Quién hace las recomendaciones nutricionales: evolución y limitaciones
Actualizado: 9 de abril de 2023
La utilidad de las recomendaciones dietéticas ha ido evolucionando a lo largo de la historia. En 1933, valores de referencia de la British Medical Association tenían como objetivo prevenir las enfermedades carenciales (como el escorbuto por carencia de vitamina C o la pelagra por déficit de vitamina B3). En 1938 el enfoque cambió, y tanto en Canadá como en Reino Unido se establecieron orientaciones no para evitar enfermedades, sino para mantener un estado nutricional adecuado.
Las RDA (Recommended Dietary Allowances) –que constituyen las primeras recomendaciones estadounidenses– se publicaron en 1941, y en 1997 se sustituyeron por las DRI (Dietary Reference Intakes). Y la Unión Europea también ha desarrollado las suyas propias: los Valores Dietéticos de Referencia. Pero, además, la mayoría de los países europeos han establecido sus propios valores.
En España varias organizaciones han elaborado sus propias recomendaciones. Las primeras fueron publicadas en 1985 por el Departamento de Nutrición de la Universidad Complutense de Madrid. Las más empleadas en la actualidad son las de la Federación Española de Sociedades de Nutrición, Alimentación y Dietética.
Valores dietéticos de referencia distintos según el país
No hay consenso internacional sobre los valores recomendados porque las características de las poblaciones varían mucho de unos países a otros, hay disparidad de criterios entre los expertos que elaboran las recomendaciones, y las propias características geográficas difieren enormemente.
Por ejemplo, no se puede equiparar la cantidad de vitamina D recomendada en Noruega (7,5 UI) con la de España (5 UI), porque el sol juega un papel importante en su síntesis y es evidente que en nuestro país es más fácil que la población se exponga a la luz solar.
Para complicarlo todavía más, las recomendaciones engloban muchos conceptos distintos (que también varían según el país), como ingestas dietéticas de referencia, ingestas recomendadas, ingestas adecuadas, requerimientos medios estimados, aportes dietéticos recomendados, intervalos aceptables de ingesta…
Pero, para el consumidor, los valores que pueden ser más importantes son los que aparecen recogidos en el Reglamento 1169/2011, porque son los que determinan cómo será el etiquetado de los alimentos: son los Valores de Referencia de Nutrientes (VRN) y las Ingestas de Referencia (IR).
Limitaciones de los Valores Dietéticos de Referencia (VDR)
Los valores dietéticos de referencia de la Unión Europea son muy útiles para hacer recomendaciones a la población general, y para que los consumidores dispongamos de un contexto que nos permita valorar los aportes nutricionales de algunos alimentos, pero tienen varias limitaciones:
- Se estipulan valores de referencia de nutrientes (VRN) genéricos para toda la Unión Europea, ignorando las características propias de cada país (dieta, demografía, geografía…).
- Son valores estadísticos que pueden ayudar a detectar carencias individuales, pero para ello se tiene que valorar la dieta de esa persona durante un tiempo prolongado, y aun así no se podría diagnosticar categóricamente un déficit, porque dependerá de las necesidades individuales de nutrientes.
- Las Ingestas de Referencia (IR) y los VRN que se recogen en la legislación a efectos del etiquetado se refieren sólo a personas adultas sanas, sin diferenciar por género, edad, ni situación fisiológica. Así, cuando se refleja en el etiquetado el valor de un nutriente en forma de porcentaje del VRN no es un dato válido para gran parte de la población (niños, embarazadas, ancianos, enfermos…), ni por supuesto se puede dar por bueno como recomendación individualizada.
Para tratar de solventar este inconveniente, el Reglamento 1169/2011 prevé que se puedan adoptar nuevas normas para indicar las ingestas de referencia para grupos de población específicos, pero hasta ahora no se han desarrollado. - Los alimentos frescos no indican su información nutricional, y precisamente el consumo de alimentos frescos o mínimamente procesados es el más recomendable para llevar una dieta equilibrada y saludable.
Creado: 13 de septiembre de 2017