La dislexia se caracteriza por la dificultad para comprender textos escritos, y puede causar problemas de aprendizaje, pero un tratamiento precoz y adaptado al niño suele dar muy buenos resultados. Aprende a identificarla.
Especialista en Medicina Interna. Servicio de Urgencias del Hospital Gregorio Marañón de Madrid
Actualizado: 28 de julio de 2022
En el diagnóstico de la dislexia, es crucial la implicación de los maestros; ellos son los que más oportunidades tienen de detectar cualquier indicio de que el niño presenta una dificultad y, por tanto, de poner sobre aviso a la familia de manera precoz. Una vez que existe la sospecha de que pueda tratarse de un trastorno de este tipo, deberán descartarse otras posibilidades como:
Una visión defectuosa.
Una audición deficiente.
Lesiones cerebrales no diagnosticadas.
Un coeficiente intelectual inferior a lo normal.
Trastornos emocionales.
Presencia de alguna otra patologÃa que influya en el aprendizaje (dolores o malestar que disminuyan la capacidad de concentración).
Una vez descartada la presencia de otras anomalÃas, se procederá a evaluar las caracterÃsticas de la enfermedad mediante distintos test y pruebas para su diagnóstico. Para ello, conviene que tu pediatra te derive a un logopeda especializado que realice dichas pruebas:
Test de estructuras rÃtmicas de Mira-Stambak: se realiza para diagnosticar la percepción temporal. Consiste en evaluar la capacidad del niño para crear un ritmo de forma espontánea, para reproducir un ritmo creado por otra persona, y para comprender las estructuras y simbolismo del mismo.
Pruebas de dominancia lateral: basadas en estudios de movilidad y flexibilidad de los músculos, pruebas de ejecución de órdenes (enfilar cuentas, repartir cartas, saltar sobre un pie...).