Ejercicio en adultos jóvenes: beneficios y deportes aconsejados
Entre los 25 y los 35 años son muchos los que dejan el deporte de lado por pereza o falta de tiempo. Conoce las consecuencias de no practicar ejercicio a esta edad y encuentra tu actividad idónea para reengancharte a la vida activa.

Objetivos y beneficios de la actividad física

Pareja de adultos haciendo ejercicio

En la treintena, practicar ejercicio nos ayuda a frenar el deterioro de nuestra condición física.

Por: José González Sancho

Periodista especializado en salud y bienestar

Actualizado: 20 de marzo de 2025

Si tienes entre 25 y 35 años, probablemente estés en uno de los momentos más intensos de tu vida. Trabajo, compromisos sociales, quizá una familia en crecimiento… y en medio de todo eso, la actividad física puede parecer un extra, algo reservado para cuando haya tiempo. Más allá de una incipiente barriguita cervecera o dolores de espalda recurrentes, aquí va un dato que puede hacerte replantearlo: según un estudio publicado en The Lancet Global Health, la inactividad física es responsable de hasta el 9% de las muertes prematuras en todo el mundo. Dicho de otra manera, hacer ejercicio en esta etapa puede marcar la diferencia entre llegar a la mediana edad con energía o sentirte agotado antes de tiempo.

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Y es que, la condición física de las personas que no practican deporte de modo regular entre los 25 y 35 años empieza a deteriorarse de manera progresiva a partir de ese momento, lo que conlleva la aparición de problemas de salud y mala calidad de vida, que van desde la diabetes o las enfermedades cardiovasculares a mayor incidencia de demencia o ciertos tipos de cáncer. Así lo apuntaba la propia Organización Mundial de la Salud (OMS), que alertaba hace poco que hasta una tercera parte de los adultos del planeta, unos 1800 millones de personas, no practicaron los niveles recomendados de actividad física. Por tanto, el ejercicio físico es recomendable a cualquier edad o situación personal, siempre y cuando haya un adecuado asesoramiento individual. Y, para concretarlo aún, deberíamos dedicar a esa actividad física, según la OMS, entre 150 y 300 minutos semanales de actividad física aeróbica de intensidad moderada o bien entre 75 y 150 minutos si es de alta intensidad, o una combinación equivalente de actividades.

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Hoy en día se vive en sociedades desarrolladas que favorecen llevar una vida sedentaria debido al uso constante de medios de transportes, al tipo de trabajo, a la automatización de tareas domésticas, etcétera, y esto hace que el ejercicio físico brille por su ausencia. No te dejes llevar por el tedio, la pereza y la comodidad y pon tu cuerpo en movimiento. En este artículo no solo te diremos por qué deberías entrenar, sino que te mostraremos algunas claves e ideas de cómo hacerlo sin que te parezca un sacrificio.

Objetivos que tiene la realización de ejercicio

Entre los 20 y los 30 años casi ninguna persona siente la necesidad de practicar deporte para prevenir el deterioro del cuerpo. Sin embargo, a medida que avanza el tiempo esa necesidad se agudiza, y empezamos a plantearnos que es hora de cuidarse. Hay que tener en cuenta que, a estas edades, el cuerpo todavía es resiliente y capaz de adaptarse con rapidez a nuevos estímulos, pero también empieza a mostrar señales de que no es invulnerable. Los niveles de masa muscular y densidad ósea alcanzan su punto máximo entre los 25 y los 30 años y, sin el estímulo adecuado, pueden comenzar a deteriorarse. Además, el metabolismo empieza a ralentizarse, lo que significa que mantener un peso saludable sin ejercicio se vuelve más complicado.

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Por otro lado, el estrés laboral y la fatiga mental pueden afectar la calidad del sueño, la concentración y hasta el estado de ánimo. Hacer ejercicio no solo fortalece el cuerpo, sino que es una herramienta fundamental para el bienestar mental.

Los objetivos que se buscan cuando se practica deporte suelen ser:

  • Liberar estrés, aprendiendo a relajarse, y prevenir la ansiedad: la actividad física es un regulador natural del estrés. El ejercicio estimula la producción de endorfinas y ayuda a mejorar el estado de ánimo y la calidad del sueño.
  • Mejorar la condición física, la movilidad y flexibilidad: un cuerpo flexible y con buena movilidad es menos propenso a lesiones, lo que permite mantenerse activo sin molestias musculares o articulares.
  • Mantener y desarollar la masa muscular: la masa muscular alcanza su pico en esta década y, sin el estímulo adecuado, puede comenzar a disminuir. El entrenamiento de fuerza es clave para evitar la sarcopenia y mejorar la calidad de vida a largo plazo.
  • Optimizar la salud metabólica: a esta edad, el metabolismo comienza a desacelerarse. Mantenerse activo ayuda a regular el peso corporal y a prevenir problemas como la resistencia a la insulina y la diabetes tipo 2.
  • Intentar llevar una correcta respiración.
  • Fortalecer el sistema cardiovascular: mejorar la capacidad aeróbica reduce el riesgo de enfermedades cardíacas y mantiene el corazón en óptimas condiciones.
  • Aprender a tener posturas corporales correctas, evitando así lesiones.
  • Realizar ejercicio en diferentes ambientes y socializar con otras personas.
  • Adquirir el hábito de practicar algún ejercicio: la constancia es clave. Crear una rutina que pueda mantenerse a lo largo de los años facilitará que el ejercicio sea parte de un estilo de vida saludable.

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Beneficios de la actividad física en la edad adulta

Beneficios de la actividad física en la edad adulta

La mayoría de las personas adultas pueden obtener diversos beneficios de la práctica de ejercicio, tanto físicos como psicológicos:

  • Se pasa tiempo de forma divertida con los amigos.
  • Ayuda a combatir el estrés.
  • Favorece la autoestima de las personas.
  • Disminuye el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares, ya que mantiene el corazón fuerte y reduce el riesgo de hipertensión y enfermedades coronarias.
  • Reduce triglicéridos y aumenta el colesterol bueno (HDL).
  • Disminuye la hipertensión arterial de tenerla, de manera natural.
  • Ayuda a utilizar mejor la grasa corporal, controlando el peso. 
  • Aumenta la resistencia muscular.
  • Ayuda a conciliar mejor el sueño.
  • Previene la pérdida de masa muscular y ayuda a fortalecer los huesos, reduciendo el riesgo de osteoporosis.
  • Aumenta el optimismo y entusiasmo.
  • Mayor energía y productividad: aumenta la oxigenación del cerebro y mejora la concentración y la memoria.

Creado: 11 de agosto de 2010

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