Jamón ibérico, características y clasificación
Actualizado: 6 de marzo de 2023
El jamón ibérico es una delicia culinaria dentro y fuera de nuestras fronteras. Estandarte de nuestra gastronomía y cultura, forma parte de un reducido grupo de alimentos considerados como delicatessen. Un producto que, además, no solo disfruta nuestro paladar, sino también nuestro corazón, debido al efecto protector de sus grasas frente a enfermedades cardiovasculares.
La definición legal del jamón es: “producto elaborado con la extremidad posterior, cortada a nivel de sínfisis isquiopubiana, con pata y hueso, que incluye la pieza osteomuscular íntegra, procedente de cerdos adultos, sometida al correspondiente proceso de salazón y curado-maduración”.
Traducido a términos más sencillos, el jamón es la pata trasera (la delantera se denomina paleta) completa (sin eliminar ningún elemento: hueso, etcétera) de cerdos adultos sometida a salazón (adición de sal para su secado) y curado (conservación durante determinado periodo de tiempo para conseguir el efecto deseado).
Pero esta definición es aplicable a cualquier jamón. ¿En qué se diferencia entonces el ibérico de otros? El jamón ibérico es un embutido que procede de cerdos de raza del mismo nombre.
Clasificación y etiquetado
Según la última normativa al respecto publicada en el Real Decreto 4/2014 “por el que se aprueba la norma de calidad para la carne, el jamón, la paleta y la caña de lomo ibérico”, la clasificación que debe figurar en su etiquetado para evitar confusiones y fraudes hace referencia a:
Tipo de producto
Alimentación del animal y espacio donde se ha criado
Tipo racial
Así, en cuanto a alimentación, espacio y ejercicio físico, el jamón ideal es un jamón de bellota 100% ibérico. Este será el único que se pueda llamar “pata negra”. La variedad de cerdo que dará lugar a este jamón entrará en el periodo de engorde en la dehesa entre el 1 de octubre y el 15 de diciembre, donde se alimenta de bellotas, hierba y otros productos que se encuentra en el suelo. Deberá estar en este espacio como mínimo 60 días. Se sacrificará entre el 15 de diciembre y el 31 de marzo. Estos cerdos deberán tener, como mínimo, 14 meses.
La nueva normativa aprobada este año pretende unificar y simplificar las categorías porcinas y que estas queden más claras a la hora de etiquetar o publicitar los productos ibéricos. Como principales novedades de cara al consumidor final, además de la eliminación de un tipo de jamón (“el de recebo”), ahora es obligatorio declarar el porcentaje de raza ibérica del producto, y utilizar un código identificativo de colores para mayor claridad.
Las denominaciones de origen determinan una zona concreta y la sistemática de producción que se sigue con el fin de proteger legalmente un producto. En el caso de nuestro país, las cuatro primeras son de jamón ibérico y las dos últimas son de cerdo blanco.
Creado: 26 de febrero de 2014