Artritis, ¿qué supone? Beneficios del ejercicio para los pacientes
Actualizado: 21 de septiembre de 2022
"¿Que tienes artritis reumatoide? ¿Pero eso no lo tiene la gente mayor?…”. Este es uno de los conceptos erróneos que se tienen de esta enfermedad crónica y autoinmune de carácter inflamatorio, que cada día afecta a más personas. El otro error es que el ejercicio físico es contraproducente para estos pacientes. De mayor prevalencia en mujeres que en hombres, su edad de aparición suele ser la mediana edad, entre los 40/50 años, aunque también puede hacerlo en la infancia o adolescencia.
Con un origen desconocido, la artritis reumatoide (AR) causa inflamaciones en varias articulaciones del cuerpo, generalmente de forma bilateral, imposibilitando al paciente una vida diaria normal, debido a las restricciones de movilidad que generan estas inflamaciones y sobre todo por el dolor que éstas ocasionan. Finalmente, estos procesos inflamatorios que aparecen en forma de brotes van alterando la arquitectura normal de la articulación del paciente generando así deformidades que dificultan más aún los movimientos.
En definitiva, estamos frente a una enfermedad que en muchos casos pasa totalmente inadvertida para todos menos para quien la padece. Realizar tareas tan simples como abrir un tapón de rosca, girar la llave de la puerta de casa o apretar la manguera de una gasolinera, se convierte en misión imposible para mucha gente a diario.
El tratamiento de la artritis debe incluir fisioterapia y ejercicio físico
El aumento de casos en los últimos años y sobre todo el empeño de los afectados empieza a dar los primeros frutos, ya que la comunidad sanitaria poco a poco proporciona más herramientas a un conjunto de pacientes para los que, hasta ahora, su mejor tratamiento era la resignación y la convivencia con el dolor.
Estos tratamientos, siempre coordinados por un médico, constan primeramente de una medicación para controlar estos procesos inflamatorios, así como tratamientos biológicos realizados en laboratorio, los cuales son diseñados específicamente para cada paciente… consiguiendo, como ellos mismos verbalizan “cambiarles la vida”.
Pero todo esto tiene que estar mantenido por un grupo multidisciplinar, en el que enfermeros, fisioterapeutas, terapeutas ocupacionales, dietistas y psicólogos trabajan codo con codo. Sin obviar a todos ellos, en este artículo nos vamos a centrar en la parte correspondiente al fisioterapeuta y a los ejercicios físicos que podemos hacer bajo su supervisión.
Actividad física y artritis reumatoide: ¿por qué es bueno hacer ejercicio?
El enfoque terapéutico de la artritis reumatoide (AR) ha sufrido una gran evolución en los últimos tiempos. Hasta hace unos años, la creencia habitual acerca de cuál era el mejor tratamiento para la artritis era el reposo, para evitar una mayor afectación de las articulaciones que generaban sintomatología. Sin embargo, con el paso del tiempo la evidencia ha demostrado que la inactividad de esas articulaciones generaba en el paciente hipotonía muscular relacionada y, sobre todo, pérdida de rango articular, lo cual, si lo sumamos al dolor (que no desaparecía con dicho reposo), nos encontramos con una articulación que se volvía inservible.
Desde la fisioterapia hacemos totalmente lo contrario. Siempre con la supervisión del médico, diseñamos un programa donde se combinan ejercicios físicos aeróbicos y anaeróbicos que no sean traumáticos para las articulaciones del paciente, pero que al mismo tiempo potencie las mismas. Cualquier programa de este tipo se realiza en ausencia de dolor y trabajamos en ese rango, con el fin de que a partir de las cuatro semanas el paciente empieza a sentir los primeros beneficios.
Beneficios del ejercicio físico en la artritis reumatoide
Articulado de cráneo hasta el pie con más de 200 articulaciones, el ser humano está diseñado para moverse, por todos es asociada la palabra ‘sedentarismo’ a problemas de salud, de peso, cardiovasculares, etcétera. El movimiento favorece la circulación, sistema clave para la generación y desaparición de una inflamación, que, por muy mala fama que estas tengan, no dejan de ser un sistema de seguridad del cuerpo, aunque en su justa medida.
El movimiento, como hemos dicho, ayudará a evacuar esa presión de más que está sufriendo la articulación del paciente y las sustancias que generan inflamación, permitiendo que se mueva con más grados de amplitud.
Si, además, estos movimientos se realizan en un medio acuático como una piscina, disminuimos el efecto de la gravedad sobre esas articulaciones eliminando más estrés mecánico aún.
En definitiva estas son algunas razones por las cuales hacer ejercicio es positivo para pacientes con artritis reumatoide:
- Mejora la función articular: el ejercicio regular puede ayudar a mantener la flexibilidad y el rango de movimiento en las articulaciones afectadas por la artritis reumatoide. Esto puede reducir la rigidez y mejorar la función articular en general.
- Fortalece los músculos: el fortalecimiento muscular es esencial para proteger las articulaciones y proporcionar un mejor soporte. Los músculos fuertes pueden compensar las limitaciones articulares y reducir el estrés en las áreas afectadas.
- Reduce el dolor: el ejercicio físico puede estimular la producción de endorfinas, que son neurotransmisores que actúan como analgésicos naturales. Esto puede ayudar a reducir el dolor y mejorar el estado de ánimo.
- Controla el peso corporal: el mantener un peso corporal adecuado es importante para las personas con artritis reumatoide, ya que el exceso de peso puede ejercer una mayor presión sobre las articulaciones, empeorando los síntomas.
- Mejora la salud cardiovascular: algunas personas con artritis reumatoide tienen un mayor riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares. El ejercicio regular puede mejorar la salud del corazón y reducir este riesgo.
- Promueve la salud mental: la artritis reumatoide puede tener un impacto significativo en la salud mental debido al dolor crónico y la limitación en la movilidad. El ejercicio puede ayudar a aliviar el estrés, la ansiedad y la depresión asociados con la enfermedad.
Las personas con artritis reumatoide que realicen el ejercicio adecuado a su estado deben seguir las recomendaciones específicas para su situación marcadas previamente por el especialista. Y es que, antes de comenzar cualquier programa de ejercicios, es importante consultar con un profesional de la salud, como un fisioterapeuta o médico especialista en reumatología, para que pueda adaptar el plan de ejercicios a las necesidades y capacidades individuales de cada uno.
El grado de afectación del paciente y si se encuentra en fase inflamatoria o no serán claves para que éste opte por realizar una actividad física por su parte o si necesita la asistencia del fisioterapeuta para asistirle en la realización del ejercicio físico elegido. Además, es crucial respetar los límites del cuerpo y evitar el sobreesfuerzo o ejercicios que puedan empeorar los síntomas.
Creado: 26 de julio de 2012