Mejora su formación física y su autoestima, potencia sus valores sociales y su relación con el entorno. Además se divierten de lo lindo. Si te falta alguna razón para motivar a tu niño a hacer ejercicio la encontrarás aquí.
Los principales factores que pueden influir en que un niño haga más o menos deporte son: el entorno físico y social donde se vive, las características personales y la influencia familiar.
El entorno físico y social: este factor influye mucho en el estilo de vida. Las características geográficas, las costumbres de la población, el clima... pueden afectar a la realización de actividad física. Al igual que el entorno de la vivienda, es decir, que haya patios de juego cercanos, parques, carriles bici, polideportivos o similares que puedan facilitar la práctica deportiva.
Características personales: cada persona tiene unas características físicas y psíquicas propias, por ello se debe de elegir el tipo de actividad física más adecuada a la constitución y desarrollo de esa persona. También va a depender de las condiciones especiales de salud. En el caso de discapacidad física o psíquica necesitará mucho apoyo, entusiasmo y cariño. Pensar que la actividad física adaptada a sus condiciones especiales puede aumentar su autoestima y la relación con los demás y el entorno.
Influencia familiar: los padres y familiares cercanos son un modelo para los niños, ya que van a copiar todas sus costumbres y sus actos; por ello, si éstos realizan actividad física se le está transmitiendo al pequeño un modelo de vida activo, que será beneficioso para su salud física y psicológica presente y futura.
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Fomentar el deporte en los niños
Es importante que tanto desde su entorno familiar como escolar, como por parte de la sociedad en general y los modelos televisivos, deportivos, etcétera se fomente la práctica deportiva entre los niños. Estas son algunas medidas que pueden ayudar a conseguirlo:
Hay que contribuir para que la práctica de la actividad física forme parte de su interés.
Deben ayudarles a encontrar un deporte que les divierta y con el que disfruten.
Hay que mostrar interés por lo que realizan, por ejemplo asistiendo a los partidos, o comentarlos con ellos, etcétera.
Reduciendo el tiempo de actividades sedentarias como la televisión, los videojuegos...
En definitiva, hay que educar al niño en un estilo de vida activo, practicando actividad física, incluso con ellos, tan frecuentemente como sea posible. Según vaya creciendo animándole a que no lo abandone. Todo esto junto con una buena alimentación, fomentará una vida saludable.
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Motivos que conducen a realizar la actividad física
Existen diferentes aspectos que motivan o desmotivan la práctica de actividad física. Conviene que padres, profesores y entrenadores los conozcan para potenciar los primeros sobre los segundos:
Motivaciones
Pasarlo bien.
Compartir experiencias con la familia.
Contar con la ayuda de una persona que le entusiasme realizarlo.
Sentir que es una elección personal y no algo que le han impuesto.
Sentirse en forma y competente.
Jugar con sus iguales.
Experimentar movimientos nuevos.
Desmotivaciones
Dar más importancia a ganar que a jugar.
Lesionarse a menudo.
Que haya alguien que se lo esté imponiendo.
Realizar lo mismo (actividad repetitiva), llegando al aburrimiento.
No progresar.
Nadie que ayude a mejorar y potenciar sus habilidades.