Una buena nutrición mejora la calidad de vida y el pronóstico de pacientes con cáncer, al fortalecer sus defensas. Te damos claves para combatir algunos efectos del tratamiento oncológico, como la falta de apetito, náuseas o diarrea.
Alivio de las alteraciones del gusto en el enfermo de cáncer
Las alteraciones en el gusto de los pacientes con cáncer pueden deberse a diferentes causas, como los medicamentos, la radiación o incluso problemas dentales. Cuando experimentan estos cambios del gusto puede aparecer pérdida de peso, o que noten cierto rechazo a alimentos concretos.
Por ejemplo, cuando reciben quimioterapia, los pacientes experimentan una sensación de amargo. Por ello es conveniente consumir abundantes líquidos, cambiar los tipos de alimentos consumidos y agregar especias o saborizantes (potenciadores del sabor, como por ejemplo edulcorantes) a los alimentos.
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Estas son algunas recomendaciones para paliar estos cambios en el gusto:
Enjuagar la boca con agua antes de las comidas.
Probar frutas cítricas como naranjas, mandarinas o limones.
Comer sus alimentos preferidos.
Comer los alimentos fríos o templados para evitar que desprendan olor y disminuyan su sabor.
Sustituir la carne roja por la de aves, pescado, huevos y queso.
Agregar especias y salsas a los alimentos.
Comer cuando se tenga hambre y no obligatoriamente en los horarios establecidos, siempre que realicen las comidas necesarias.
Comer con familiares y amigos.
Emplear caramelos de limón sin azúcar, chicles o pastillas de menta cuando sufran el gusto metálico o amargo.
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Consejos en caso de notar sabor metálico en los alimentos
Elegir sabores fuertes como el queso curado, el jamón, etcétera.
Si no se tolera la carne, sustituirla por otros alimentos ricos en proteínas: pescado, mariscos, queso, huevos, legumbres, soja...
Realzar el gusto de los alimentos con diferentes salsas: bechamel, mayonesa, salsas con base de huevo, nata, o similares.
Beber té de menta o con limón.
Eliminar los sabores extraños en la boca mediante enjuagues bucales y caramelos y chicles.
Utilizar cubiertos de plástico.
Usar utensilios de madera para cocinar.
Evitar el contacto de productos ácidos (vinagre, zumos de frutas, tomates.) con recipientes metálicos, pues facilitan la disolución de éstos últimos (algunas cacerolas de acero inoxidable liberan níquel en contacto con alimentos ácidos).