Megarexia, el lado opuesto a la anorexia
Este trastorno alimentario, la megarexia, es el lado opuesto a la anorexia: personas peligrosamente obesas que frente al espejo se ven delgadas y sanas. Las grasas, el 'fast food' o los postres son su pan de cada día.

Tratamiento de la megarexia

Por: Eva Salabert

Periodista experta en salud

Actualizado: 21 de septiembre de 2022

Como ocurre con el resto de los trastornos alimentarios, que tienen un origen psicológico, para poder hacer frente a la megarexia es necesario que el paciente reconozca que tiene un problema. Pero, como en el caso de los anoréxicos, la imagen que refleja el espejo, y que no coincide con la percepción que tienen de su propio cuerpo, no les hace cambiar de opinión, por lo que es necesario que su familia les ayude a ver la realidad, y normalmente necesitarán ayuda de un profesional médico (médico de familia, psicólogo…) que les oriente sobre el trastorno que padecen, y de un especialista en nutrición que determine las pautas de una buena alimentación para que empiecen a perder peso mejorando al mismo tiempo su deteriorado estado nutricional.

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El nutricionista Jaime Brugos, que creó el término 'megarexia' para definir a los obesos que se ven delgados y sanos, ha escrito varios libros que exponen sus teorías sobre lo que debe ser una dieta sana, que ayude a adelgazar a aquellos que lo necesitan, pero de una forma saludable y revitalizadora. Brugos considera que para adelgazar no hay que comer poco, sino escoger alimentos nutritivos, porque las dietas hipocalóricas debilitan el organismo, reducen la cantidad de masa muscular, y fomentan el sedentarismo, además de provocar el conocido 'efecto yo-yo' (volver a engordar rápidamente en cuanto no se sigue la dieta a rajatabla).

Para conseguir y mantener un peso adecuado, este experto en nutrición recomienda repartir los alimentos en cinco o seis tomas al día, convertir el desayuno en la comida más importante, no empezar a comer menos sin consultar a un especialista porque podríamos restringir nutrientes esenciales para el organismo, y reducir sobre todo la ingesta de azúcares.

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También aconseja evitar los alimentos energéticos (como dulces o carbohidratos) poco antes de acostarse, ya que durante el descanso nocturno no seremos capaces de eliminar ese exceso de energía, que se acumulará en nuestro organismo en forma de grasa.

Creado: 21 de septiembre de 2011

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