Miel, ¿es tan beneficiosa como dicen?
A pesar de su fama, la miel, el edulcorante natural más antiguo empleado por el hombre, no tiene ningún beneficio demostrado sobre la salud. Eso sí, sus propiedades la hacen un ingrediente atractivo para su uso culinario.

La miel, tipos e historia

Por: Raquel Bernácer

Dietista-nutricionista especializada en cocina vegetal

Actualizado: 4 de mayo de 2023

La miel es un alimento que elaboran las abejas a partir del néctar de las flores, de las secreciones que extraen de partes vivas de las plantas o que se encuentran sobre ellas, y que se encargan de pecorear y transformar, mezclándolo con sustancias específicas propias, para después almacenarlo y dejar que madure en los panales de la colmena. Posteriormente, los apicultores la recolectan de los panales cerosos de la colmena para luego ser procesada antes de venderla, aunque también se puede consumir crudo.

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Recurrente en varias opciones de desayuno, e incluso en algunas salsas y postres, a menudo se la ensalza como un remedio casero frente a la tos y los resfriados o la laringitis, como un aliado frente al colesterol por sus propiedades antioxidantes, o incluso como una mejor opción que el azúcar refinada, especialmente para las personas con diabetes. Sin embargo, la miel en sí misma es otra forma de azúcar y debe consumirse solo con moderación, tal y como aclaran los expertos de la Asociación Americana del Corazón. Cabe recordar también que la miel no es segura para los menores de 1 año, por lo que debe evitarse dársela a bebés.

La Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) ponía en duda la mayoría de sus beneficios (para el sistema inmune, el metabolismo o la mejora de la salud respiratoria) en un informe publicado en 2009.

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Nutricionalmente, se trata de un alimento con un alto nivel calórico, una sola cucharada de miel contiene 64 calorías, sin fibra, casi sin vitaminas y con muy poco aporte de proteína.

Tipos de miel

Tipos de miel

Los distintos tipos de miel pueden clasificarse siguiendo diferentes criterios, según el modo de obtención, la finalidad de empleo, la época de producción, o su origen. Lo más común es encontrar en el mercado mieles clasificadas por la época de producción o por su origen. Así pues:

  • La miel de primavera se produce hasta finales de mayo
  • La miel principal o de estación entre junio y julio.
  • La miel tardía es producida entre agosto y septiembre.

Según su origen, la miel puede ser de flores (de árboles frutales, romero, tilo, etcétera) o de rocío (abeto, abeto rojo, o de hoja):

  • La miel de flores es un líquido de color transparente cuando es fresca, que va concentrándose paulatinamente, y su color puede variar del blanco al castaño, en función de la planta de origen.
  • Por otro lado, la miel de rocío difícilmente se vuelve sólida y es menos dulce. Es de color oscuro y suele tener aromas especiados y resinosos.

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Etiquetado de la miel

Son muchos los apicultores que han demandado un etiquetado de la miel más específico para poder evitar fraudes en la comercialización en este alimento. Y es que, hasta hace poco bastaba con incluir el término ‘mieles originarias de la UE o no UE’, incluso cuando la miel comunitaria era tan solo un 1%, de esta manera alertan de que el consumidor no puede conocer realmente el origen de la miel que va a comprar.

Etiquetado de la miel

Por ello, el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación de España ha elaborado una norma, que entró en vigor a mediados de 2020, y que dicta que se debe indicar en el etiquetado el tanto por ciento de cada miel usada, en función de su origen y especificar este último. Así, dispone que "deberán mencionarse en la etiqueta el país o los países de origen donde la miel haya sido recolectada. Sin embargo, añade que si la miel procede de más de un Estado miembro o de un tercer país, dicha mención podrá substituirse, según proceda, por «mezcla de mieles de la UE», «mezcla de mieles no procedentes de la UE», o «mezcla de mieles procedentes de la UE y no procedentes de la UE»".

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Etiqueta de la miel

A pesar de las propuestas de las cooperativas agroalimentarias, aún no se obliga a mencionar si la miel ha sido tratada con temperaturas superiores a los 45°, si es así se solicitaba que en la etiqueta se pudiera leer ‘miel tratada con calor’ y en caso de que no haya pasado por ningún proceso térmico que se pudiera indicar de manera voluntaria de aclaración ‘obtenida en frío’. Tampoco se ha llegado aún a aprobar que se indique en orden decreciente las mezclas de miel de otros países (tal y como pedían las Cooperativas agroalimentarias) o que se indique con porcentajes la mezcla de miel de cada país (lo demandaba la Sectorial Apícola de las cooperativas).

Historia de la miel

La miel se considera el edulcorante natural más antiguo que ha utilizado el hombre, y ha sido el más importante en Europa hasta el siglo XVI, cuando se hizo más asequible el azúcar de caña.

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Panel de miel

Es un alimento utilizado por numerosas civilizaciones, y en excavaciones realizadas en Egipto se han llegado a encontrar restos de miel perfectamente conservada. Al parecer, se cuenta que Alejandro Magno fue trasladado desde el lugar donde falleció a la corte sumergido en miel, lo que impidió la descomposición de su cuerpo. Esto podría ser posible gracias a su baja actividad de agua, algo de que explicaremos más adelante.

La miel supera al azúcar tanto en poder edulcorante como en sabor, gracias a la mayor cantidad de sacarosa y a los componentes aromáticos de las plantas de las que procede. Los países con mayor producción del mundo son China y Argentina, que cuentan con amplias extensiones de terreno y con el clima apropiado para que las abejas puedan libar las flores y producir miel. Sin embargo, estas mieles no se caracterizan por su alta calidad.

Creado: 14 de enero de 2013

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