Quién puede hacer la dieta DASH y quién debe evitarla
Por: Leire Moneo
Periodista experta en alimentación
Actualizado: 5 de mayo de 2023
La hipertensión arterial es un factor de riesgo decisivo en la salud global de una persona, más aún si se tiene en cuenta que la padece un tercio de la población del planeta. “Este problema resulta preocupante porque está presente en la mayoría de las enfermedades cardiovasculares, como infarto agudo de miocardio, angina de pecho o ictus, siendo estas las primeras causas de muerte y gasto sanitario mundial, incluidos los países emergentes”, advierte Miguel Ángel María Tablado, miembro del Grupo de Trabajo de Hipertensión de la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (SemFYC), quien añade que “una hipertensión desconocida, o conocida y mal controlada durante tiempo, contribuye a la ateroesclerosis y sus complicaciones. Cuanto más joven aparece la enfermedad, mayor riesgo se acumula”.
Mantener a raya la tensión arterial se traduce en no superar la cifra diagnóstica, que es 140 mmHg de presión arterial sistólica (lo que popularmente se conoce como la alta) y 90 mm Hg de presión arterial diastólica (conocida como la baja). Sin embargo, estas cifras son orientativas, ya que “existen personas que, por tener otras condiciones físicas, o incluso algunas enfermedades que implican tomar ciertos medicamentos, deben tener controles más óptimos que se aproximan a 130/80 mmHg. Por encima de estas cifras el riesgo aumenta de forma exponencial”, puntualiza el experto de la SemFYC.
Tal y como se ha demostrado, la dieta DASH funciona, aunque puede resultar no efectiva en algunas ocasiones. “Este tipo de alimentación puede tener problemas en su funcionamiento en algún caso, como en determinados tipos de hipertensión muy resistente; en casos de hipertensión secundaria a otras enfermedades (mientras no se controle la enfermedad que la provoca es muy difícil controlar la hipertensión); y la causa principal de fallos en esta dieta es la realización parcial de la misma, tomando algunas recomendaciones y obviando otras; o bien por no tener en cuenta la sal oculta en algunos alimentos”, advierte Juan José López Gómez, médico especialista en Endocrinología y Nutrición y miembro del Comité Gestor del Área de Nutrición de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN).
Indicaciones y contraindicaciones de la dieta DASH
Te explicamos a continuación cuáles son los pacientes o personas sanas que más se pueden beneficiar de seguir la dieta DASH, y en qué casos, por el contrario, puede estar contraindicada, por lo que siempre es conveniente consultar al especialista antes de introducir cambios en la alimentación.
¿Funciona la dieta DASH? Evidencia científica sobre sus efectos
El aval científico sostiene la dieta DASH, ya que “desde finales de los 90, cuando se planteó esta dieta, se han realizado múltiples estudios de alto nivel científico que han demostrado el beneficio y eficacia de este tipo de alimentación sobre la hipertensión” en comparación a otras dietas, confirma el portavoz de la SEEN, quien destaca que “los dos estudios más reseñados son los denominados DASH (Apple et al., 1997) y DASH-sodio (Vollmer et al, 2001). En concreto, en el estudio DASH-sodio se lograban reducir incluso más los niveles de sodio en el organismo, consiguiendo resultados más significativos”.
En esta misma línea se posiciona Miguel Ángel María Tablado, miembro del Grupo de Trabajo de Hipertensión de la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (SemFYC), quien asegura que “los beneficios de esta dieta están contrastados al mismo nivel de los beneficios de la dieta mediterránea, a la que se parece. Y así lo demuestran las investigaciones que confirman que cuanto mayor sea la restricción de sal, mayor será la disminución de cifras tensionales”.
A pesar de ello, tal y como recuerda Miguel Ángel María Tablado, “quedan pendientes estudios a medio y largo plazo sobre su efecto en la prevención del riesgo cardiovascular. Sin olvidar que siempre que se plantea un tipo de dieta como la DASH se hace en el contexto del fomento de la actividad física y el cese del hábito tabáquico (factores de riesgo independientes para el control de las enfermedades cardiovasculares)”, matiza.
Creado: 4 de octubre de 2018