Cómo es una sesión de body pump
Actualizado: 22 de septiembre de 2022
Las clases de body pump duran unos 60 minutos y su estructura es bastante sencilla, aunque eso no hace que su trabajo y el esfuerzo que requiere sean nimios. Cada tres meses aproximadamente los creadores de esta actividad deportiva, Les Mills, lanzan una nueva rutina, aunque siempre basada en una sesión con diez partes diferenciadas en las que se trabajan diferentes grupos musculares a ritmo de la música.
El hecho precisamente de que las clases de body pump sigan una estructura igual integrada por diez partes que se cambian cada tres meses hace que las personas que lo practican puedan usarlo para medir sus progresos durante ese trimestre, y ver cómo han ido evolucionando, cuál ha sido su pérdida de peso o volumen, y cómo se han desenvuelto durante esas semanas.
La primera parte de la clase, también conocida por la palabra inglesa track, es, como en cualquier otra actividad física, una especie de calentamiento con el que se pretende preparar todo el cuerpo para el trabajo posterior.
Después, cada una de las partes se centrará en un grupo muscular, adaptando ejercicios propios de la zona de musculación. Aunque puede variar un poco, normalmente la secuencia es la siguiente: piernas y glúteos, pectorales, espalda y glúteos, tríceps (brazos), bíceps (brazos), piernas, hombros y abdominales.
Al igual que se empezó con un track de calentamiento, el body pump termina con una parte de estiramientos y relajación. El décimo track, que dura entre cinco y diez minutos, está indicado para relajar todos los músculos después del ejercicio y evitar, de esta manera, que se produzcan lesiones.
Las clases de body pump están muy extendidas en los gimnasios de todo el mundo, por lo que es relativamente fácil encontrar un centro donde practicarlo, y normalmente la actividad se incluye dentro del abono mensual o anual de cualquier centro deportivo.
Para apreciar los resultados, se recomienda acudir a clases de body pump dos veces por semana y, cuando ya se haya establecido una buena rutina y se haya conseguido fondo físico suficiente, aumentar a tres sesiones semanales. Si el objetivo principal es el de perder peso y quemar grasa, habría que combinar este ejercicio con uno propiamente aeróbico, como correr, nadar, montar en bicicleta o, si se prefieren actividades en grupo, jugar al fútbol o al baloncesto o, dentro del mismo gimnasio, clases de zumba o aeróbic, por ejemplo.
Creado: 13 de noviembre de 2013