El sedentarismo aumenta la fragilidad en la vejez
14/03/2014
Expertos de la Sociedad Española de Medicina Geriátrica (SEMEG) han advertido de que el sedentarismo en la mediana edad –a partir de los 50 años– incrementa significativamente el riesgo de desarrollar fragilidad en la tercera edad, un síndrome geriátrico que afecta aproximadamente al 10% de las personas mayores de 65 años, caracterizado por una escasa actividad física, pérdida de peso, cansancio y marcha lenta.
La prevalencia de la fragilidad aumenta con la edad y afecta a entre el 30 y el 35% de los mayores de 80 años. Este síndrome puede invalidar al afectado y su presencia indica que existen más probabilidades de que la persona tenga discapacidad y otros problemas de salud, y un mayor riesgo de ser hospitalizada o morir prematuramente.
La prevalencia de la fragilidad aumenta con la edad y afecta a entre el 30 y el 35% de los mayores de 80 años
Para diagnosticar la fragilidad se emplean dos pruebas: el Cardiovascular Health Study y el Short Physical Performance Battery, en las que se miden, por ejemplo, la velocidad de la marcha y el equilibrio del anciano. En la actualidad, además, en España se está preparando una nueva forma de evaluación que comprueba otros aspectos –actividad, balance energético, fuerza, lentitud, nutrición, pérdida de energía, sistema nervioso central y sistema vascular–, y que permite identificar pequeñas alteraciones en el estado de la persona a medida que pasa el tiempo.
Para prevenir la fragilidad, los especialistas de la SEMEG aconsejan llevar una vida activa practicando ejercicio físico regularmente y seguir una dieta equilibrada, en el marco de un entorno social que favorezca un envejecimiento saludable y evite la dependencia de los mayores.
Actualizado: 31 de julio de 2020