta”. Eso sí, “el consumo deberá ser ocasional y moderado, a la vez que hay que incluirlo dentro de una dieta variada y equilibrada”. Ahora que respiramos un poco más tranquilos, veamos de qué se componen estos alimentos, qué tipos de helados ahí y qué propiedades nutricionales tienen:

Helados de base láctea

Por norma general, se elaboran con leche, huevos, azúcar, y aromas naturales. De ahí que su composición nutricional radique, principalmente, en el aporte de energía, proteínas de alto valor biológico, grasas y azúcares (añadidos y el propio de la leche). Aunque también encontramos un hueco para minerales como el calcio, el fósforo y vitaminas, entre las que destaca la B2 o riboflavina.

Resulta difícil establecer un cálculo exacto de cuántas calorías nos aportan, ya que el resultado dependerá mucho de los ingredientes que contenga, especialmente de la cantidad de leche, azúcar, huevos y añadidos o extras (chocolate, caramelo, sirope, frutos secos…). Pero “si nos queremos hacer una idea, un helado equivaldría, en calorías, a tres vasos de leche”, explica el periodista especializado en salud, Ramón Sánchez Ocaña.

Helados de agua

Son otra opción también refrescante y que pertenece al catálogo de los clásicos, hablamos de los sorbetes, polos y granizados. La diferencia con los anteriores es que en lugar de tener como componente básico la leche o sus derivados, se hacen con agua, a la que se le añade azúcar y zumos de fruta. “Su valor nutricional, por lo general, es inferior al de los anteriores salvo que contengan una cantidad significativa de azúcar añadido, fruta y derivados, lo que determinará el aporte final”, aclara la dietista Leticia Heras.

Pueden presentarse en un bloque con una forma determinada como es el polo, dársele consistencia de helado cremoso, lo que le sucede al sorbete o añadirle un volumen apreciable de hielo muy picado para que sea un granizado. Si te gusta contar calorías, debes saber que “el sorbete y el polo tienen menos calorías que el helado, ya que sólo se cuenta la proporción de azúcar que contiene, por lo que suelen situarse en torno a un 15 por ciento del valor total”, explica Sánchez Ocaña.

Los yogures helados

En este punto, hay que abrir el telón y darle la bienvenida al yogur helado, que vino directo de Estados Unidos para quedarse en nuestros paladades. Este producto une lo mejor del yogur (su cremosidad y su ligereza) con lo refrescante del helado, para hacer un producto único y apto para todos. Su lanzamiento ha sido todo un éxito en nuestro país, debido a que es natural, prácticamente no contiene grasas, es probiótico (por lo que nos ayuda a regular nuestro sistema digestivo) y no contiene gluten, ¿alguien da más?

Pues sí, ya hay en el mercado variedades de yogur helado sin azúcar, aunque lo habitual es utilizar fructosa para las personas diabéticas. Además, este tipo de yogur es una alternativa para aquellos que sufren de problemas de intolerancia a la lactosa.

Son ya muchas las franquicias que están ofreciendo este producto que se consume natural o con distintos sabores y que cuenta con multitud de toppings diferentes para degustarlo (virutas de chocolate, frutas, muesli, frutos secos, galletas, bombas de zumo, cereales o salsas). Un mundo de colores y sabores del que es difícil resistirse. Descúbrelo en tiendas como llaollao, Smöoy, Juicy Avenue, Bodevici, llagurt, Yogurterias Danone, Yooglers o La Yogurtería del Mercado de San Miguel (Madrid) en su versión más gourmet.

Y quien quiera disfrutarlo con más pausa y tranquilidad, al calor del hogar, ya tiene disponible en los supermercados formatos especiales que permiten llevarse a casa lo mejor del yogur helado, ofertado por multitud de marcas.

Ya no tienes excusa para pasar un verano de lo más fresquito y saludable.

Helados más sanos y aptos para todos

Mucha gente elige el verano para ponerse en forma y empezar a cuidar su línea. ¿El problema? Que ven incompatible la cantidad de grasas y azúcares del helado con su esbelto propósito. A cambio, la industria alimentaria ha captado el mensaje y se ha puesto las pilas para proporcionar helados más saludables. Son los llamados ‘helados de nueva generación’. Nos referimos a aquellos que se elaboran con fruta, o los que han reducido sus calorías, o los que no tienen azúcares, o aquellos que han sustituido las grasas saturadas por aceite de oliva.

En este último campo, la empresa gaditana La Ibense 1892, especializada en la elaboración artesanal de helados y de productos de pastelería, ha invertido varios años para conseguir sustituir las grasas saturadas de sus productos por aceite de oliva y hacer versiones sin azúcar para ofrecer unos helados que cada vez son más saludables. Además de pensar en colectivos como los veganos, celiacos o los alérgicos, creando una línea específica sin gluten, sin lactosa y con proteína de soja. Toda una apuesta que será bienvenida por los consumidores más golosos.

Otros, como la antigua heladería italiana La Romana, o la alcobendense Solo Naturale ofrecen algunas variedades de helado con más fruta que nunca, ingredientes cien por cien naturales, con muy bajo porcentaje de grasa, sin colorantes ni conservantes y con leche ecológica. Fieles a su nombre.

Consejos para elaborar helados caseros de forma más slaudable

A continuación, te damos algunas pautas para elegir o para hacer tus propios helados de forma más saludable en casa siguiendo estos consejos:

• Elige ingredientes saludables: utiliza ingredientes naturales y frescos, como frutas, yogur natural bajo en grasa, leche desnatada o leches vegetales sin azúcar añadida.
• Reduce el azúcar: disminuye la cantidad de azúcar o utiliza alternativas más saludables como el jarabe de arce, miel o edulcorantes naturales. Las frutas también pueden endulzar naturalmente los helados.
• Opta por grasas más saludables: como aceite de coco no hidrogenado o aguacate, en lugar de grasas saturadas. Esto puede ayudar a reducir la cantidad total de grasa y mejorar la calidad nutricional.
• Controla las porciones: limita el tamaño de las porciones para evitar el exceso de calorías y azúcares. Un tamaño de porción adecuado es fundamental para mantener un equilibrio en tu dieta.
• Incorpora frutas: agrega frutas frescas o congeladas para obtener sabor y dulzura natural, además de beneficios nutricionales adicionales como vitaminas, minerales y fibra.
• Opciones de leche alternativas: si eres intolerante a la lactosa o prefieres opciones sin lácteos, utiliza leches vegetales sin azúcar añadida, como leche de almendras, soja o avena.
• Yogur griego como base: el yogur griego bajo en grasa es una excelente base para los helados, ya que es cremoso y contiene proteínas que te ayudarán a sentirte más lleno.
• Preparación casera: prepara la mezcla en casa para tener un mayor control sobre los ingredientes. Evita los productos comerciales que a menudo contienen aditivos, conservantes y azúcares añadidos.
• Congelación rápida: utiliza una máquina para hacer helados o congela la mezcla en bandejas para hielo para que se forme más rápidamente y quede menos tiempo expuesta al aire, lo que puede evitar la formación de cristales de hielo.
• Añade textura y sabor: agrega nueces picadas, semillas, trozos de chocolate negro o trocitos de fruta para darle textura y sabor a tus helados.
• Experimenta con ingredientes: prueba diferentes combinaciones de ingredientes para crear sabores únicos y deliciosos, como menta con espinacas para color y sabor, o helado de plátano con mantequilla de cacahuete.

Recuerda que, aunque estos consejos pueden hacer que tus helados sean más saludables, aún debes disfrutarlos con moderación como parte de una dieta equilibrada.