Los helados, un postre ideal para niños y ancianos
29/07/2014
El consumo de helados aumenta significativamente en verano con la subida de las temperaturas y, a pesar de que son alimentos calóricos, se pueden ofrecer a los niños y a los ancianos ocasionalmente como postre o merienda porque, como explica Diana Roig, nutricionista de Unilever España, pueden completar la dieta de forma muy agradable para ellos, aportándoles nutrientes como la leche en el caso de los de base láctea, o zumos de frutas si se trata de polos o sorbetes.
Los helados de base láctea se componen generalmente de leche desnatada, azúcares y grasas, mientras que los polos y los sorbetes contienen sobre todo agua, zumos de frutas y azúcares. La textura de estos alimentos hace que resulten fáciles de masticar, y su sabor dulce les convierte en una buena alternativa para la merienda de niños y mayores cuando el calor aprieta y tienen menos apetito.
El aporte de calcio de algunos helados llega al 30% de la cantidad diaria recomendada
El aporte de calcio de algunos helados llega al 30% de la cantidad diaria recomendada, lo que supone una gran ventaja para los ancianos, que tienen tendencia a sufrir descalcificación y necesitan ingerir diariamente un mínimo de 800 miligramos de este mineral para mantener los huesos sanos, mientras que en el caso de los niños, el calcio es fundamental para el desarrollo del sistema óseo. Los polos y sorbetes, además, también contribuyen a mantener una correcta hidratación.
Lo más importante es elegir helados artesanales cuando sea posible, o aquellos envasados en cuya elaboración se hayan tenido en cuenta los valores nutricionales (con un buen aporte de zumo de fruta o calcio), y se haya limitado la cantidad de azúcar y grasas saturadas para reducir el número de calorías. En postres y meriendas, además, se puede combinar el helado preferido del consumidor con frutas como plátanos, melocotones o fresas.
Actualizado: 19 de febrero de 2018