Para una buena higiene alimentaria y sacar partido a tu nevera debes saber cuál es la zona más adecuada para guardar cada alimento y cuáles debes evitar meter en el frigo. Toma nota de cómo mantenerla limpia.
La nevera es, probablemente, el electrodoméstico más importante de nuestra cocina y, sin embargo, no siempre le sacamos el máximo partido a su uso. De hecho, en muchos hogares, el frigorífico se utiliza mal, lo que puede arruinar la cesta de la compra e incluso puede perjudicar la salud. Según datos de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), una cuarta parte de las intoxicaciones alimentarias se debe a una inadecuada refrigeración de los alimentos, ya que a temperaturas más elevadas de lo recomendable, los microorganismos y bacterias logran propagarse con mayor rapidez.
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Para conseguir una correcta conservación de los alimentos, resulta fundamental colocar correctamente cada producto dentro del frigorífico y para eso hay que saber distinguir las diferentes zonas de la nevera, ya que cada una de ellas cumple su función:
Parte superior de la nevera: es la zona menos fría de la nevera, con una media de entre 10º y 15ºC, por lo que es la más indicada para colocar las bebidas como refrescos o zumos, así como otros productos que no exigen tanta refrigeración, como la mantequilla o alimentos envasados que aún están cerrados, como las pastas frescas o las salsas.
Parte media de la nevera: está a una temperatura de entre unos 4º y 5ºC, por lo que se trata de la zona más adecuada para ubicar los yogures, otros lácteos como quesos frescos, embutidos y todos aquellos en cuya etiqueta se especifica que “una vez abiertos, necesitan frío”.
Parte baja de la nevera: la zona ubicada justo por encima de los cajones es la más fría de la nevera, ya que suele estar a unos 2º C. Por ello, es la más recomendada para almacenar los alimentos frescos que requieren una mayor refrigeración. Es el caso, por ejemplo, de las carnes, los pescados y los huevos frescos.
Cajones: con una temperatura de unos 10º C están pensados para guardar verduras y frutas frescas que podrían estropearse a temperaturas más bajas. Es el lugar indicado para la lechuga (siempre bien envuelta con papel transparente), los limones o los pimientos.
Puerta: es la zona menos fría del frigorífico, ya que se trata de la parte más expuesta a la temperatura ambiente. Por ello, se recomienda colocar aquí productos que no necesiten una excesiva refrigeración, como bebidas, refrescos, encurtidos, tomate frito envasado o mermeladas. Habitualmente aquí se colocan los huevos o la leche, aunque no siempre es lo más recomendable, porque necesitan una media de unos 7ºC.