Nutrición e insuficiencia renal
Si sufres insuficiencia renal, toma nota: unos simples cambios en tu dieta te permitirán mantener un buen estado nutricional y evitar la acumulación de sustancias tóxicas que el riñón no es capaz de eliminar.

Recomendaciones dietéticas para la insuficiencia renal

Recomendaciones dietéticas para la insuficiencia renal

Arroz, pastas, pan y cereales forman parte de los alimentos recomendados para la insuficiencia renal.

Actualizado: 5 de mayo de 2023

En líneas generales, si padeces insuficiencia renal es mejor evitar o limitar los fritos y que los alimentos se cocinen hervidos, al vapor, a la plancha o asados. Estas son otras recomendaciones dietéticas para controlar tu patología:

  • Arroz, pastas, pan y cereales

    Arroz, pastas, pan y cereales

    Se pueden consumir una vez al día, y constituyen una buena fuente de energía, especialmente para aquellos que deban limitar la ingesta de proteínas; aunque si el paciente tiene sobrepeso o diabetes debe consultar al médico la cantidad que puede tomar. En cualquier caso, estos alimentos no deben ser integrales, ya que los productos integrales presentan un alto contenido en fósforo y potasio.

  • Leche y productos lácteos

    Leche y productos lácteos

    Es importante recibir un aporte de calcio adecuado (en caso de que el paciente lo precise, el médico prescribirá suplementos), por lo que debe tomar leche, yogur o queso una o dos veces al día, pero siempre bajo supervisión médica, ya que la leche y sus derivados son ricos en fósforo que, al igual que el potasio, puede concentrarse en la sangre y causar problemas como picores y disminución de los niveles de calcio.

  • Carnes

    Carnes

    La dieta de los pacientes con insuficiencia renal debe ser baja en proteínas, por lo que es conveniente reducir el consumo de carnes y pescados a 100 gramos diarios. En concreto es importante limitar el consumo de carnes rojas, tal y como advertía un estudio de la Universidad de Singapur, que afirmaba que el consumo habitual de este tipo de carne podía llegar a elevar el riesgo de enfermedad renal terminal hasta un 40%. Las aves de corral pueden ser una alternativa al porcino.

  • Grasas

    Grasas

    Son una buena fuente de calorías para aquellos pacientes que estén perdiendo peso, pero deben tomarse con moderación y preferiblemente las de origen vegetal (aceite de oliva, aceite de girasol, maíz y soja, margarina). Los alimentos que contengan grasa de origen animal, como el tocino o los embutidos, deben limitarse porque pueden elevar los niveles de colesterol.

  • Legumbres

    Legumbres

    Están desaconsejadas por su alto contenido en proteínas, potasio y fósforo. Por ello y para evitar los problemas que una acumulación de estos elementos puede provocar para el organismo y los riñones, su consumo no debería sobrepasar una o dos raciones máximo por semana.

  • Frutas

    Frutas

    Hay que tener cuidado especialmente con aquellas que tienen mucho potasio, como el plátano. Cuando el potasio no puede ser eliminado por el riñón, se acumula en la sangre y puede provocar problemas musculares (debilidad, temblores) y cardiacos. Además del plátano, otras frutas con alto contenido en potasio que es mejor evitar son el albaricoque y la uva.

  • Verduras

    Verduras

    Son, junto a las frutas, los alimentos más ricos en potasio, por lo que también se deben tomar precauciones en su consumo, como dejarlas en remojo un mínimo de tres horas o darle uno o dos hervores, cambiando el agua, para que pierdan parte del potasio. Si son en conserva no se debe tomar el jugo porque contiene el potasio que ha perdido la verdura. Si se trata de verduras congeladas, es mejor dejarlas descongelar a temperatura ambiente para reducir la cantidad de potasio. No se debe aprovechar el agua en la que se han cocido las verduras para elaborar salsas o sopas.

  • Hidratos de carbono

    Hidratos de carbono

    No está limitada su ingesta, salvo que el paciente sea diabético u obeso, o presente alguna otra contraindicación que será valorada por el médico. Se deben, pues, consumir a diario, para aportar al organismo la energía necesaria. Los hidratos de carbono pueden ser de acción rápida, como los dulces (azúcar, galletas, mermelada, miel...), o de acción lenta y, por tanto, con un aporte de energía más fácil de aprovechar, como las pastas, el pan, el arroz o las patatas.

  • Líquidos

    Líquidos

    Cuando el paciente sigue un tratamiento de diálisis es muy importante que controle la cantidad de líquidos que ingiere, incluyendo en este concepto no solo el agua, sino otros productos como zumos, caldos y sopas, leche, fruta, café o té y, en general, cualquier bebida. Esto se debe a que la pérdida de funcionalidad del riñón hace que se produzca retención de líquidos entre una sesión de diálisis y la siguiente, y provoca hinchazón e hipertensión. La cantidad de líquido que puede tomar el paciente está directamente relacionada con la capacidad de eliminarlo que conserve el riñón.
  • Sal

    Sal

    Los alimentos deben cocinarse sin sal porque el organismo tiene dificultades para eliminar el sodio, y su acumulación puede originar retención de líquidos y formación de edemas, incrementando la carga de trabajo del corazón, lo que podría generar insuficiencia cardiaca. En sustitución de la sal, se pueden emplear hierbas y especias para condimentar los alimentos, como laurel, albahaca, tomillo, pimienta, nuez moscada, así como aceite de oliva y vinagre.

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Creado: 10 de enero de 2011

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