Electrofitness, el chaleco que optimiza tu entrenamiento
El chaleco de electroestimulación promete conseguir resultados de 3 horas de ejercicio con sesiones de 20 minutos. Analizamos los pros y contras del electrofitness, y cómo conseguir que sea efectivo sin lesionarte.

Contraindicaciones del electrofitness

Una entrenadora supervisa el chaleco de electroestimulación a un deportista

La complejidad de la electroestimulación exige que se realice siempre bajo supervisión cualificada para evitar problemas de salud.

Por: Leire Moneo

Periodista experta en alimentación

Actualizado: 23 de septiembre de 2022

No todo lo que reluce en el electrofitness es oro, algunos expertos en electroestimulación muscular y ciencias físicas y del deporte ponen en duda algunas de sus virtudes, o al menos las ponen en contexto. Empezando porque el ejercicio con chaleco de electroestimulación puede ser perjudicial para algunas personas, de ahí que la información previa sobre este método resulte clave para no caer en falsas expectativas que puedan provocar daños en la salud. De hecho, está contraindicado el uso de electroestimulación muscular en pacientes con marcapasos, con prótesis, con problemas cardíacos e hipertensión, con quemaduras o irritaciones cutáneas, y en algunos aparatos son contraindicaciones los implantes metálicos, las lentes de contactos o los DIUs.

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Además, el chaleco empleado en el electrofitness “no puede ser utilizado por las mujeres embarazadas ni los niños en crecimiento”, matiza José Santos, secretario general del Colegio Profesional de fisioterapeutas de la Comunidad de Madrid. De hecho, desde este colectivo se puntualiza que desde el conocimiento de la fisiología del esfuerzo, esta práctica no es una técnica que ayude a mejorar la resistencia aeróbica, ya que no se ejercitan las estructuras adyacentes a los músculos, lo que eleva el peligro de provocar daños musculares e incluso de activar órganos cercanos, como puede ser el corazón.

Además, los fisioterapeutas hablan de rabdomiolisis (causada por necrosis muscular), es decir, un proceso de muerte celular en los músculos provocada por el exceso de ejercicio demasiado intenso, más aún cuando se hace bruscamente y sin una preparación previa.

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Siempre bajo supervisión cualificada

La electroestimulación está de moda y prueba de ello es que casi en cada esquina podemos ver un anuncio en el que se publicitan los beneficios de esta nueva técnica a precios irrisorios. Sin embargo, la complejidad de este método exige que se realice siempre bajo supervisión cualificada, pues de lo contrario puede provocar graves problemas de salud. Por ello, “este tipo de terapia debe ser siempre realizado y supervisado por un graduado en Fisioterapia, pues es quien puede conseguir su máxima eficacia y evitar efectos adversos. En el caso de buscar un fin de mejorar la condición física sin tener una patología, un graduado en Actividad Física y Deporte es el profesional que sabe orientar al deportista sobre cómo utilizar este método de entrenamiento”, explica José Santos.

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Electrofitness

En este sentido también se pronuncia Alfonso Nieto, de BodyOn, quien desaconseja rotundamente el uso de estos aparatos de estimulación eléctrica muscular (EMS) en centros que no estén especializados y que prometan resultados espectaculares a precios low cost: “no se debe usar bajo ningún concepto sin la correcta supervisión de un técnico cualificado; es un modelo de trabajo muy adecuado y con muchas áreas de mejora, pero siempre que se emplee con esa supervisión. Estamos hablando de tecnología y es necesaria la cualificación demostrable de los técnicos que la imparten. El precio es un identificativo del servicio que van a recibir”.

Los peligros del fitness con electroestimulación

El mal uso de la práctica deportiva con electroestimulación puede provocar, según los expertos consultados, afecciones neurológicas, roturas de fibras, tirones musculares, contracturas o incluso alteraciones de los ciclos de sueño. Estas contraindicaciones de la EMS se derivan, tal y como nos explica José Santos, del mal uso de los siguientes factores:

  • El voltaje: normalmente el límite de tolerancia se ha establecido en 300 voltios para la corriente alterna de baja frecuencia y en 500 voltios para la continua; a pesar de ello hay que tener en cuenta que corrientes de bajo voltaje pueden producir accidentes si las intensidades son altas.
  • La intensidad: con intensidades pequeñas, de pocos miliamperios, se suele producir hormigueo. Con 10 miliamperios ya se produce contracción muscular, pudiendo producirse accidente si dicha contracción impide al accidentado soltar el medio que le está transmitiendo la corriente, o si se produce contracción de la musculatura respiratoria. Aparecen quemaduras polares en la corriente continua. Una intensidad entre 80 y 100 miliamperios puede producir fibrilación ventricular, pudiendo llegar a ser mortal, según el trayecto y duración. Una intensidad por encima de los 100 miliamperios produce depresión del sistema nervioso, con muerte aparente.
  • Resistencia cutánea: hay que tener en cuenta que la piel húmeda ofrece una resistencia 10 veces mayor, y ello puede provocar accidentes eléctricos.
  • Densidad eléctrica: es la relación entre la intensidad de corriente y la superficie que sirve de puerta de entrada de la corriente. Por ello es fundamental intentar evitar quemaduras colocando unos electrodos con la superficie adecuada a la corriente e intensidad que vamos a suministrar.

Creado: 24 de septiembre de 2015

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