Las ensaladas de bolsa son una alternativa muy cómoda para incorporar vegetales en la dieta, pero no todas son iguales. Descubre cómo identificar las opciones más saludables y las medidas higiénicas que mejoran su seguridad.
Ensaladas de cuarta gama, ¿son saludables? Ventajas e inconvenientes
En el mercado podemos encontrar muchos tipos diferentes de ensaladas de bolsa o listas para el consumo, y no todas tienen el mismo perfil nutricional. Básicamente, podemos distinguir dos variedades de ensaladas de cuarta gama:
Ensaladas compuestas exclusivamente por hojas de hortalizas (lechuga, espinaca, berros, rúcula…): suelen presentarse en bolsa y no incluyen ningún aderezo. Son tan saludables como los vegetales frescos.
Ensaladas con otros ingredientes: se autoproclaman “completas” e incluyen otros productos como bacon, atún, maíz, aceitunas, cebolla caramelizada, surimi, queso o sucedáneos, frutos secos, frutas deshidratadas, pasta, fiambre de pavo, jamón cocido… Además incluyen salsas y aderezos de todo tipo: rosa, César, barbacoa… y, solo en ocasiones, aceite y vinagre.
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Cómo escoger las ensaladas de bolsa más saludables
Estas alternativas se alejan del concepto de la ensalada anterior, aunque hay unas pautas que nos pueden ayudar a saber si es una buena opción dietética, como:
Leer bien las etiquetas para asegurarnos de lo que contienen (azúcar, sal, aceite de menos calidad…).
No guiarse por reclamos publicitarios como light, sana, óptima…, porque son solo trucos comerciales.
Tener cuidado con las interpretaciones que hacemos: no es lo mismo que los vegetales sean la base del producto envasado a que lo sea la pasta refinada. Si pone “pasta con rúcula” lo más probable es que el ingrediente principal sea pasta refinada.
Revisar los ingredientes: muchos contienen productos ultraprocesados con grandes cantidades de azúcares (jarabe de glucosa y fructosa), sal y aceites de mala calidad.
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En base a esto, escoger:
La que contenga ingredientes que sean materias primas poco procesadas (atún, queso, frutos secos…).
Reducción del desperdicio alimentario: se presentan en distintos tamaños, lo que facilita que podamos adquirir la que se adapte mejor a nuestras necesidades (y no una pieza entera de lechuga o de escarola, que puede acabar estropeándose).
Seguras: el proceso de higienización y envasado al que se someten en la industria está controlado en todo momento, mientras que en nuestro hogar es más difícil conseguir una limpieza correcta y exhaustiva.
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Inconvenientes de las ensaladas de IV gama
Precio: son sustancialmente más caras que las hortalizas frescas (aproximadamente un 33% más, dependiendo del tamaño y de la composición).